1. Petrogrado en 1917
2. La ofensiva de Kérenski y la retirada de julio
3. Finlandia y los Estados bálticos
4. Avance y ocupación de los alemanes. Marzo-noviembre de 1918
5. La Marcha del Hielo. Primera Campaña del Kubán
6. Ocupación Aliada de Arcángel
7. El Caspio
8. El Volga y el Cáucaso (1918)
9. Verano de 1919: Avance del Ejército Blanco
10. La retirada de Kolchak, 1919
11. Venganza del Ejército Rojo y retirada de Denikin
12. La guerra polaco-soviética y el final de los Blancos, 1920
Créditos de las ilustraciones
Rasputín, el zar y la zarina. Alamy / World History Archive
El príncipe y la princesa Yusúpov. Alamy / The History Collection
Asamblea del Sóviet de Petrogrado en 1917. Alamy / Pictorial Press Ltd
Cartel bolchevique que ensalza la Flota Roja. Bridgeman Images / Tobie Mathew
El general Lavr Kornílov y Borís Sávinkov. Topfoto / Sputnik
El general Kornílov es recibido como un héroe el 12 de agosto de 1917. Alamy / Historic Collection
Mujeres, de la clase categorizada como «expersonas», venden sus últimas posesiones. Getty Images / Slava Katamidze Collection
El general M. V. Alekséyev. Alamy / Archive PL
La «Guerra de las Vías». Bridgeman Images / The Stapleton Collection
El coronel V. G. Buizin, con su esposa, V. I. Buizina. Archivo Estatal Ruso de Cine y Fotografía, Krasnogorsk
Marzo de 1918, divisiones alemanas entran en Kiev. Bridgeman Images / Sputnik
Yósif Stalin como comisario del Décimo Ejército en Tsaritsyn. Alamy / Süddeutsche Zeitung Photo
El coronel Andréi Shkuró con su papaja de piel de lobo. Alamy / Alto Vintage Images
El general Radola Gajda. Alamy / Eraza Collection
Mujeres revolucionarias. Getty Images / Bob Thomas / Popperfoto
La flotilla Roja del Volga, dirigida por Fiódor Raskólnikov. Alamy / Keystone Press
M. N. Tujachevski. Alamy / Chronicle
Tropas estadounidenses desembarcan en Vladivostok. Alamy / Pictorial Press Ltd
El general de división Graves se reúne con el atamán Semiónov. Alamy / Alamy Stock Photo
El general Vladímir Mai-Mayevski. Alamy / Reading Room 2020
Néstor Majnó. Alamy / Album
El general Nikolái Yudénich y el general Aleksandr Rodzianko. Alamy / Yogi Black
Vladímir Lenin y León Trotski, en la Plaza Roja, en 1919. Alamy / mccool
Tren hospital de la Cruz Roja de Estados Unidos, en la Siberia occidental. Museo Nacional de la Armada de Estados Unidos, dominio público, a través de Wikimedia Commons
El tren blindado Blanco «Rusia Unida». Alamy / Süddeutsche Zeitung Photo
Vehículos blindados británicos en Tsaritsyn. Alamy / Reading Room 2020
El general Antón Denikin. Alamy / Chronicle
El general y barón Piotr Wrangel. Alamy / Heritage Image Partnership Ltd
Denikin anuncia la «Directiva de Moscú» en Tsaritsyn. Archivo Estatal Ruso de Cine y Fotografía, Krasnogorsk
El almirante Kolchak, Gobernante Supremo. Getty Images / Universal History Archive
Johan Laidoner visita a Bułak-Bałachowicz. Alamy / Historic Images
El almirante Kolchak y su amante, la poeta Ana Timiriova. Alamy / Heritage Image Partnership Ltd
El general Yákov Slaschov. Alamy / History and Art Collection
Cosacos del Don evacuados, en la cubierta del HMS Emperor of India. Alamy / Chronicle
Dos soldados del Ejército Rojo con un tanque británico Mark V. Alamy / CPA Media Pte Ltd
El Primer Ejército de Caballería (Konarmia) de Budionny. Alamy / Photo 12
El mariscal Józef Piłsudski. Alamy / Pictorial Press Ltd
Budionny, Frunze y Voroshílov en Crimea, 1920. Alamy / Süddeutsche Zeitung Photo
Inanición en la Siberia occidental. Alamy / ITAR-TASS News Agency
Los hombres de Tujachevski aplastan el levantamiento de Kronstadt. Topfoto / Sputnik
Prefacio
En enero de 1902, el duque de Marlborough escribió a su primo, Winston Churchill, y le describió cierto baile cortesano al que había asistido en San Petersburgo. Marlborough estaba asombrado por la grandeza anacrónica en la que el zar de todas las Rusias parecía atrapado. Calificó a Nicolás II de «hombre amable y agradable que se esfuerza por interpretar el papel propio de un autócrata».
Fue una recepción propia de Versalles, con toda su gloria y ostentación: «Se sirvió una cena para casi tres mil personas. No va a ser fácil describir el efecto de tal espectáculo, de tal cantidad de personas sentándose al mismo tiempo. Para poder darte una idea de en qué escala se desarrolló, solo se me ocurre recordarte que en total habría unos dos mil sirvientes para atender a los invitados, entre ellos cosacos, mamelucos y palafreneros al estilo que leíamos se usaba en Inglaterra en el siglo XVIII : con los sombreros engalanados con enormes plumas de avestruz. En cada una de las habitaciones hay destacada una banda militar que va interpretando el himno nacional por donde quiera que el zar pasa... Había también otra guardia de honor cuyo deber consistía, al parecer, en mantener las espadas en alto durante cinco horas consecutivas».
Cuando en una cena posterior Consuelo Vanderbilt, la joven esposa de Marlborough, preguntó al zar sobre la posibilidad de introducir en Rusia un gobierno democrático, este contestó: «Vamos doscientos años por detrás de Europa en el desarrollo de nuestras instituciones políticas nacionales. Rusia todavía es más asiática que europea y, en consecuencia, debe regirse por un gobierno autocrático».