«No buscamos lo griego ni por amor a lo griego, ni para mejorar la ciencia; ni siquiera lo buscamos para establecer un diálogo más claro, sino únicamente con la vista puesta en eso que quería salir a palabra en tal diálogo, suponiendo que accediese por sí mismo a la palabra».
POR MIGUEL CASTILLO DIDIER
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS GRIEGOS, BIZANTINOS Y NEOHELÉNICOS
UNIVERSIDAD DE CHILE
N o resulta tarea fácil el presentar este libro del profesor Federico Aguirre: Arte y teología. El renacimiento de la pintura de íconos en Grecia Moderna.
Pareciera, por su título, que la obra tiene que ver con dos disciplinas: con la teología y con las artes plásticas, y más concretamente con la pintura de imágenes sagradas en el ámbito de ese arte en la Grecia actual. Pero cuando se leen las páginas de este tremendo libro, se comprueba que son tres disciplinas las que se entrelazan en el desarrollo de la tesis central: la teología, la filosofía y el arte de la pintura de íconos. Y parece difícil que, exceptuado el autor de la obra, haya en Chile alguien que tenga competencia en las tres disciplinas.
Hemos caracterizado recién esta obra como un “tremendo libro”. Y en verdad lo es. Es una investigación amplísima y muy rigurosa, que tiene que haber requerido de su autor un enorme y arduo trabajo: haber examinado una bibliografía amplísima; haber planificado con notable lucidez todos los pasos encaminados a comprobar la hipótesis inicial; haber desarrollado ese complejo esquema en un texto estrictamente documentado; y todo esto, sin haber podido el autor estar dedicado exclusivamente a este trabajo, debiendo repartir su tiempo entre actividades universitarias docentes y administrativas y labores propias del arte al que se dedica.
La obra tiene tres grandes capítulos: I Photis Kóntoglou: la agiographía como expresión del helenismo contemporáneo o la cuestión de la tradición; II Giorgos Kordis: la eikonourgía como origen de un sistema pictórico o la cuestión de la obra de arte; III Christos Yannarás: La imagen “eclesial”. Hacia una ontología de la imagen.
Hay, pues, tres figuras fundamentales de la cultura neogriega, cuyas prácticas y cuyas ideas se examinan a través de esta obra. Dos de ellas se han dedicado intensamente a pintar íconos y han escrito sobre ese arte: Kóntoglou y Kordis. La tercera, Christos Yannarás es uno de los más importantes representantes de la filosofía griega moderna.
En palabras del autor, la hipótesis de este trabajo “se podría formular de la siguiente manera: la realidad de la producción contemporánea de íconos da lugar a un ‘giro hermenéutico’, es decir un cambio en la interpretación de lo que suele denominarse ‘ícono bizantino’. En virtud de este giro, se hacen patentes determinadas problemáticas de la civilización contemporánea y se constata la pervivencia de ciertos valores diacrónicos de la civilización griega. El giro en cuestión […], queda en evidencia por la proliferación de talleres, institutos y cátedras universitarias donde la tradición pictórica del Oriente cristiano se presenta como algo más que un objeto de museo. Por su parte, esta interpretación moderna de la tradición del ícono no se limita a un ámbito meramente confesional, sino que juega un rol fundamental en el desarrollo mismo de nuestra cultura contemporánea de la imagen”.
La pregunta que puede sintetizar la indagación del profesor Aguirre es, pues, la siguiente: “¿Puede la tradición del ícono constituirse en una propuesta artística contemporánea?”
Llegado al final del largo y arduo camino investigativo, el autor reitera lo que había expresado al comienzo: no ha sido su intención el contestar tal interrogación, sino destacar su importancia hermenéutica para la comprensión tanto de la cultura griega moderna como de la problemática estética contemporánea.
Nosotros, desde el modesto ángulo de la admiración y el amor por la cultura griega, la de todos los tiempos, la antigua, la medieval y la neogriega, nos inclinaríamos por una respuesta afirmativa.
Terminamos estas palabras prologales, expresando nuestra sincera admiración por esta obra del profesor Aguirre, la que viene a constituirse en un nuevo hito de su labor teórica, que es paralela a sus tareas como artista centradas éstas principalmente en el ícono.
H oy en día existe un auténtico fervor por los denominados íconos bizantinos. En todo el mundo han florecido talleres de iconografía donde se aplican las técnicas tradicionales para elaborar un ícono, se realizan congresos y se han establecido cátedras universitarias relativas al arte bizantino y a la teología del ícono. En países de tradición ortodoxa, la pintura de íconos se ha estatuido incluso como el arte oficial de la iglesia, desarrollándose proyectos iconográficos de gran envergadura. Esta realidad de la pasión de nuestra época por el ícono plantea, sin embargo, determinadas interrogantes que no han sido abordadas en todas sus dimensiones. El descubrimiento, por ejemplo, de la especificidad plástica del ícono a principios del siglo XX y su relación directa con el surgimiento de las Vanguardias históricas es un tema que no ha sido discutido suficientemente. Por otro lado, la intención de emplear la tradición en cuestión como expresión de fe de la Iglesia actual exige vincular la tradición teológica que encarna el ícono con las búsquedas de sentido de la civilización contemporánea, sobre todo si se quiere ver en el ícono una lengua plástica capaz de decir la experiencia de fe de los creyentes de hoy en día.
Como destacan diversos autores, la historia moderna del ícono es un tema pendiente. Y no solo porque carezcamos de estudios al respecto, sino sobre todo a causa de la ausencia de un marco metodológico adecuado para abordar la pregunta fundamental que se cierne detrás de nuestra pasión contemporánea por los íconos: ¿es posible que una tradición del pasado perviva dando lugar a una poética del presente, o se trata de un espejismo generado por la nostalgia de un pasado mejor?
El presente estudio trata sobre el proceso de restitución de la tradición del ícono en el contexto de Grecia moderna y las cuestiones hermenéuticas que este proceso plantea. Su objetivo no es realizar un análisis pormenorizado, sino configurar un marco metodológico para el planteamiento de la pregunta que hemos apuntado. Para llevar a cabo esta labor, analizaremos la obra de tres autores griegos contemporáneos: Photis Kóntoglou, Giorgos Kordis y Christos Yannarás. En la obra de estos autores se muestran de manera paradigmática los tres estadios que constituyen el «giro hermenéutico» del ícono en el contexto de Grecia moderna, es decir, el cambio en la interpretación de la tradición pictórica bizantina, la cual no aparece ya como un hecho del pasado sino como motor fundamental para el desarrollo de la civilización griega moderna.