Año de publicación: 1832-1849
Sinopsis: Recopilación de los 67 relatos publicados a lo largo de su vida por Edgar Allan Poe (1809-1849), quien señaló que "al escribir estos cuentos uno por uno, a largos intervalos, mantuve, sin embargo, la unidad de un libro".
En un primer grupo de cuentos se reúnen las narraciones dominadas por el terror, la presencia de lo sobrenatural, la preocupación metafísica y el gusto por el análisis, mientras que en un segundo grupo se recogen las exploraciones sobre el pasado y el futuro, los bellos relatos contemplativos que encierran la filosofía de Poe sobre el paisaje, la serie de estampas grotescas y los cuentos de carácter satírico.
Edgar Allan Poe
Cuentos completos
Traducción Julio Cortázar
ePUB v1.0
akilino26.06.11
Notas
Esta noticia de los hechos salientes de la vida de Poe sigue, en líneas generales, la biografía de Hervey Allen, Israfel, The Life and Times of Edgar Allan Poe, la más completa hasta la fecha junto con la de Arthur Hobson Quinn.
Es sabido que el psicoanálisis aplicado a los relatos de Poe proporciona sorprendentes resultados en este terreno. Véase el libro de Marie Bonaparte, y, en un plano meramente deductivo, el de Joseph Wood Krutch.
Las relaciones amorosas de Poe integran una enorme bibliografía, iniciada por las memorias o las fábulas escritas posteriormente por varias de las protagonistas, quienes no hicieron más que aumentar la confusión sobre este tema. Edmund Gosse lo ha resumido con mucho humor: «Que Poe fue un pertinaz enamorado, constituye otro cargo irrefutable. Cortejó a muchas mujeres, pero sin acarrear daño a ninguna. A todas les gustó muchísimo. Hubo por lo menos una docena, y el orgullo que cada una muestra en sus memorias por las atenciones de Poe, sólo es igualado por su odio hacia las otras once.»
Ver Arquímedes, De Incidentibus in Fluido, lib. 2.
Hop, brinco; frog, rana. (N. del T.)
En L’an deux mille quatre cents quarante, Mercier defiende seriamente la doctrina de la metempsicosis, y J. d'Israeli afirma que «no hay ningún sistema tan sencillo y que repugne menos a la inteligencia». Se dice asimismo que el coronel Ethan Allen, «el muchacho de las Montañas Verdes», era asimismo un firme convencido de la metempsicosis.
El Hortulus Animae cum Oratiunculis Aliquibis Superadditis, de Grünninger.
Pues como Júpiter, durante el invierno, da por dos veces siete días de calor, los hombres han llamado a este tiempo clemente y templado, la nodriza de la hermosa Alción (Simónides).
Watson, el doctor Percival, Spallanzani y, especialmente, el obispo de Landaff. Véanse los Ensayos químicos, tomo V.
Edén, en una forma caprichosa propia de Poe, (N. del T.)
El Edén. (N. del T.)
«Difícil será descubrir un mejor (método de educación) que el descubierto ya por la experiencia de tantas edades; puede resumírselo en gimnasia para el cuerpo y música para el alma» (República, lib. 2). «Por esta razón la música es una educación esencial, pues hace que el Ritmo y la Armonía penetren íntimamente en el alma, afirmándose en ella, llenándola de belleza y embelleciendo la mente humana... Alabará y admirará lo hermoso; lo recibirá con alegría en su alma, se alimentará de él e identificará con él su propia condición» (id. lib. 3). La música, μουσική, tenía entre los atenienses una significación muchísimo más amplia que entre nosotros. No sólo abarcaba las armonías de tiempo y melodía, sino la dicción poética, el sentimiento y la creación, todos ellos en un sentido más amplio. En Atenas el estudio de la música consistía en el cultivo general del gusto —ese gusto que reconoce lo hermoso— distinguiéndolo claramente de la razón, que sólo atiende a lo verdadero.
«Historia», de ίστορείν, contemplar.
Purificación parece emplearse aquí con referencia a su raíz griega πϋρ, fuego.
Júpiter confunde antennæ con tin, estaño. Resulta imposible traducir adecuadamente la jerga con que se expresa Júpiter, y que es propia de los negros del sur de los Estados Unidos. (N. del T.)
Kid, cabrito. (N. del T.)
Rousseau, Nouvelle Héloïse. (E. A. P.)
En ocasión de la publicación original de Marie Rogêt, las notas que ahora se agregan al pie fueron consideradas innecesarias; pero los varios años transcurridos desde la tragedia en la cual se funda este relato obligan a incorporarlas, así como a decir en pocas palabras el propósito general del presente escrito. Una joven llamada Mary Cecilia Rogers fue asesinada en las cercanías de Nueva York y, aunque su muerte produjo intensa y duradera conmoción, el misterio que la rodeaba seguía sin resolverse cuando este relato fue escrito y publicado (noviembre de 1842). Fingiendo narrar el destino de una grisette parisiense, el autor siguió con todo detalle los hechos esenciales (parafraseando los menos importantes) del verdadero asesinato de Mary Rogers. Así, todos los argumentos de la ficción se aplican a la verdad, pues su objeto era la investigación de esa verdad.
El misterio de Marie Rogêt fue escrito lejos de la escena del asesinato y sin otros medios de investigación que los datos de los periódicos. EL autor careció, por tanto, de muchos elementos que habría obtenido de hallarse en el lugar y haber podido recorrer las vecindades. De todos modos no está de más recordar que la confesión de dos personas (una de ellas la madame Deluc del relato), efectuadas en distintos momentos y muy posteriores a la publicación, confirmaron plenamente no sólo la conclusión general, sino todos los detalles hipotéticos principales por los cuales dicha conclusión había sido alcanzada.
Nassau Street.
Anderson.
El Hudson.
Weehawken.
Payne.
Crommelin.
El Mercury, de Nueva York.
Brother Jonathan, de Nueva York, dirigido por H. Hastings Weld, Esq.
Journal of Commerce, Nueva York.
Saturday Evening Post, de Filadelfia, dirigido por C. I. Peterson, Esq.
Adam.
Véase Los crímenes de la calle Morgue.
The Commercial Advertiser, de Nueva York, dirigido por el coronel Stone.
«Toda teoría basada en las cualidades de un objeto no podrá desarrollarse en lo concerniente a sus fines; aquel que ordena tópicos con referencia a sus causas, cesará de valorarlos con relación a sus resultados. Así, la jurisprudencia de todas las naciones muestra que, cuando la ley se convierte en una ciencia y en un sistema, cesa de ser justicia. Los errores en que incurre el derecho usual por su ciega devoción a los principios de clasificación son claramente visibles si se observa con cuánta frecuencia la legislatura se ha visto obligada a intervenir para restablecer la equidad que sus formas habían perdido.» Landor.
The Express, Nueva York.
The Herald, Nueva York.
Courier and Inquirer, de Nueva York.
Mennais era uno de los sospechosos a quienes se arrestó en un primer momento, pero que fue excarcelado por falta de pruebas.
Courier and Inquirer, de Nueva York.