Bibliografía sumaria
Bibliografía sumaria
1. Lectura y estudio del texto
Existen numerosas ediciones comentadas de Homero, completas o parciales. Las más importantes son, para el conjunto de su obra, Ameis-Hentze-Cauer (Teubner, 1910); para la Ilíada, Leaf (1900-1902) y sobre todo G. S. Kirk et al., The Iliad. A Commentary, Cambridge, 1985-1993 (6 vols.); para la Odisea, Stanford (Londres, 1947) y A. Heubeck et al., A Commentary on Homer’s Odissey, Oxford, 1988-1992 (3 vols.); para extractos de la Odisea, Bérard, Goube y Langumier (Hachette, 1952). Existen también índices o léxicos (Ebeling, Gehring, Prendergast-Marzullo y Dunbar). Por último, debemos siempre consultar P. Chantraine, Grammaire homérique, 2 vols., París, 1942 y 1953.
2. Estudios sobre homero y la cuestión homérica
Solo citamos aquí los estudios más importantes o más célebres. Se indican por orden alfabético, para que el lector del libro pueda encontrarlos con mayor facilidad. Los completaremos, para los años anteriores a 1967, con el útil análisis de A. Lesky en la Realencyclopädie (Supl. XI). Las obras señaladas con un asterisco se recomiendan por ser de lectura fácil y útil para todos.
Adkins, A. W. H., Merit and Responsibility: a Study in Greek values, Oxford, 1960.
Bassett S. E., The Poetry of Homer, Berkeley, 1938.
Bowra C. M., Tradition and Design in the Iliad, Oxford, 1930.
—*, Heroic Poetry, Londres, 1952.
—, Homer, Londres, 1972.
Cralier P., Homère, París, 1999.
Carpenter R., Folktale. Fiction and Saga in the Homeric Epics, Los Ángeles, 1946.
Delebecque E., Télémaque et la structure de l’Odyssée, Aix-en-Provence, 1958.
—, La Construction de l’Odyssée, París, 1980.
Dihle A., Homer-Probleme, Opladen, 1970.
Finley M. I., *The World of Odysseus, Londres, 1956; trad. al francés, París, 1969.
Germain G., Genèse de l’Odyssée. Le fantastique et le sacré, París, 1954.
Griffin J., «The Epic Cycle and the Uniqueness of Homer», Journal of Hellenic Studies, 97 (1977), pp. 39-53.
—*, Homer on Life and Death, Oxford, 1980.
Kakridis J., Homeric Researches, Lund, 1949.
—, Homer Revisited, Lund, 1971.
Kirk G. S., *The Songs of Homer, Cambridge, 1962.
—, Homer and the Epic, Cambridge, 1965.
—, Homer and the Oral Tradition, Cambridge, 1978.
Lesky A., Göttliche und menschliche Motivation in homerischen Epos, Akad. Heidelberg, 1961, págs. 5-52.
Lloyd-Jones H., The Justice of Zeus, Berkeley, 1971.
Lord A. B., The Singer of Tales, Cambridge (Mass.), 1960.
Mazon P., Chantraine P., Collart P., *Introduction à l’Illiade, París, 1942.
Meuli K., Odyssee and Argonautika, Utrecht, 1974.
Nagy G., The Best of the Achaeans, Johns Hopkins Univ. Press, 1979; trad. al francés, París, 1994.
Page D. L., *The Homeric Odissey, Oxford, 1955.
—, History and the Homeric Iliad, Berkeley, 1959.
Parry M., The Making of Homeric Verse, A. Parry (ed.), Oxford, 1971.
Redfield J. M., Nature and Culture in the Iliad, Chicago, 1975; trad. al francés, París, 1984.
Reinhart K., Tradition and Geist, Gotinga, 1960.
—, Die Ilias und ihr Dichter, O. Hölscher (ed.), Gotinga, 1961.
Robert F., *Homère, París, 1950.
Romily J. de, * Perspectives actuelles sur l’épopée homérique, París, 1984.
