© 2008, 2011 por Grupo Nelson®
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
Título en inglés: A Tale of Two Sons
© 2008 por John MacArthur
Publicado por Thomas Nelson, Inc.
Publicado en asociación con la agencia literaria Wolgemuth & Associates, Inc.
«Desatando la verdad de Dios un versículo a la vez» es una marca de Grace to You. Todos los derechos reservados.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.
Traducción: Ricardo y Mirtha Acosta
Adaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.
Diseño de portada: The Designworks Group
Diseño del paquete original © 2007 por Thomas Nelson, Inc.
ISBN: 978-1-60255-097-1
ISBN: 978-1-41858-131-2 (eBook)
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A mis hijos, Matthew y Mark, quienes nunca han sometido a su padre a ninguno de los sufrimientos y penas del padre del hijo pródigo. Su fiel amor por Cristo, y su perdurable cariño por su padre son para mí recordatorios reales, vívidos y diarios de cómo mi vida ha sido bendecida.
CONTENIDO
PARTE 1
LA PARÁBOLA
PARTE 2
EL HIJO PRÓDIGO
PARTE 3
EL PADRE
PARTE 4
EL HERMANO MAYOR
PARTE 5
EL EPÍLOGO
NINGUNO DE MIS LIBROS SERÍA POSIBLE SIN UNA TREMENDA CANTIDAD de ayuda de varios correctores, colaboradores y amigos que contribuyen con muchas horas de su propio trabajo para ver cristalizado un libro como este. Estoy agradecido por el equipo de Thomas Nelson, cuya pasión y clara visión para el potencial de esta obra han ayudado a conformar el proyecto y a hacerlo circular desde el mismísimo inicio. Mi más sincero agradecimiento y aprecio profundo también para Robert Wolgemuth, cuya agudeza creativa y su enorme entendimiento del campo editorial me son tan útiles como valiosísima su amistad. Asimismo estoy agradecido por Phil Johnson, quien dirigió el proceso de convertir este material de las transcripciones del sermón original al manuscrito de un factible libro. Phil ha trabajado a mi lado con esa capacidad de editar más de cincuenta libros en los últimos veinticinco años.
Quiero reconocer mi deuda con Kenneth E. Bailey, cuyos libros Finding the Lost Cultural Keys to Luke 15 [Cómo encontrar las claves culturales perdidas en Lucas 15], Concordia, St. Louis, 1992; The Cross and the Prodigal [La cruz y el hijo pródigo], Concordia, St. Louis, 1973; y Poet & Peasant [Poeta & Campesino], Eerdmans, Grand Rapids, 1976, fueron particularmente útiles en mi preparación de los sermones originales en que se basa el material de este libro.
Como siempre, agradezco y reconozco profundamente a las personas de la Iglesia Comunidad de Gracia y los muchos seres queridos que me han dado su apoyo, y con quienes el Señor me ha rodeado misericordiosamente… en especial mi amada esposa Patricia, nuestros hijos, sus esposas y nuestros amados nietos. Sin el paciente y fiel aliento de ellos (a pesar de los muchos inconvenientes que soportaron durante esas interminables horas en que estuve inmerso en estudiar y escribir), yo no podría haber soportado los rigores de haber escrito esta obra, además de mis otros deberes ministeriales.
El Señor ha sido indescriptiblemente misericordioso conmigo.
—John MacArthur
LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS MODERNAS CONOCEN DE UN MODO U otro la parábola del hijo pródigo que se encuentra en Lucas 15.11–32. Incluso quienes no saben casi nada de la Biblia han oído algo acerca de este relato. Sus temas y su lenguaje están profundamente arraigados en nuestras tradiciones espirituales y literarias.
Shakespeare, por ejemplo, sacó tramas y temas de la parábola del hijo pródigo y los adaptó en El mercader de Venecia y Enrique IV. El Poeta de Avon también se refirió una y otra vez a esta parábola en sus demás dramas. Arthur Sullivan usó las palabras exactas del texto bíblico como base de un oratorio titulado El hijo pródigo; Sergei Prokofiev proyectó el argumento en forma de ballet; y Benjamin Britten convirtió la historia en una ópera. En el extremo musical opuesto, el cantante de música country Hank Williams grabó una canción titulada «El hijo pródigo», en la que compara la llegada a casa del hijo pródigo con los gozos celestiales. Los grandes museos de arte en el mundo están bien surtidos con obras en que aparecen escenas de la experiencia del hijo pródigo, entre ellas famosos dibujos y pinturas de Rembrandt, Rubens, Dürer y muchos otros.
Asimismo, el lenguaje contemporáneo está lleno de palabras e imágenes extraídas de la conocida parábola. Es muy común oír referirse a un niño caprichoso como «hijo pródigo». A veces la gente habla de «matar el becerro gordo» (una metáfora apropiada para un festejo extravagante); «comer algarrobas» (refiriéndose al uso de cosas triviales, superficiales o mundanas que no son de verdadero alimento); o «vivir perdidamente» (describiendo un estilo de vida disoluto o derrochador). Usted tal vez haya oído o leído esas alusiones sin reconocer su origen. Son sacadas directamente del relato de la versión Reina Valera 1960 (RVR60) de esta conocidísima parábola de Jesús.
UNA HISTORIA PARA RECORDAR
La del hijo pródigo es una de las varias parábolas memorables documentadas solo en el Evangelio de Lucas. Muchas razones la destacan como la más selecta de estas parábolas.
Esta es, de todas las parábolas de Jesús, la más descriptiva, concluyentemente dramática, e intensamente personal.
Esta es, de todas las parábolas de Jesús, la más descriptiva, concluyentemente dramática, e intensamente personal. Está llena de emociones que van de tristeza a triunfo, a un sentido de consternación, y finalmente a un deseo inquietante de más conclusión. Los personajes son conocidos, por lo que es fácil para la gente identificarse con el hijo pródigo, sentir el dolor del padre, y sin embargo (hasta cierto punto), simpatizar con el hermano mayor… todo al mismo tiempo. La historia es memorable en muchos niveles, sin ser el menos importante las enérgicas imágenes que Jesús cita. La descripción del hijo pródigo con un hambre tan desesperada que estaba dispuesto a comer desperdicios para cerdos, por ejemplo, representa gráficamente su degradación juvenil en una forma insoportablemente repugnante para su audiencia judía.
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