DIFÍCIL DE
CREER
© 2011 por Grupo Nelson®
© 2004 por Editorial Caribe
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
Título en inglés: Hard to Believe
© 2003 por John MacArthur
Publicado por Thomas Nelson, Inc.
«Desatando la verdad de Dios un versículo a la vez» es una marca de Grace to You.
Todos los derechos reservados.
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A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.
Traducción: Miguel Mesías
Adaptación del diseño al español: A&W Publishing Electronic Services, Inc.
ISBN: 978-0-88113-787-3
Impreso en Estados Unidos de América
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A Spencer Nilson,
mi amigo y colega creyente, con inmensa gratitud por tu amistad personal, estímulo e incansable pasión por la verdad.
CONTENIDO
E n este espacio es deber común del autor decir lo que viene luego en su libro. Es lógico.
¿Quiere usted recibir el perdón de todos sus pecados, sentirse libre del juicio y el castigo eterno, que Dios le rescate del poder de Satanás para llegar a ser un amado hijo y que le enriquezca abundantemente para siempre con experiencias maravillosas y asombrosas en la alegría ilimitada del cielo eterno? Esa es la pregunta. Si su respuesta es no, entrégue este libro a alguna otra persona. Si la respuesta es sí, sepa esto: Muchos, muchos, pero muchos, dijo Jesús, que responden con un rápido sí, jamás recibirán lo que quieren con su sí.
Usted puede querer el amor de Dios, su gracia, perdón y bendición, así como la bienaventuranza indescriptible del cielo –puede quererlo como el que más– y nunca recibirlo.
¿Por qué? Porque usted está mal informado respecto del cómo. ¿Tiene esto sentido? El mundo tiene millones de personas que piensan que se dirigen al cielo, pero que están mortalmente equivocadas. Es probable que la mayoría de ellas piense que el cielo les espera, y no es así. Lo más triste es que muchas de esas personas ¡se sientan en iglesias evangélicas que están mal informadas!
Si usted todavía me acompaña, y quiere la verdad para usted mismo y para otros, siga leyendo.
No es mi verdad. No tengo ninguna verdad que salve, ni tampoco la tiene nadie aparte de Dios. Esta es la oportunidad más decisiva en toda la eternidad: prestar atención a lo que Dios ha escrito respecto al camino al cielo.
Esto es suficiente como introducción. Si todavía tiene interés, prepárese para ser librado de la búsqueda de la verdad, porque esto viene de la Palabra de Dios.
JOHN MACARTHUR
DIFÍCIL
DE CREER
GRAN SABOR, MENOS LLENURA
L a primera función de un mercadeo exitoso es dar a los consumidores lo que quieren. Si quieren hamburguesas más grandes, hagan más grandes sus hamburguesas. ¿Bebidas con seis sabores de frutas? Hecho. ¿Minifurgonetas con diez portavasos? Póngales veinte. Hay que mantener satisfecho al cliente. Hay que modificar el producto y su mensaje para que supla sus necesidades si quiere establecer mercado y mantener a raya a la competencia.
Hoy dia, esta misma mentalidad consumista ha invadido al cristianismo. ¿Dicen que el culto de la iglesia es demasiado largo? Pues acortémoslo (cierto pastor garantiza que sus sermones ¡nunca duran más de siete minutos!) ¿Demasiado formal? Vístase con ropa deportiva. ¿Demasiado aburrido? ¡Espere a oír nuestra banda de música!
Y si el mensaje es demasiado agresivo, acusador o exclusivista, que asusta, que es increíble, difícil de entender, o demasiado lo que sea para su gusto, hay iglesias por todas partes que están ansiosas de ajustar ese mensaje para que usted se sienta más cómodo. En esta nueva versión del cristianismo usted es socio del equipo, diseñador de la vida de la iglesia, y se deja por fuera toda autoridad anticuada, los sentimientos de culpabilidad, la responsabilidad y los absolutos morales.
Una iglesia envió hace poco una circular prometiendo «atmósfera informal y reposada con buena música de nuestra banda», y que los que asistan, «aunque usted no lo crea, se divertirán». Esto sería excelente si se tratase de un café o algo por el estilo, pero quienquiera que pretenda llamar a las personas al evangelio de Jesús con tales cosas como prioridades, las llama a una mentira.
Es cristianismo para consumidores: cristianismo ligero, redirección, cristianismo diluido e interpretación errónea del evangelio bíblico, en un intento por hacerlo más digerible y popular. Sabe muy bien al tragarlo, y cae bien. Parece que amortigua lo que siente, y le rasca donde pica; está hecho a la medida de sus preferencias. Pero esa ligereza jamás le llenará con el evangelio verdadero y salvador de Jesucristo, porque está diseñado por el hombre y no por Dios, y es vacío y no sirve para nada. A decir verdad, es peor que inútil, porque los que oyen el mensaje del cristianismo ligero piensan que están oyendo el evangelio y creen que están siendo rescatados del castigo eterno, cuando en verdad están siendo trágicamente descarriados.
EL FALSO EVANGELIO DE LA AUTOESTIMA
El verdadero evangelio es un llamado a negarse a uno mismo. No es un llamado a la autorrealización. Eso lo pone contra la proclamación contemporánea del evangelio, en la que los ministros ven a Jesús como un genio utilitario. Uno frota la lámpara, Cristo sale y le dice que puede tener lo que se le antoje; uno le da la lista, y él lo cumple.
El defender el verdadero evangelio me ha puesto en una posición bastante difícil frente a algunos colegas que no quieren tomar la Biblia en serio. Siempre digo que las personas que pastoreo en mi iglesia, Grace Church [Comunidad de la Gracia], deben tener un corazón dispuesto a someterse a la Palabra de Dios, porque ese es el mensaje, sin adornos ni adulteración, que van a recibir cada vez que asistan. Si no están dispuestos a enfrentarse a la dura verdad de la convicción por sus pecados, la realidad dura y perturbadora de la negación propia, y las duras demandas de seguir a Cristo, no van a quedarse por mucho tiempo.
Algunos que forman parte del evangelicalismo le dirán que Jesús solo quiere que a usted le vaya bien, y que si no le va bien es porque usted no ha presentado su boleto de lotería espiritual. Si no es rico, es porque no lo ha reclamado. Jesús quiere que usted esté libre de deudas, y si manda a los televangelistas suficiente dinero, ese acto de fe lo libertará del demonio de la deuda. Su salvación por medio de Cristo es garantía de salud, riqueza, prosperidad y felicidad.
Los evangélicos que se adhieren a la psicología antropocéntrica (centrada en el ser humano) le dicen que Jesús le da paz, que Jesús le da alegría, que Jesús le hace mejor vendedor y también que Jesús le ayuda a lograr más jonrones. Jesús realmente quiere que usted se sienta muy bien con respecto a usted mismo. Quiere elevar su propia imagen. Quiere poner fin a su pensamiento negativo.
Es interesante ver cómo esta tendencia se ha introducido en la iglesia cristiana. He vivido suficiente para verlo llegar. Ha florecido, a mi modo de ver, más marcadamente mediante el esfuerzo del personaje religioso siempre presente en la pantalla chica: Robert Schuller, y un libro que él escribió hace varios años titulado
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