Nosotros y los otros
Efectos colaterales de la Guerrilla Argentina en una familia que migró de Cosquín a Barcelona
Primera edición: noviembre 2018
ISBN: 9788417637569
ISBN eBook: 9788417164447
© del texto:
Ricardo Jorge Ruggero
© de esta edición:
, 2018
www.caligramaeditorial.com
info@caligramaeditorial.com
Impreso en España – Printed in Spain
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright . Diríjase a i nfo@caligramaeditorial.co m si necesita fotocopiar o escanear algún fra gmento de esta ob ra.
In troducción
No voy a explayarme explicando los motivos de este libro. Se e xplica por sí solo sobre las razones que impulsaron su escritura. Sí quiero agradecer a aquellos que me prestaron su gene rosa ayuda para corregir su contenido, aportando sugerencias y opiniones de g ran valor.
También quiero dar las gracias a todos y cada uno de us tedes , mis seres que ridos , mi familia, por ser como son, p orque hemos crecido y avanzado a pesar de todas las dificul tades que hemos sufrido y superado juntos, refle jadas a lo largo de esta s páginas.
Es nuestra his toria , contada desde mi óptica, desde mis vivencias, desde mis sen timientos . Encontrarán una sucesión de hechos políticos, religiosos, familiares que voy narrando, algunos como preludio de circunstancias que nos fueron afectando dir ecta o indirec tamente , y otros vi vidos como prot agonistas.
No es mi objetivo hacer ningún tipo de crítica ni juicio de valor. A nadie. Ni a políticos, ni a familiares, ni a amigos. Pi enso que cada uno vivió y afr ontó los días que forman el espacio y tiempo de este t exto de acuerdo con sus convicciones, sus m iedos , su conciencia. En cualquier caso , como mejor pudo para salir adel ante atravesando la etapa más oscura de nue stro país.
El tra tamiento cronológico de aquellas situaciones y cómo las vivimos tiene como objetivo hacer comprens ible lo ocurrido en nuestra existencia como consecuencia de dichos sucesos y de las respectivas opciones de vida que cada cual asumía para superarlos, y mantener vivos los nombres de los que dejaron su vida en la búsqueda de un mun do mejor.
Asimismo, quiero hacer un sentido recono cimiento al Equipo Argen tino de Antropología For ense , ya que sin su inestim able participación no se habrían cerrado adecua damente muchas partes de este escrito.
A lo largo de estas páginas, podrá comprob arse que las opciones de vida siempre estuvieron inspi radas y alimen tadas por la utopía de un mundo mejor. Muchos, imb uidos de una concepción cristiana de amor al prójimo; otros, no; pero todos lo hicieron por la justicia, la dignidad, el r espeto a las ideas, el derecho a tener derechos. Y en esa lucha, algunos pagaron con sus vidas , conde nados por ser y pensar difer ente a los intereses del poder de la dictadura que bañó de sangre el s uelo argentino.
Razones
Los seres humanos siempre necesitamos justificar nuestros actos. Si fracasamos y tenemos a alguien a quien ech arle la culpa, parece menor nuestro fra caso . En cambio, si tenemos é xito , el triunfo es todo nuestro. Si es blanco, ¿por qué es blanco?; si es negro, ¿por qué es negro?, y si es gris, ¿por qué es gris? Y en esa búsqueda de entender las razones que justificaran esta recopilación de momentos vi vidos por mi familia (con la que venía amenazando desde hacía mucho tiempo y h asta había motivado el re galo de un cuad erno en blanco por el amigo invis ible , en no recuerdo qué Navidad, para que comenzara a escrib irla de una buena vez) no enco ntraba una sola razón ; enco ntraba varias.
