LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL
© LOM Ediciones
Primera edición, 2012
ISBN: 978-956-00-0342-3
ISBN Digital: 978-956-00-0676-9
Diseño, Composición y Diagramación
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José A. Marimán
Autodeterminación
Ideas políticas mapuche en el albor del siglo XXI
A mi esposa
Elizabeth L. Parmelee
A mis hijos
Danko Marimán, Lemunantu Marimán y Liukura Marimán
A mis viejos (Q.E.P.D.)
Glovis Marimán, Margarita Quemenado, Benito Marillán y Reinaldo Cid
Agradecimientos
Deseo agradecer en primer lugar a mi esposa Elizabeth, quien siempre me alentó a terminar este trabajo, así fuera en tiempos prósperos o difíciles. También quisiera agradecer al catedrático Dr. Ramón Máiz, tutor de mi tesis doctoral y de la cual se deriva este libro. Él mostró interés desde el comienzo en ver el resultado de mi trabajo, y eso ha sido un aliciente para impulsarme a terminar la tarea.
Javier Lavanchy, antropólogo, es candidato a mis reconocimientos también. En mis viajes a Chile me ha brindado invaluables horas de conversación documentada que han cuestionado mis ideas y me han ayudado a refinar mis argumentos.
Finalmente, quiero agradecer a esos amigos de siempre que me han ofrecido la hospitalidad de sus casas, interminables horas de plática fraternal y afecto cuando he debido viajar a Chile, y sin cuyo significativo aporte todo hubiese resultado más difícil: Osvaldo Hernández y Eliana Henríquez, Quito Vásquez y Ginnia Silva, y Alejandra Mancilla.
Parte I
Introducción
1. ¿De qué trata este libro?
Escribiendo sobre los mapuche En el presente podríamos añadir a esa percepción e interrogantes de Stuchlik, otra interpelación de no menor importancia en el estudio de las ideas políticas y descuidada hasta hace poco por muchos cientistas sociales chilenos. A saber, ¿qué piensan los mapuche ?
La década del 1980 vio emerger dos obras importantes desde el punto de vista de la historia, la sociología y la política escritas por chilenos: Historia del Pueblo Mapuche: Siglos XIX y XX del Licenciado en Filosofía José Bengoa (1985), y Líderes y Contiendas Mapuche, 1900-1970 de los antropólogos Rolf Foerster y Sonia Montecinos (1989). Esas obras franquearon el derrotero señalado por Stuchlik, convirtiéndose en medulares para quienes osan explorar en el tema mapuche (en Chile). Ellas desarrollaron una narrativa que cubrió un período amplio y de conjunto de la historia de los mapuche , y en el cual importantísimos eventos tomaron lugar; entre otros, la derrota militar de los mapuche del lado occidental de los Andes y su incorporación a Chile en el siglo XIX, y el nacimiento de las organizaciones etnogremiales o etnosindicales del siglo XX, que a lo largo de ese siglo lucharon por conquistas económicas y culturales a favor de los campesinos mapuche .
No obstante, el trabajo de José Bengoa concluyó borrando a los mapuche de la historia contemporánea, cuando en sus ultimas líneas afirmó: “se incorporaron en los veinte a las clases populares chilenas. En medio de los sueños se ha hecho realidad la política” (página 403 en la edición 1987 y 398 en la edición 2000). Este certificado de defunción temprano de los mapuche , y que siguió el rumbo de los estudios tradicionales sobre los mapuche en Chile (hasta los 1980 tanto los escritores conservadores como liberales auguraban la asimilación de los mapuche en el crisol de la “nación chilena”),
Foerster y Montecinos, por el contrario, optaron por un final distinto y abierto para su trabajo, en el cual responsabilizaron al racismo de la sociedad estatonacional justificado en la observación de los discursos de las organizaciones mapuche no cooptadas y en oposición a las políticas indígenas de los gobiernos posdictadura, y de la intelectualidad mapuche contemporánea.
