• Quejarse

John H. Elliott - El mundo de los validos

Aquí puedes leer online John H. Elliott - El mundo de los validos texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1998, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

John H. Elliott El mundo de los validos

El mundo de los validos: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El mundo de los validos" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Un magnífico ensayo sobre el fascinante papel del valido en la Europa de la era moderna.

En los siglos XVI y XVII observadores ingleses, españoles, franceses y de otras naciones europeas se mostraban alarmados ante la creciente influencia de los validos, favoritos o ministros-favoritos. Estos personajes parecían estar usurpando competencias y obligaciones normalmente ejercidas por los monarcas.

En este libro pionero, un grupo de ilustres historiadores internacionales —entre los que figuran Laurence Brockliss, Jonathan Brown, John H. Elliott, Antonio Feros, Marc Fumaroli y I.A.A. Thompson— analiza la figura de los favoritos y su ascenso en Europa.

Los diversos colaboradores de esta obra ahondan en el fenómeno de estos poderosos personajes, indagando más allá de las ya conocidas vidas de algunos de ellos como el duque de Buckingham, el cardenal Richelieu o el conde-duque de Olivares. ¿Fue su aparición en el escenario europeo simple coincidencia? ¿Cómo puede explicarse este hecho? ¿Cómo lograban y retenían su dominio sobre los resortes del poder? ¿Cuál era su relación con su regio señor? ¿Y por qué optaron gradualmente los soberanos por gobernar sin favoritos en las postrimerías del siglo XVII?

John H. Elliott: otros libros del autor


¿Quién escribió El mundo de los validos? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

El mundo de los validos — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El mundo de los validos " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

1 EL CONTEXTO INSTITUCIONAL DE LA APARICIÓN DEL MINISTRO-FAVORITO IAA - photo 1

1.
EL CONTEXTO INSTITUCIONAL DE LA APARICIÓN DEL MINISTRO-FAVORITO

I. A. A. Thompson


E n enero de 1647, en una carta privada a su confidente, la monja sor María de Ágreda, Felipe IV de España (véase ilustración 25) trataba de justificar por qué, después de la caída de Olivares, había considerado necesario tomar otro valido:

Habréis entendido de la prudencia y satisfacción con que el rey don Felipe segundo, mi agüelo, gobernó esta Monarquía, el cual en todos tiempos tuvo criados o ministros de quien hizo más confianza, y de quien se valió más para todos los negocios… Este modo de gobierno ha corrido en todas cuantas Monarquías, así antiguas como modernas, ha habido en todos tiempos, pues en ninguna ha dejado de haber un ministro principal o criado confidente, de quien se valen más sus dueños, porque ellos no pueden por sí solos obrar todo lo necesario .

Naturalmente, Felipe IV tenía razón. Habían existido favoritos en el pasado (amantes de ambos sexos); había habido ministros en el pasado, había habido ministros-favoritos en el pasado y habría ministros-favoritos en el futuro . ¿Está justificado hablar de una época del ministro-favorito? Si es así, ¿cuál? ¿Y cómo identificarla? Obviamente, es decisivo delinear claramente el periodo elegido para centrar la discusión del contexto institucional o político en el que situar el fenómeno del ministro-favorito.

El problema planteado originalmente por Jean Bérenger en 1974 se centraba en 1600-1660 .

Es cierto que cada vez se pone más en tela de juicio que, en este aspecto, la primera mitad del siglo XVII tuviera un carácter peculiar. Actualmente, se ha enfatizado mucho la continuidad entre los favoritos de comienzos del siglo XVII y sus antecedentes en el siglo XVI . Por estas razones, me parece que los términos españoles “valido” y “valimiento” deben preferirse al de “ministro-favorito”, tanto por tener una carga menor como por ser neologismos contemporáneos que expresan semánticamente el sentimiento de la época de que el valido era en cierto modo diferente de los privados del pasado.

Estaba claro que los validos de comienzos del siglo XVII no eran idénticos entre sí; sin embargo, todos ellos tenían funciones similares en el gobierno y todos eran la respuesta, de un tipo u otro, a un conjunto común de problemas políticos e institucionales.

Quisiera llamar la atención sobre cuatro rasgos interrelacionados que, aunque tomados individualmente, quizá no sean únicos; en conjunto podría afirmarse que fueron característicos del valido del XVII y definieron el espectro de sus funciones políticas e institucionales.

El primero es que los validos operaron en las áreas del poder y del clientelismo, de “gobierno y gracia”, en el consejo y en la corte, y fueron predominantes, si no monopolistas, en ambas áreas. En efecto, era común denunciar al valido en la época por usurpar el oficio del rey (o usurparlo en apariencia) y algunos historiadores han llegado al punto de hablar de una completa entrega del poder . Esa opinión es, qué duda cabe, exagerada. El predominio del valido nunca fue total ni ininterrumpido y, ciertamente, nunca fue tan total como imaginaron los contemporáneos.