La primera y fundame ntal se dio al poco tiempo de nacer mi n ieto Anuar. Su padre, Alejandro, mi primogé nito , hijo biológico de mi he rmano asesinado en un enfren tamiento dur ante la dictadura militar argentina, me dijo mirando a su niño : «Si yo viera en peligro a mi hijo, me iría al fin del mundo para proteg erlo ». A mí se me estrujó el corazón pensando que Alejandro creía que sus padres lo habían abandonado, cuando conocía el tremendo amor que tuvieron José y M arta por él y por su he rmano Marco. Inc luso , no solo por ellos, sino por todos los que los rodeábamos. Y p ensé que, contando a quella p arte de nuestra his toria , cómo la vivimos y cómo fuimos eligiendo nuestros caminos, no con un análisis crítico, sino simp lemente narrativo, él p odría entender lo que habíamos vivido, de tal manera que si una máquina del tiempo lo trasla dase a a quella época, quizás él h abría hecho lo mismo que hicieron s us padres.
Otra razón fue el darme cu enta de que si bien en casa se ha hablado de José y de M arta , mis cinco hijos no conocen en det alle quiénes eran ellos, por qué luchaban, quiénes eran los Montoneros, qué pasó en la Argentina en a quella época de la dictadura, ni tampoco por qué tratamos de pasar desaperci bidos para la sociedad después de su mu erte . También desconocen por qué estábamos «estigmati zados » para nuestros compañeros y amigos, que no pudieron acerc arse a saludarnos para compartir nuestro d uelo . La narración sería una her ramienta que acla raría las zonas descono cidas de la his toria de sus prop ias vidas.
Además, tendrían los nietos de José y M arta la his toria de sus abuelos en sus manos, por si algún día leen el libro Metagenealogía , en el que Alejandro Jodorowsky manifi esta : «Todo el mundo de bería conocer su á rbol genealógico. La familia es nuestro cofre del tesoro o nuestra trampa mo rtal ». Y cito a Jodorowsky como otra de la s razones.
Elisenda Seras es una entrañ able amiga de Córdoba, Argentina, de familia catalana, directora de teatro formada en la Comedia Cordo besa . Ahora vive en Barcelona. En diciembre de 2003 le re galó a Ro sita , mi es posa , La danza de la realidad , un libro de Alejandro Jodorowsky. En la tapa tiene la fotografía del autor y leyendo sus páginas me enteré de su his toria , de la psicomagia y del tarot.
Fue en el aeropu erto de M adrid , el 7 de junio de 2005, donde coincidí con Jodorowsky por casualidad. Iba hacia el pu esto de con trol cuando lo vi. Su cara me res ultó conocida pero no recordaba de dónde. B astó que me saludara para que la tonada típi camente chilena le pusiera nombre y apellido a ese rostro familiar. Comenzamos a caminar juntos mientras charlábamos. Luego de superar el arco de con trol me preg untó a dónde me dirigía y la hora de partida de mi avión. Como su v uelo de reg reso a París era más tarde, se ofreció a acompañarme h asta la salida del mío, así continuábamos la conversación. Nos sentamos fr ente a la pu erta de salida y comenzaron sus preguntas: de dónde era, a qué me dedicaba, qué estaba haciendo por M adrid … Y me contaba, por su p arte , que había v iajado para la presentación de su nuevo libro llamado El maestro y las magas . A todo esto , había sacado sus cartas de tarot y mientras hablaba mezclaba y sacaba una y otra, y seguía hablando. Me preg untó sobre mi es posa y cuando le dije la diferencia de e dades me h abló de Edipo y de su influencia mientras continuaba moviendo las cartas. También me preg untó por mis hijos y le sorprendió la respu esta cuando dije «cinco hijos, tres partos» . Me pidió que se lo acla rase , y se lo resumí, además de coment arle que había comenzado a escribir este libro. Me miró, barajó, sacó cartas y me dijo que no perdiera el tiempo, que él también había cometido el error de justific arse por no tener tiempo para escribir su primer libro; que no cometiera esa f alta . Según él, las cartas que habían salido lo decían cla ramente : ¡Tenía que hac erlo !, ¡tenía que escrib irlo d e una vez!
Página siguiente