Pero esta tesis de Foerster no encontró el camino llano para imponerse a los discursos hegemónicos en las ciencias sociales chilenas (conservador –autoritario, neoliberal–, humanista-progresista, ecologista, neomarxista-socialdemócrata, y marxista ortodoxo) como el nuevo y prominente paradigma explicatorio de la problemática mapuche ; alguien salió a la arena de las narraciones científico-sociales a disputarles validez a sus planteamientos. Alejandro Saavedra, sociólogo que saltó a la fama en 1971 de la mano de su conocido libro La Cuestión Mapuche (en que, actuando como Stuchlik definiera el interés científico chileno hasta los 1970, proponía un cambio requerido para los mapuche ), manifestó en el 2002 su rotundo desacuerdo con la descripción y explicación hecha por Foerster de las luchas mapuche.
Para Saavedra lo mapuche sigue expresando integración en la sociedad estatonacional chilena y manifestándose bajo la forma de múltiples identidades, entre las que destacan la nacional chilena, la de asalariados o identidad de clase, y la identidad indígena de mapuche. Todo ello habría hecho de la interpretación de Foerster, según este autor, ficción literaria antes que investigación científica. Por lo tanto, el sociólogo Saavedra le imputó al antropólogo Foerster la “paternidad” de un imaginario etnonacionalismo mapuche que no existiría más allá de su argumentación. En la época del capitalismo sin socialismo, afirma Alejandro Saavedra ( Los mapuches , 2002), la demanda mapuche de autonomía no expresaría etnonacionalismo, sino la petición de los tiempos por parte de campesinos pobres de extracción indígena y marginados del poder, que requieren aliarse con otros pobres de la sociedad estatonacional para cambiar un sistema de opresión esencialmente económica y que aflige a todos por igual.
Propósito que guía el escrito y tesis
Cuando en el mundo erudito universitario e intelectual-indígena algunos tomaban palco y se disponían a esperar la contrarrespuesta de Foerster para así presenciar, desde la mejor tribuna posible, un debate en las ciencias sociales chilenas acerca del “ser o no ser” del etnonacionalismo mapuche , vino a ocurrir algo que trastrocó todo el escenario:
Desde hace ya dos meses un grupo de mapuches hemos iniciado un diálogo respetuoso y franco tendiente a visualizar salidas al actual estado de estancamiento en que se encuentra el movimiento mapuche. Este diálogo ha tenido como punto de partida consensuado la necesidad de dar un salto adelante en la lucha organizada de nuestro pueblo mediante la conformación de un Partido Político Mapuche, de carácter Autonomista y Nacionalitario ( Azkintuwe , Año 3, Nº 17, diciembre-enero, 2006).
A partir de entonces el etnonacionalismo mapuche pasó de ser un suceso pronosticado, o caso contrario, un evento imaginario o negado, a un hecho en sí. Hoy por hoy los autodefinidos como (etno)-nacionalistas mapuche acumulan seis años de operaciones políticas en el escenario de la política estatonacional y regional chilena (escenario de la IX Región de Chile y también las regiones colindantes). Y aunque gran parte de ese tiempo han estado dedicados a procesos internos de búsqueda de definiciones políticas y a estructurar una fuerza humana que actúe en política (ver Azkintuwe , Año 4, Nº 22, octubre-noviembre, 2006), Wallmapuwen también se ha dado tiempo para experimentar sus primeras apariciones políticas. Ello lo ha hecho tanto por la vía de emitir declaraciones frente a problemáticas relevantes de política indígena de gobierno y sus impactos en los mapuche , como de participar en conversaciones con un gobierno, promoviendo-proponiendo sus visiones e iniciativas (ver Taiñ Rüpü , Nº 7, enero, 2007), proyecto político estratégico que, en una primera fase, debería expresarse en la lucha por conquistar “ una autonomía política territorial ” (ver Azkintuwe , Año 3, Nº 17, diciembre 2005-enero, 2006).