ELOGIOS PARA Esclavo
«Experta y claramente, John MacArthur afirma que Jesús nos libera de un cautiverio para, al llegar a ser su posesión, trasladarnos a una esclavitud de realeza. Quienes quieren ser sus hijos deben de estar dispuestos a ser sus esclavos».
—DR. R. C. SPROUL
«Gran parte de nuestro caminar cristiano se centra en el “yo”; ¿cómo esta tendencia depurará mi fe, mejorará mi carácter o se ajustará a un patrón que me beneficie? Con frecuencia, cuando los creyentes hablan de un Salvador personal, se están refiriendo a un Salvador que está personalmente interesado en su salud, en sus éxitos y en sus realizaciones. Sin embargo, tal visión no podría estar más lejos de la verdad. En este nuevo libro, John MacArthur presenta una perspectiva poderosamente fascinante y reveladora de nuestra relación con el Señor Jesús. ¿Quiere alcanzar un nivel nuevo de confianza en su Amo? Entonces, ¡este libro es para usted!»
—JONI EARECKSON TADA, JONI AND FRIENDS
INTERNATIONAL DISABILITY CENTER
«El doctor John MacArthur nunca ha tenido problemas para decir la verdad y es lo que vuelve a hacer en este libro. El gran privilegio del cristiano es ser esclavo de Cristo. El doctor MacArthur lo pone en términos tan claros que resulta ser una de las formas más concisas de la Biblia para describir nuestro discipulado. Se trata de una exposición contundente de la Escritura; un correctivo convincente, correctiva al cristianismo superficial; una palabra magistral de aliento pastoral... un devocional clásico».
—DR. R. ALBERT MOHLER
PRESIDENTE DEL SOUTHERN BAPTIST THEOLOGICAL SEMINARY
«La enseñanza del doctor John MacArthur sobre la “esclavitud” resuena en las intimidades más profundas de mi “ser interior”. Como pastor afroamericano, conozco de cerca el asunto. Por esa razón la idea de alguien escribiendo que la esclavitud es una “bendición de Dios” fue lo más ridículo y desmesurado que pude alguna vez imaginar... hasta que leí este libro. Ahora veo que convertirse en un esclavo es un mandato bíblico, que redefine por completo la idea de la libertad en Cristo. Yo no quiero simplemente ser un “seguidor” ni siquiera un “siervo”... sino un “esclavo”».
—RVDO. DR. DALLAS H. WILSON, HIJO
VICARIO DE ST. JOHN’S EPISCOPAL CHAPEL
CHARLESTON, SOUTH CAROLINA
esclavo
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La verdad escondida sobre su identidad en Cristo
JOHN MACARTHUR
© 2011 por Grupo Nelson®
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
Título en inglés: Slave
© 2010 por John MacArthur
Publicado por Thomas Nelson, Inc.
Publicado en asociación con la agencia literaria de Wolgemuch & Associates, Inc.
«Desatando la verdad de Dios un versículo a la vez» es una marca de Grace to You. Todos los derechos reservados.
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A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.
Editora general: Graciela Lelli
Traducción: Ammi Publishers International
Adaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-1-60255-408-5
Impreso en Estados Unidos de América
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Contenido
A Nathan Busenitz
Sabio y competente más allá de sus años, ha probado ser un tesoro para mí de múltiples maneras. Me ha servido como asistente en mi ministerio pastoral, como escritor de muchos artículos en el blog del Púlpito, como colega anciano en la enseñanza y en la predicación en Grace Community Church y como profesor en The Master’s Seminary. Ha empleado tanto su mente como su corazón en la investigación y la escritura de este libro. Está tan comprometido con su verdad y su urgencia como lo estoy yo. Esta dedicatoria solamente puede ser para él, de manera que en los siguientes años todo aquel que lea este libro conozca mi gratitud por sus esfuerzos.
D espués de más de cincuenta años de traducción, estudio, enseñanza, predicación y escritura a través del Nuevo Testamento, pensé que tenía sus verdades muy bien identificadas y comprendidas, especialmente en el ámbito de la teología del evangelio del Nuevo Testamento. De hecho, clarificar el evangelio fue el énfasis más importante y constante de mis escritos, desde El evangeliosegún Jesucristo, Avergonzados del evangelio, Difícil de creer y Verdad enguerra, hasta incontables sermones y artículos a través de los años. No obstante, a través de todos esos esfuerzos, una perspectiva profunda y abarcadora, algo que domina el Nuevo Testamento y es crucial para el evangelio, se me escapó y creo que a casi todos los demás.
No fue sino hasta la primavera del 2007, durante toda una noche de vuelo a Londres mientras leía Slave of Christ [Esclavo de Cristo] de Murray J. Harris, que me di cuenta de que había ocurrido un encubrimiento largo, de siglos, por los traductores del Nuevo Testamento al español que había ensombrecido una revelación clarificadora, previa y poderosa del Espíritu Santo. Sin dudas, el encubrimiento no fue intencional, al menos no inicialmente. A pesar de eso, sus resultados han sido dramáticamente serios.
¿Un encubrimiento en las traducciones del Nuevo Testamento al español? ¿Era eso verdad? ¿Por qué? Entonces, ¿con qué consecuencias? ¿Nadie había descubierto esto antes que Harris en 1999?
No tomó mucho encontrar a uno que lo había descubierto, Edwin Yamauchi en su artículo titulado «Slaves of God» (Esclavos de Dios) en el Bulletin of the Evangelical Theological Society de 1966.
¿Por qué no hubo respuesta a su trabajo? ¿Cómo una verdad relacionada tan esencialmente no solo con la integridad de la traducción sino también con la enseñanza del Nuevo Testamento sobre nuestra relación con Cristo pudo intencionalmente ocultarse e ignorarse?
También descubrí en mis viajes alrededor del mundo que hay muchos otros traductores importantes de idiomas que han seguido el ejemplo de las versiones en inglés y han mantenido el encubrimiento. No obstante, algunos sí han hecho una traducción correcta. Por eso, esta revelación no está oculta a mis colegas creyentes en lugares como Rusia, Rumanía, Indonesia y las Filipinas. ¿Por qué a los de habla española sí?
No me caben dudas de que este ocultamiento perpetuo de un elemento esencial de la revelación del Nuevo Testamento ha contribuido a mucha de la confusión en la enseñanza y práctica evangélica. Es más, me pregunto si esa no fue la razón por la cual sentí la necesidad de escribir tantos libros para aclarar el evangelio. ¿Habría sido necesario alguno de aquellos libros si se hubiera conocido esa realidad?
Cuando comencé a cavar por esta joya del evangelio enterrada, su esplendor penetrante comenzó a dominar mi pensamiento y mi predicación. En todo momento y en todo lugar que abordé el tema, la respuesta fue la misma: asombro y sorpresa.
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