La teología argentina del pueblo
©Lucio Gera
Edición de Virginia R. Azcuy
©Ediciones Universidad Alberto Hurtado
Alameda 1869 . Santiago de Chile
. 56-228897726
www.uahurtado.cl
Primera edición, agosto de 2015
ISBN libro impreso: 978-956-357-042-7
ISBN libro digital: 978-956-357-043-4
Registro de propiedad intelectual Nº 255.028
Este es el décimo sexto tomo de la colección Teología de los tiempos
Colección Teología de los tiempos
Dirección Colección Teología de los tiempos: Carlos Schickendantz
Dirección editorial: Alejandra Stevenson Valdés
Editora ejecutiva: Beatriz García-Huidobro
Diseño de la colección y diagramación interior: Alejandra Norambuena
Fotografía portada: Santuario de San Cayetano, Buenos Aires
Con las debidas licencias. Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.
En la fiesta popular de San Cayetano del 7 de agosto de 2012, fallecía Lucio Gera, uno de los principales protagonistas intelectuales, si no el principal, que se esforzó para que la Iglesia en la Argentina realizara el proceso de renovación conciliar. Posteriormente, bajo el impulso del Consejo Episcopal Latinoamericano y la orientación de Evangelii nuntiandi de Pablo VI, siguió dando frutos en Puebla en 1979 y hasta nuestros días, como en Evangelii gaudium de Francisco.
La génesis y los núcleos inspiradores de la “teología del pueblo” resultan incomprensibles sin el contexto secular y eclesial argentino de la segunda mitad del siglo XX. Ante todo, cabe mencionar el fenómeno del peronismo, con su arraigo popular, su proscripción política y los fuertes antagonismos que produjo en el país, pero también la “emergencia de lo popular” percibida en dicho movimiento político por los representantes de la visión teológico-pastoral naciente. De hecho, una de las preocupaciones centrales de fines de la década del cincuenta era la identidad del catolicismo argentino, sobre todo a partir del trauma que significó el conflicto de la Iglesia con el peronismo; otra inquietud era la ausencia de la Iglesia en el mundo obrero. Esta realidad planteó un escenario complejo y tenso en el inmediato posconcilio, en el cual—en medio de consensos y contradicciones, fracturas y nuevos comienzos—se fue abriendo paso lentamente una recepción original.
La presente edición quiere contribuir a que se conozca la “teología argentina del pueblo” en sus orígenes y aportes fundamentales, sobre todo en la etapa que se extiende entre la clausura del Concilio Vaticano II y la Conferencia de Puebla. Por ser Lucio Gera el teólogo principal de esta corriente, se compilan e introducen en este libro un puñado de “escritos testigo” que, por su tipicidad y carácter explicador de un contexto local del Cono sur de América Latina, ayuden a comprender la génesis y la propuesta de la teología del pueblo. Los nueve textos seleccionados—de diversos géneros y extensión—pertenecen a tres períodos y son presentados de forma general en esta introducción: el período 1966-1970 corresponde al aporte colectivo de la Coepal, que fue la matriz principal de la recepción conciliar argentina y de la génesis de la teología del pueblo; se ubica en el inmediato posconcilio con los hitos de Medellín y su relectura en el Documento de San Miguel. A dicho aporte se dedica la primera parte de esta introducción: ¿Cómo nació la teología del pueblo? En el período en torno a Evangelii nuntiandi y Puebla, me concentro en dos ciclos cortos para destacar mejor lo central de cada uno: 1974-1975 y 1976-1979. El primero se caracteriza por una síntesis coepaliana sobre “pastoral popular” y se encuentra bajo el leit-motiv de la evangelización, ligado a Pablo VI; en él se profundiza la participación argentina en la reflexión desde América Latina. El ciclo 1976-1979 constituye un momento singular de desarrollo especulativo y formulación sistemática de la teología argentina del pueblo, tanto para la Iglesia latinoamericana en el camino hacia Puebla como para la celebración de esta Conferencia; parece importante destacar que, sobre todo este último ciclo de la teología geriana, va más allá que una teología del pueblo. La segunda parte de este estudio introductorio se orienta a exponer los rasgos principales de este período; ella se presenta en relación con un potente interrogante: ¿Dónde está el pueblo? Finalmente, algunos textos del período 1990-1992 se añaden como lecturas de San Miguel, Medellín y Puebla en retrospectiva y abriendo perspectivas hacia el futuro; su consideración me permite iniciar una apropiación y actualización del recorrido presentado previamente, para sintetizar los principales núcleos de la teología argentina del pueblo y destacar algunos aspectos de vigencia y desafío para el futuro. A modo de conclusión abierta, se incluye finalmente un texto poético —correspondiente al último período—con un particular valor de símbolo.
Así, esta introducción ofrece un ensayo de contextualización e interpretación general de la teología argentina del pueblo en tres períodos delimitados y un autor de referencia. Una segunda contribución se realiza en las introducciones y notas de la editora propuestas a cada texto —entre corchetes—y consiste en proponer el contexto inmediato y la significatividad específica de cada uno de los escritos elegidos, además de su relación con otros escritos del teólogo. De acuerdo con los diversos recortes señalados —períodos, textos, autor y temas—, la presente edición es necesariamente fragmentaria, pero se enmarca en otra más amplia, en dos volúmenes, de los principales Escritos Teológico-Pastorales de Lucio Gera, cuya compilación abarca medio siglo de historia eclesial y nacional reciente. ¿Cuáles son sus principales semillas y desafíos?
La teología del pueblo nació en un contexto determinado, como teología situada que brota de una realidad histórica concreta, como reflexión que busca discernir los signos de Dios en los tiempos del país. En efecto, la experiencia histórica argentina y sus movimientos populares se encuentran en primer lugar entre los grandes cauces que inspiran el interés por el pueblo, su cultura y su religiosidad en esta teología: “Hay una experiencia que viene a través del curso político. Evidentemente, a través del peronismo, del movimiento nacional y popular, del irigoyenismo que nosotros hemos vivido en nuestra niñez”.
Un segundo cauce reflexivo viene dado por la condición sociocultural de quienes confluyeron en esta búsqueda teológica colectiva en Argentina. Al respecto, Gera comenta que —en su visión—ha jugado mucho la experiencia inmigratoria: “El inmigrante está obligado a preguntarse por su identidad —quién soy en definitiva—y a elegir una identidad. Y nosotros elegíamos una identidad en las extracciones populares de nuestra gente y no en la oligarquía”, una auténtica expresión sapiencial de la búsqueda de renovación que ya se venía madurando en las iglesias locales antes del Concilio.
Y como tercer cauce reflexivo para la teología argentina, el autor señala enfáticamente el Concilio Vaticano II, al que no duda en nombrar primero entre los acontecimientos históricos que más lo marcaron en su vida; no solo por su función prácticamente determinante para el surgimiento de la teología en toda América Latina, sino también por su carácter
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