Published in 2020 by The Rosen Publishing Group, Inc.
29 East 21st Street, New York, NY 10010
Copyright © 2020 by The Rosen Publishing Group, Inc.
First Edition
All rights reserved. No part of this book may be reproduced in any form without permission in writing from the publisher, except by a reviewer.
Cataloging-in-Publication Data
Names: Wolny, Philip, author.
Title: Sylvia Méndez: activista de derechos civiles / Philip Wolny, translated by Christina Green.
Description: First edition. | New York: Rosen Central, 2020. | Series:
Nuestras voces: personajes hispanos y latinos de la historia estadounidense
| Audience: Grades 5–8. | Includes bibliographical references and index.
Identifiers: ISBN 9781508185352 (library bound) | ISBN 9781508185345 (pbk.)
Subjects: LCSH: Mendez, Sylvia, 1936—Childhood and youth—Juvenile literature. | School integration—United States—Juvenile literature. | Puerto Rican women—California—Biography—Juvenile literature. | Hispanic Americans—Education—Juvenile literature. | Hispanic Americans—Civil rights—Juvenile literature. | Civil rights movements—United States— History—20th century—Juvenile literature.
Classification: LCC LC214.2 W65 2019 | DDC 379.2’63 [B]—dc23
Manufactured in the United States of America
Nuestra portada: Sylvia Méndez, activista contra la segregación, en la Casa Blanca en 2011, a punto de recibir una condecoración del presidente Barack Obama.
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
S e sentía un ambiente de fiesta, aquel 15 de febrero de 2011, en la Sala Este de la Casa Blanca, en Washington D. C. Era la entrega anual de la Medalla Presidencial de la Libertad, el honor más alto que puede otorgar el Gobierno de Estados Unidos a un civil por hacer algo importante o notable para la sociedad. Ese año, el presidente Barack Obama entregó la medalla a figuras como el violonchelista Yo-Yo Ma, la escritora Maya Angelou y muchos otros. Entre ellos se encontraba Sylvia Méndez.
Nadie se sentía más feliz que ella de estar presente en aquella ceremonia. Sylvia Méndez había sido enfermera, administradora de hospitales y es, aún hoy, activista por los derechos civiles. A pesar del enorme aporte de Sylvia y su familia para hacer de Estados Unidos una sociedad más justa e igualitaria, durante muchas décadas los Méndez no habían recibido el debido reconocimiento por su activismo y sus logros.
En los años 40, en California, la familia Méndez estuvo al frente de una de las primeras campañas que ayudaron a acabar con la segregación en las escuelas de Estados Unidos. El 15 de febrero de 2011, durante una entrevista con Fermín Leal, Méndez describió, con lágrimas en los ojos, el momento en que el presidente Obama le colocó la medalla: “De niña, nunca imaginé, mientras luchaba contra la segregación, que un día recibiría del presidente este inmenso honor”.
Por fortuna, esa ha sido una de muchas oportunidades que Sylvia no ha desaprovechado. Sylvia Méndez ha logrado, a través de años de activismo, dar a conocer la historia de la lucha que sostuvo su familia, junto con muchas otras, hace ya varias décadas para lograr la integración de los niños mexicano-estadounidenses y otros niños de color en las escuelas donde solo se permitían niños blancos.
El presidente Barack Obama otorga a Sylvia Méndez la Medalla Presidencial de la Libertad de 2010, el 15 de febrero de 2011.
Este caso federal, conocido como Méndez contra Westminster, culminó con una histórica decisión en 1947. Sin embargo, durante años, mucha gente no había oído sobre el caso, aunque sí sobre otros que se hicieron más célebres, como el de Brown contra la Junta Educativa —un caso que culminó en 1954 con una decisión que declaró inconstitucional la segregación entre negros y blancos en instituciones escolares—. Pero el caso Méndez sentó un precedente sumamente importante porque abrió paso al éxito del caso Brown y a muchos otros que ayudaron a abolir las leyes de Estados Unidos que promovían la segregación en las escuelas, en servicios públicos (como los baños) y en muchos establecimientos públicos (como los restaurantes y los hoteles).
Sylvia Méndez tenía apenas nueve años cuando ella y sus padres entraron en la historia de Estados Unidos. Aún hoy, a sus más de 80 años, Méndez sigue hablando sobre el caso y su significado. Tampoco se ha cansado de difundir su mensaje de tolerancia ni de informar sobre la lucha por los derechos civiles, no solamente de los latinos, sino de todos por igual. La historia de sus primeros años, en el centro de esa lucha por la igualdad de derechos, así como sus recientes esfuerzos para dejarnos su testimonio por escrito, servirán para recordar a cada lector lo importantes que son historias como esta y cuánto nos hacen falta, en esta era moderna, voces de lucha como la de Sylvia Méndez.
CAPÍTULO UNO
INFANCIA Y JUVENTUD DE UNA ACTIVISTA DE DERECHOS CIVILES
E n los años 30, Estados Unidos era un lugar muy diferente al que es hoy. Cuando se menciona la palabra “segregación”, muchos piensan inmediatamente en estados del sur, como Misisipi, Alabama y Georgia. Pero, en realidad, la segregación existía en la mayoría de los estados y contradiferentes grupos étnicos. En estados como Luisiana, el uso de muchos servicios públicos, como baños y bebederos, estaban separados para blancos y negros, pero también había escuelas separadas para latinos, filipinos y otras etnias asiáticas en muchas partes del sur de California.
Durante la época colonial americana, California y gran parte del suroeste de lo que hoy es Estados Unidos pertenecía a España. Después de 1821, México ganó su independencia de España. En aquel entonces, además de su territorio actual, también poseía la mayor parte de lo que hoy son Texas, Nuevo México, Colorado, Utah y California. Los hablantes de español precedieron, por muchos años, a los hablantes de inglés en estas áreas. Después que estos territorios pasaron a Estados Unidos, tras la guerra contra México, muchos estadounidenses se establecieron en el Oeste. Fue solo entonces cuando en muchos de estos estados las personas de color pasaron a ser ciudadanos de segunda clase.
A partir de 1850, todo mexicano-estadounidense nacido en California era técnicamente ciudadano de Estados Unidos. A ellos se les sumarían muchos otros que venían a Estados Unidos como inmigrantes. Según la Oficina de Preservación Histórica de California: “Durante la segunda parte del siglo XIX, los mexicanoestadounidenses perdieron tierras, estatus y poder en toda California... y fueron rápidamente superados en número por una multitud de migrantes (en su mayoría blancos) procedentes del medio oeste y de la costa este de Estados Unidos”.
Una campesina recoge tomates en el valle de Santa Clara, noviembre de 1938. En aquella época el trabajo itinerante en los campos era muy común entre los latinos de Estados Unidos, tanto para quienes habían nacido allí como para quienes llegaban de fuera.
LA FAMILIA MÉNDEZ
Nacida en 1916, Felicitas Gómez era originaria de Juncos, Puerto Rico y, por lo tanto, ciudadana de Estados Unidos. Su familia se había mudado a Arizona, donde encontraron gran discriminación por su origen latino. En 1928, cuando Felicitas tenía 12 años, su familia se volvió a mudar, esta vez al sur de California, donde el trato no fue mucho mejor. Al igual que muchos inmigrantes, trabajaban en los campos recogiendo las cosechas; y se enfrentaron a muchos prejuicios.
Página siguiente