Aurelio Penna
DESCIFRARY
ENTENDERLA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
DE VECCHI EDICIONES
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de Gustau Raluy Bruguera.
Procedencia de los textos citados: catholic.net (http://es.catholic.net) y
http://es.geocities.com/labibliaenlinea/indice.html
Diseño gráfico de la cubierta:YES
Fotografías de la cubierta: © Myron/Getty images; Dorling Kindersley/Getty images.
Diseño de maqueta: Anne-Claire Méry.
© De Vecchi Ediciones 2022
© [2022] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-63919-944-0
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice
ANTIGUO TESTAMENTO
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Introducción
Aunque no nos demos cuenta, nuestra vida, en aspectos que nos parecen instintivos y «naturales», se caracteriza y, en cierta manera, está determinada por unos sedimentos culturales milenarios que se interrelacionan profundamente con nuestra personalidad. Este es el caso de la tradición bíblica, que influye no sólo en los creyentes, sino también en los agnósticos y en los ateos, y, si sobrepasamos las fronteras del Occidente cristiano, se extiende a todas aquellas regiones del mundo donde está arraigada la civilización occidental.
La influencia de la Biblia se manifiesta, obviamente, en el terreno religioso. En efecto, repercute en todos los que creen en las «religiones del Libro»: hebreos, cristianos y musulmanes, aunque de un modo diferente. Concretamente, los fieles hebreos y protestantes han tenido siempre un conocimiento directo de la Biblia. Tradicionalmente, los cristianos ortodoxos y los católicos han absorbido sus conceptos a través del magisterio (es decir, la enseñanza) de sus Iglesias. En cuanto al islamismo —que venera a Abraham, el primer monoteísta—, su libro sagrado, el Corán, contiene abundantes citas sobre personajes bíblicos: los patriarcas, Jesucristo, María, etc.
Asimismo, se reconoce la influencia bíblica en la cultura laica y «secularizada»: en la literatura, la música, la pintura, la escultura, la arquitectura, etc., en la vida cotidiana y, en general, en todas las facetas de nuestra civilización. Sirvan de ejemplo las infinitas expresiones del lenguaje, las imágenes y las anécdotas de origen bíblico que forman parte de nuestro patrimonio cultural, aunque a veces su significado originario haya cambiado.
Pero también debemos pensar que la Biblia ha desempeñado un papel muy importante al forjar la ética del mundo moderno, sobre todo en tiempos de la Reforma protestante. De la Biblia nos llegan los principios de iniciativa y responsabilidad individual que caracterizan nuestra civilización, así como los principios de libertad, tolerancia, democracia y laicidad, la exaltación de la sensibilidad social y la lucha contra la miseria, la ignorancia y la degradación del hombre.
A diferencia de otras culturas, que subordinan los valores personales a los del colectivo, la cultura judeocristiana asigna al individuo un lugar en el mundo muy autónomo (aunque no totalmente).
La influencia de la Biblia no tiene que ver sólo con el pasado, sino que también alcanza hasta nuestros días. Traducida a unos 2200 idiomas y dialectos, actualmente es un superventas en términos absolutos: es el libro más vendido en el mundo. Cada año se imprimen de ella decenas de millones de copias; pero, pese a todo, hasta hace pocas décadas, la lectura directa y —por decirlo de algún modo— privada de la Biblia era un hecho bastante raro: no estaba prohibida, pero tampoco se alentaba. Con el Concilio Vaticano II las cosas cambiaron y en la actualidad el número de católicos que se acercan a leer directamente la Biblia va en constante aumento.
Un acontecimiento cultural de mucha relevancia es la traducción interconfesional —realizada por estudiosos católicos y protestantes— en una lengua común, basada en el método de las «equivalencias dinámicas», que permite presentar con el lenguaje actual el significado original de la Biblia.
Es importante señalar que la difusión de la Biblia avanza en nuestros días al mismo paso que el secularismo (una visión del mundo y un proyecto de sociedad que prescinden de la religión). También es singular el hecho de que, mientras las Iglesias cristianas tradicionales parecen estar en regresión, la Biblia continúa leyéndose: esto nos lleva a pensar que esta obra contiene un germen de vida autónomo y un mensaje siempre actual, hoy y hace tres mil años.
Cada vez son más quienes, sin tener relaciones con las Iglesias, o poseyendo un vínculo inestable y esporádico, leen por su cuenta la Biblia, por una necesidad de enriquecimiento cultural o, más a menudo, de búsqueda existencial. Pero no todos logran salir airosos de la empresa, en parte debido a la amplitud de la obra, indudablemente imponente, y en parte porque se trata de un texto de lectura bastante difícil.
Este libro quiere ayudar al lector a no estancarse en las primeras dificultades. Aquí encontrará las informaciones básicas y una guía de lectura ágil que le permitirán entender el mensaje fundamental de la Biblia.
PRIMERA PARTE
LAS CUESTIONES BÁSICAS
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Comparación con otros libros religiosos
A partir de la mitad del siglo XVIII se empezó a pensar que las distintas religiones eran manifestaciones diferentes de una necesidad humana común. Por ello, habría que incluir a todos los libros sagrados que llevan, más o menos, este mensaje en un mismo plano. Sin embargo, esta es una conclusión apresurada, porque una cosa es establecer el principio fundamental de la igualdad de todas las fes y otra, pretender homologar las diversas expresiones de religiosidad. En particular, la Biblia presenta algunas características distintivas, que entenderemos mejor si consideramos los libros sagrados de las otras grandes religiones.
Los libros del hinduismo. Los libros sagrados del hinduismo, los Veda, fueron compuestos entre el 1500 y el 800 a. de C. Los últimos, denominados Upanishad, tienen un enorme interés filosófico y literario. El término Veda significa en lengua sánscrita «ciencia», y sus autores están considerados en la tradición hinduista «invitados de los dioses» o incluso «hijos de los dioses»: estos habrían tenido el privilegio de ver los textos sagrados, antes incluso de que fueran escritos con sus propias manos. El contenido de los Veda está constituido esencialmente por textos doctrinarios, es decir, idóneos para proporcionar una enseñanza. En ellos se puede encontrar una cosmología y una cosmogonía de base panteísta, y una concepción cíclica del tiempo, presentado como una rueda animada por un movimiento perpetuo que vuelve siempre al mismo punto, sin ningún objetivo ni redención final. Para escapar a la eterna recurrencia del tiempo, el hombre debe adquirir una consciencia adecuada y ejercitarse en las prácticas ascéticas; así podrá librarse del deseo, que es la causa de los sucesivos renacimientos. Según la concepción religiosa hinduista, el mundo tiene una apariencia engañosa y el hombre no tiene poder sobre este.
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