Dicho esto, y aunque algunos privados del XVI también se vieron de forma hasta cierto punto similar, sigue pareciéndome que, en conjunto, la influencia determinante de la que disfrutaron (o se creyó que disfrutaban) Richelieu, Mazarino, Lerma y Olivares, tanto en el ámbito de la política como en el del patronazgo durante la totalidad de sus prolongados gobiernos, y quizá Buckingham durante un tiempo más breve, los distingue de un Ruy Gómez, un Leicester, un don Cristóbal de Moura o un Sully, que, por influyentes que fueran, compartieron su ascendiente o rivalizaron continuamente por ella con otros líderes de facciones o consejeros cercanos al rey (Alba, Burghley, Idiáquez, Chinchón, Villeroy).

En segundo lugar, operaron fuera (o al lado) de los canales institucionales establecidos, muchas veces sin tener ningún rango ministerial formal. El valido se diferenciaba de un secretario privado o consejero áulico en que interfería en los procesos normales del funcionamiento de los consejos, interrumpiendo, en expresión de Álamos de Barrientos, la “corriente ordinaria” y desviando a través de sí el flujo normal de acceso y de información al rey .

En tercer lugar, estaban en el centro de una red nacional de clientelismo, red que no se restringía a la corte ni a un interés local específico, sino que era el medio de integrar la corte y el país en un frente amplio.

En cuarto lugar, eran “políticos” y no solamente en el nivel básico de la gestión, actuando como una especie de jefe de filas de su facción, engatusando o disciplinando (la brutal reprimenda de Olivares a Lisón y Viedma es un ejemplo clásico), sino que, y esto es más importante, utilizaron su influencia con un objetivo político y no meramente privado, promoviendo una “política”, un programa de reforma gubernamental o constitucional o simplemente un medio fiscal concebido para reforzar la autoridad y la reputación del Estado.

No todos los validos encajan en estos esquemas, o encajan de formas diversas. Sin embargo, éstas son las características clave que pueden relacionarse con desarrollos institucionales y políticos de mayor alcance que, al final del siglo XVII, crearon las condiciones en las que la aparición del valido fue una respuesta inteligible si no del todo inevitable.

EL MINISTRO-FAVORITO Y LA EXPANSIÓN DEL GOBIERNO

Si el auge del ministro-favorito es un fenómeno general de comienzos del siglo XVII, es indudable que se requiere alguna explicación que vaya más allá del viejo tópico de repertorio, una pandemia de abulia e incapacidad entre los príncipes de la Europa de comienzos del siglo XVII; explicación tanto más necesaria porque, dejando a un lado los accidentes de las minorías de edad reales y las regencias femeninas, la concepción que relacionaba el auge del valido al acceso al trono de una serie de rois fainéants (reyes indolentes) se ha hecho cada vez más insostenible. Indudablemente, Jacobo I, Luis XIII y Felipe IV ya no se consideran así .

Una explicación más seria ha contemplado al valido como respuesta a una crisis de crecimiento del gobierno. La creciente complejidad del Estado que, con la expansión de sus esferas de intervención, estaba desbordando los métodos personales de gobierno, había acumulado una carga demasiado pesada para un solo hombre, y especialmente para un príncipe educado para la corte, no para el despacho. Al mismo tiempo, el creciente énfasis en la majestad de la monarquía hizo que pareciera inapropiado para el rey que se implicara en las minucias del detalle administrativo, despachando negocios y tratando con el vulgo cazador de cargos .

Indudablemente, el gobierno estaba creciendo, especialmente en el último cuarto del siglo XVI, aunque quizá no más que en las décadas de 1520 o 1530. Históricamente, el papel del ministro ganaba en relevancia en tales periodos de reforma administrativa (Gattinara, Thomas Cromwell, Cobos) y la necesidad de que el rey compartiera las cargas del gobierno era la justificación contemporánea estándar del valido. Pero los reyes no eran incapaces de desempeñar un papel de coordinación por sí mismos (Luis XIV) y no carecían de secretarios y ayudantes que les asistieran. Tampoco es cierto que los reyes pensaran necesariamente que las tareas esenciales del gobierno no merecían su atención inmediata: Luis XIII se embarcó en un intento de gobernar personalmente en 1622 y Felipe IV, evidentemente, no estaba avergonzado de sus propios esfuerzos en esa dirección .

Felipe IV, en la misma carta a sor María de Ágreda citada arriba, explicaba algunas de las cosas que no se juzgaba apropiado que hiciera un rey:

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «El mundo de los validos»

Mira libros similares a El mundo de los validos. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «El mundo de los validos»

Discusión, reseñas del libro El mundo de los validos y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.