Cuando el día 1 de agosto de 1914 el Endurance zarpó desde el puerto de Londres, una euforia extraña, mezcla de orgullo y temor, dominaba la tripulación: por primera vez en la Historia, un puñado de hombres intentaría cruzar a pie el continente antártico.
La misión casi parecía imposible, pero la voluntad de Sir Ernest Shackleton, el jefe de la expedición, era capaz de convertir cualquier conjetura en algo palpable y cierto. Ni siquiera en octubre de 1915, cuando el Endurance se quedó atrapado y hubo que abandonar su carcasa agonizante, los ánimos flaquearon: asentados en un témpano de hielo y embutidos luego en tres pequeños botes salvavidas, Shackleton y sus hombres sobrevivieron, enfrentándose al terror de la larga noche polar.
La madrugada del día 20 de mayo de 1916, los obreros que trabajaban en la estación ballenera de Stromness vieron acercarse una figura insólita, con la ropa hecha jirones y el pelo suelto a media espalda: tras casi quinientos días sin pisar tierra firme, ahí estaba Sir Ernest Shackleton para comunicar al mundo entero que él y su gente habían conseguido huir de la cárcel de viento y hielo que a punto estuvo de convertirse en su tumba.
La prisión blanca es el testimonio vívido de esta aventura que ensanchó los límites de la realidad para que ahí cupieran los sueños de unos hombres valerosos.
Alfred Lansing
La prisión blanca
ePub r1.0
Titivillus 15.11.16
Título original: Endurance. Shackleton’s Incredible Voyage
Alfred Lansing, 1959
Traducción: Elena de Grau
Diseño de cubierta: Titivillus
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
En reconocimiento de ese algo, sea lo que fuere,
que hace que los hombres consigan lo imposible.
ALFRED LANSING (Chicago 21 de julio 1921 - 1975) fue un periodista y escritor estadounidense. Tras cumplir más de cinco años en la Marina, se inscribió en la Universidad de Northwestern, y se especializó en periodismo. Hasta 1949 editó un periódico semanal en Illinois. Después se unió a la United Press y en 1952 se convirtió en un escritor independiente.
Conocido por su libro La prisión blanca (1959), en el que narra la Expedición Imperial Transantártica, que tuvo lugar entre 1914 y 1917. Lansing habló con diez de los miembros supervivientes de la expedición y se le concedió acceso a las revistas y diarios personales de otros ocho con el fin de obtener una visión más completa de la expedición.
Notas
[1] El explorador americano Adolphous Greely pasó los años 1881-1884 en el Ártico. Diecisiete de sus veinticuatro hombres murieron de hambre cuando su barco de socorro no consiguió llegar hasta ellos.
[2] Por alguna razón, James omitió la última parte de la frase: «El hombre propone y Dios dispone».
Estoy completamente obsesionado con la idea de escapar… Hemos
estado durante cuatro meses en el témpano, un tiempo inútil para
todos. Día tras día, lo único que tenemos a nuestro alrededor es
la misma blancura absolutamente inmaculada e imperturbable.
Prefacio
L A HISTORIA que sigue es verdadera.
Me he esforzado en relatar los acontecimientos tal y como ocurrieron y en describir con la mayor exactitud las reacciones de los hombres que los vivieron.
Para este propósito, se me ha permitido consultar gran cantidad de material, sobre todo los diarios extremadamente detallados de casi todos los miembros de la tripulación que escribieron uno. Es sorprendente lo minuciosos que son, considerando las condiciones en las que se redactaron. A decir verdad, contienen mucha más información de la que podría incluirse en este libro.
Estos diarios de navegación son una hermosa y extraña colección de documentos, ahumados con grasa, arrugados porque se mojaron y luego fueron puestos a secar. Algunos se escribieron en libros de contabilidad con una caligrafía clara. Otros, en pequeños blocs de notas y con letra pequeña. En todos los casos, sin embargo, se ha conservado el lenguaje exacto, la puntuación y la espontaneidad con que fueron escritos.
Además, para facilitar la lectura de estos diarios, casi todos los miembros supervivientes de la expedición se sometieron a largas horas y muchos días de entrevistas con una amabilidad y espíritu de cooperación para los que no tengo suficientes palabras de agradecimiento. La misma buena voluntad caracteriza las numerosas cartas en las que estos hombres contestaron a muchas de las preguntas que surgieron.
Así, la mayoría de los supervivientes de esta extraordinaria aventura trabajaron conmigo, de buena gana y con un acusado grado de objetividad, para volver a crear en las páginas que siguen una descripción de los acontecimientos tan veraz como fue posible. Estoy muy satisfecho de mi colaboración con ellos.
Sin embargo, estos hombres no comparten conmigo responsabilidad alguna. Si en la narración existen inexactitudes o interpretaciones erróneas, se deben sólo a mí y no deben atribuirse a los que tomaron parte en la expedición.
Los nombres que me ayudaron a hacer posible este libro aparecen al final del mismo.
A. L.
Miembros de la Expedición
Transantártica Imperial
Sir Ernest Shackleton | jefe |
Frank Wild | lugarteniente |
Frank Worsley | capitán |
Lionel Greenstreet | primer oficial |
Hubert T. Hudson | oficial de derrota |
Thomas Crean | segundo oficial |
Alfred Cheetham | tercer oficial |
Louis Rickenson | primer oficial de máquinas |
A. J. Kerr | segundo oficial de máquinas |
Dr. Alexánder H. Macklin | médico |
Dr. James A. McIlroy | médico |
James M. Wordie | geólogo |
Leonard D. A. Hussey | meteorólogo |
Reginald W. James | físico |
Robert S. Clark | biólogo |
James Francis (Frank) Hurley | fotógrafo oficial |
George E. Marston | dibujante oficial |
Thomas H. Orde-Lees | experto en motores (más tarde pañolero) |
Harry McNeish | carpintero de ribera |
Charles J. Green | cocinero |
Walter How | marinero |
William Bakewell | marinero |
Timothy McCarthy | marinero |
Thomas McLeod | marinero |
John Vincent | marinero |
Ernest Holness | fogonero |
William Stevenson | fogonero |
Ernest Holness | fogonero |
Perce Blackborow | polizón (luego mozo) |