Pedro Cayuqueo
Porfiada y rebelde es la memoria
Crónicas mapuche
Pedro Cayuqueo
PORFIADA Y REBELDE ES LA MEMORIA Crónicas mapuche / Pedro Cayuqueo
Santiago de Chile: Catalonia, 2018
ISBN :978-956-324-665-0
ISBN Digital: 978-956-324-671-1
GRUPOS RACIALES, ÉTNICOS, NACIONALES
CH 305.8
Diseño de portada: Guarulo & Aloms
Fotografía de portada: cacique Lloncon, “Colección Museo Histórico Nacional”, por Gustavo Milet.
Diseño y diagramación:
Dirección editorial: Arturo Infante Reñasco
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Primera edición: septiembre 2018
ISBN :978-956-324-665-0
ISBN Digital: 978-956-324-671-1
Registro de Propiedad Intelectual N°A-294434
© Pedro Cayuqueo, 2018
© Catalonia Ltda., 2018
Santa Isabel 1235, Providencia
Santiago de Chile
www.catalonia.cl – @catalonialibros
En memoria de Carlos Martínez Sarasola, quien hoy cabalga hacia la tierra de sus ancestros.
Whenever I stumble, whenever I fall
Whenever I’m pushed against the wall
This white man’s world won’t tell me what to do.
Nowhere to run my native blood
I wanna reach and touch the Sun
Blistering my soul but I can’t feel
You hear me say, get out of my way
I’ll do it my own way.
TESTAMENT, “Native Blood”.
Prólogo
En estos textos de Pedro Cayuqueo, el pasado no consigue quedar atrás. Es como si el tiempo apenas transcurriera y la figura de Cornelio Saavedra, el militar que comandó la invasión chilena de Wallmapu a fines del siglo XIX, paseara todavía por los campos de la zona con disfraz de carabinero. Para ofensa de la memoria mapuche, la estatua de Saavedra fue instalada en plena plaza de Collipulli. La violencia, “la policial, la mapuche y también la privada de algunos nostálgicos del Ku Klux Klan, que ya asoma peligrosamente”, citando al autor, continúa siendo la lengua que prima en la región de la Araucanía.
Pero, si bien Cayuqueo constata esta dificultad para avanzar producto del desconocimiento y la soberbia, su mirada está siempre puesta en lo que podría ser nuestro país y no es. Con Pedro lo hemos conversado varias veces: ¿y si en lugar del empeño por meternos a todos en el mismo molde, festejáramos los distintos modos de vivir? ¿Si consiguiéramos “pasar del Chile de una sola ‘nación, cultura y lengua’ al Chile real del siglo XXI , caracterizado por su diversidad de identidades, colores, sabores, decires y miradas”? ¿No se parece eso a evolucionar de la fuerza a la política?
No son pocos ni pertenecen a un puro sector político aquellos que cuestionan el derecho de los mapuche a mantener viva su diferencia. Sostienen que la historia humana es una historia de dominaciones, que así no más es la cosa y que cualquier otra pretensión está embobada por un conservacionismo folclórico y absurdo. Esa rudeza, sin embargo, no está acorde con los tiempos que corren. No dialoga bien con la ola feminista que busca igualdad de derechos para hombres y mujeres y que aborrece el patriarcado, ni con las políticas de género que bogan por la libre elección de la identidad sexual, ni con el descrédito de una Iglesia hegemónica, ni con la imposición de una ideología a una población desprovista incluso de partidos políticos capaces de representarla mayoritariamente.
En sus columnas de opinión, Pedro Cayuqueo no pretende hablar a nombre del pueblo mapuche. Se trata, en realidad, de un mapuche que ha salido al mundo y que ve la realidad de su pueblo no desde una ruca, sino desde la experiencia comparada y con un concepto de democracia harto más moderno que el de la mayoría winka que desprecia su historia cultural. Da la impresión de que no escribiera solo a favor de su pueblo, sino de un tipo de Estado y una calidad de democracia.
Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz, famoso militar prusiano, decía que “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. Cayuqueo nos recuerda que “ entre 1924 y 1973, la lucha político-electoral fue el camino predilecto de las más importantes organizaciones mapuche. Siete diputados, varios reelectos por dos y hasta tres periodos, y una veintena de regidores” estarían ahí para demostrarlo. “En un siglo de activismo político, ha sido esta vía institucional (…) la más utilizada por el pueblo mapuche. Y la más efectiva”, concluye.
A lo largo de estas páginas, aunque por momentos se desanime y rabee, Cayuqueo puja por el retorno del diálogo y por el rescate de la política en lugar del enfrentamiento como camino de convivencia.
Patricio Fernández
¿Un nuevo intento fallido?
La Tercera, 12/julio/2016
Finalmente se presentó la denominada “Comisión Asesora Presidencial para la Araucanía”. O la “Mesa de Diálogo”, como en verdad la conocen todos. El secretismo de La Moneda generó un carnaval de rumores que solo acabó el jueves tras su primera cita en Temuco.
Aclarar de entrada un punto: el diálogo siempre será positivo, necesario, una luz al final del túnel. Es lo que se ha demandado como alternativa a la vergonzosa táctica política del avestruz. O la siempre inconducente lógica de las tanquetas y los calabozos. Pero se trata de una buena iniciativa muy mal implementada. A mi juicio, un nuevo intento fallido del Gobierno. A continuación, algunos de sus errores más evidentes.
Primer error: el carácter regional de la instancia. El conflicto, lo sabemos, trasciende por lejos los límites de la Araucanía. Incluso la conflictividad mapuche/forestales es mayor en la parte sur de la región del Biobío. En fundos de Tirúa, Contulmo y Cañete acampan hace años cientos de efectivos del Gope. Allí se concentra la militarización de facto y la resistencia mapuche más activa. Es además la cuna histórica de la Coordinadora Arauco-Malleco. ¿Qué opinarán en la región del Biobío de estar fuera de este diálogo?
Segundo error: el enfoque en la “violencia”. ¿Es Mesa de Diálogo o Mesa de Seguridad Pública? Centrar el debate en la violencia rural es equivocar una vez más el diagnóstico y el camino a transitar. La violencia es solo un síntoma de un conflicto mayor, político, cultural e histórico no resuelto.
“El Estado falló en gestar al sur del Biobío comunidad regional”, ha escrito el premio nacional de Historia Jorge Pinto. El Wallmapu es una sociedad fragmentada, de frágil convivencia social y escasa vocación por el diálogo interétnico. Allí está la verdadera enfermedad a tratar.
Tercer error: la convocatoria.
La mayoría de los invitados a la mesa son líderes de la sociedad civil. Rectores, escritores, académicos, una destacada emprendedora gastronómica, todos actuando de buena fe, pero sin poder político real. Esta debilidad cualquier aprendiz de político la olfatea a kilómetros. También lo hacen aquellos liderazgos mapuche que trascienden la demanda social.
Cuarto error: el inoportuno protagonismo del intendente Andrés Jouannet. Hablamos de un personaje cuando menos curioso. Hace tan solo semanas negaba existencia del pueblo mapuche y sus reclamos. Hoy lidera una mesa que, en teoría, busca caminos de solución al conflicto entre el Estado y el pueblo que él mismo asegura que no existe. Si alguien nota alguna incongruencia por favor avise a La Moneda.
Quinto error: insistir una vez más en el diagnóstico. No hay una agenda pauteada de temas, reconoció el propio ministro Mario Fernández en Temuco. Pésimo. En La Moneda ya existe una biblioteca completa de diagnósticos similares. Al menos diez comisiones desde 1990 a la fecha.
Una de ellas fue la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato bajo el gobierno de Ricardo Lagos. Fue encabezada por el expresidente Patricio Aylwin. Sesionó más de un año y participaron académicos, líderes de los nueve pueblos indígenas, políticos y hasta empresarios de derecha. Emanó un informe de seis tomos con potentes recomendaciones a todos los poderes del Estado. En algún cajón del subsuelo de La Moneda acumula polvo desde entonces.
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