Schadewaldt W., Von Homers Welt und Werk, Leipzig, 1965, 4.ª ed.
Severyns A., Homère, Bruselas, 1945-1948, 3 vols.
Whitman C. H., Homer and the Heroic Tradition, Harvard, 1958.
Añadiremos trabajos que agrupan artículos o ensayos importantes en inglés, publicados en 1978 por B. C. Fenik (Homer. Tradition and Invention, cinco contribuciones) y J. Wrights (Essays on the Iliad. Selected Modern Criticism, ocho ensayos publicados separadamente, de 1966 a 1970).
3. Estudios sobre aspectos de la pervivencia de Homero
Buffière F., *Les Mythes d’Homère et la pensée grecque, París, 1956.
Lévêque P., Aurea Catena Homeri, une étude sur l’allégorie grecque, París, 1959.
Stanford W. B., *The Ulysses Theme, Oxford, 1968.
JACQUELINE WORMS DE ROMILLY (Chartres, Francia, 26 de marzo de 1913 – París, Francia, 18 de diciembre de 2010) fue una helenista, escritora y profesora francesa. A esta gran filóloga le fue concedida por su trabajo la nacionalidad griega en 1995.
Es conocida en todo el mundo por sus estudios sobre la civilización y lengua de la Antigua Grecia. Fue la primera mujer en ingresar en el Colegio de Francia y la segunda que entró en la Académie Française.
Conclusión
Después de Homero
Conclusión. Después de Homero
En el siglo VI a. C., el texto de las dos epopeyas quedó fijado y su recitación entró a formar parte regular en Atenas de la gran fiesta de las Panateneas. Por otra parte, los rapsodas recitaban extractos en manifestaciones privadas: el Ion de Platón nos da una idea de su arte, que parece haber conllevado gran despliegue de emoción (el rapsoda lloraba, se le erizaba el cabello y el público reaccionaba con la misma pasión). Estas representaciones eran frecuentes: en el Banquete de Jenofonte, uno de los personajes declara asistir «casi todos los días» a los recitales de los rapsodas (III, 6). Pero Homero no servía simplemente para entretener a la gente: durante toda la época clásica, fue la base misma de la educación. El mismo personaje del Banquete de Jenofonte declara conocer el texto de memoria de principio a fin. Y se ha encontrado en Egipto el testimonio concreto de que en la época helenística Homero servía para hacer ejercicios escolares de escritura, paráfrasis, transcripciones a lengua moderna o comentarios. No hay nada sorprendente, por tanto, en que, a un nivel más elevado, los primeros grandes gramáticos de la Biblioteca de Alejandría no tuvieran labor más urgente que entregarse a un estudio del texto: fue el caso de Zenódoto, Aristófanes de Bizancio y Aristarco (siglos III-II a. C.).
Esta extraordinaria importancia se confirma por la influencia de Homero en la literatura griega en sus comienzos. En primer lugar, estuvieron los imitadores inmediatos, autores de los poemas del Ciclo (cf. pág. 18), así como las parodias cómicas, como la Batracomiomaquia o el Margites. También hubo géneros cercanos, que conservaban la métrica y la lengua de Homero: así, por ejemplo, los Himnos homéricos, que ensalzaban a las divinidades y que en la Antigüedad se atribuían al propio Homero (como a veces los poemas precedentes): los principales se compusieron entre los siglos VI y VII a. C.; también los poemas teogónicos o didácticos de Hesíodo, que los autores de la Antigüedad situaban en paralelo con Homero (se escribió más tarde un Torneo poético de Homero y Hesíodo). Por otra parte, su influencia en los demás géneros literarios es patente. El lirismo le debe ampliamente su estilo y buena parte de su inspiración. La tragedia le toma prestados a sus héroes y su sentido de lo trágico, hasta el punto de que se hizo clásico llamar a Homero el padre de la tragedia o el primero de los dramaturgos (la idea figura sobre todo en Platón). La historia incluso toma mucho prestado de sus procedimientos y su espíritu: el tratado
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