Introducción
“No he fracasado”, dijo el célebre Thomas Edison, “sólo he encontrado 10 mil soluciones que no funcionan”. La elegante paradoja del inventor vilipendiado en su primera época nos introduce en la temida situación del rechazo, para muchos, requisito de un reconocimiento posterior, incluso póstumo.
La sociedad es salvajemente didáctica, sobre todo cuando nada ha creado. Admira hoy lo que ha rechazado en el pasado. Rechaza hoy lo que admirará mañana. Su visión candorosa y muchas veces lenguaraz del mundo deja en las sombras la obvia noción de que toda personalidad célebre empezó por no saber hablar.
La gran puerta del reconocimiento está siempre cerrada. Newton advierte que: “A toda acción corresponde una reacción igual pero en sentido contrario”. El miedo al fracaso puede ser francamente angustiante, y sin embargo para muchos se ha constituido en un motor eficaz.
Casos inversos, como la meteórica ascensión del admirable Orson Welles, quien jamás logró retornar a la cima inicial pueden dar testimonio de que el fracaso es acaso una condición inherente al triunfo.
Claro que muchos desconocidos antes de alcanzar la celebridad no sólo soportaron el rechazo de sus iniciativas, sino que a veces tuvieron que tolerar la burla de quienes gozaban de la autoridad suficiente como para juzgarlos.
Quién sabe si esta conducta despreciable no terminó por convencerlos de que la conquista de un espacio de juego sagrado impone admitir el rechazo, incluso como condición de un aplauso posterior.
Si hay quienes han abrazado la fortuna sin proponérselo, en la mayor parte de los casos no existe un reconocimiento sin derrota previa. Vistos a la distancia, los rechazos célebres que se presentan a continuación pueden parecer inauditos pero por supuesto, como reza el refrán, “todos ganamos carreras de caballos con el periódico del día posterior”. Había que tener el coraje y la visión de Brian Epstein para enfrentar a cinco artistas aspirantes, que no sabían siquiera afinar una guitarra, y transformarlos en Beatles .
Es sabido que existe una tiranía de mercado, y que sus fauces han devorado personalidades notables para escupirlas años después cuando un público masivo pulsó para que esto ocurriera. En el camino, editores y productores supuestos conocedores del gusto de la gente le dieron la espalda a obras que luego resultaron memorables.
Sin embargo, en la historia del rechazo la decepción no siempre estuvo del lado del desconocido. Muchos grandes actores han rechazado papeles que luego marcarían la historia del cine, hay quienes han rechazado honores por evadir un enlace político o por cuestiones sociales y quienes rechazaron premios por considerarlos banales o por estar en desacuerdo con la institución que los otorgaba. También hay quienes en pleno auge profesional fueron víctimas de una fatalidad de la que el éxito no los protegió.
Flota una pregunta peligrosa: ¿Cuántos talentos potenciales quedaron en el camino, incapaces de soportar la desdicha de la condena inicial?
A pesar de que elaborar un inventario de rechazos dejará afuera muchos casos notables, seguramente los mejores son los que nunca vieron la luz, tal vez aquellos cuya capacidad artística no superó el juicio de su época.
Acaso el modesto catálogo que sigue no es un menú de la decepción sino de la paciencia y de la perseverancia, virtudes que en muchos de estos personajes dieron sus frutos atravesando incluso las riberas de la muerte.
A continuación, cincuenta casos diversos, algunos fatales y otros triviales, clasificados por categoría y en orden alfabético.
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El Pop y el rock
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Beatles
A fines de 1961, Lennon, McCartney, Harrison, todavía con Pete Best eran cuatro impúberes paisanos que componían y tocaban en sótanos, acaso inconscientes de la revolución que se agazapaba entre sus rasgueos. Pero este talento potencial no fue omitido por los agudos oídos de Brian Epstein, el hijo del propietario de una disquería de la calle Whitechapel.
El 1 de enero de 1962, Epstein les consiguió una prueba en la discográfica Decca. Lamentablemente las cosas no resultaron como esperaban, para la discográfica la banda tenía “un sonido mediocre”. En su lugar, la compañía decidió contratar a Brian Poole, quien parecía tener mayores chances comerciales.
Seguro del destino fatal de los futuros melenudos, el ejecutivo de Decca, Dick Rowe, rumiaba por 1962 que las bandas con guitarras iban en camino a la extinción.
En 2012, se publicó la cinta de la sesión con la que se los rechazó. El precio base de la subasta fue de 47 mil dólares.
La perseverancia de Epstein no fue menor que la de sus representados. En poco tiempo, logró una audición en EMI. Allí, el avispado George Martin les propuso un contrato, a condición de cambiar al baterista, lo que provocó el despido de Pete Best. En septiembre de 1962, con la batería a cargo de Ringo Starr, los Beatles grabaron Love me do . Con su segundo single Please, Please me , alcanzaron el primer puesto en ventas.
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Eminem
El rapero más exitoso de la historia tuvo arduas dificultades para relacionarse, se perdió en el mundo de la droga y llegó incluso a un intento de suicidio. Cuando decidió abandonar la escuela, ya inmerso en el mundo del rap, editó de manera independiente el álbum Infinite que fue objeto de durísimas críticas.
Al lanzar su segundo disco, Slim Shady , finalmente obtuvo resonancia pero no por las razones adecuadas, la mayor parte de las letras contenían una fuerte dosis de violencia, cruzaban el nombre de personas reales con actitudes asesinas o de sexo explícito, y tenían un marcado contenido homofóbico.
Con la difusión de su música, la controversia que asediaba a Eminem aumentó, especialmente cuando The Marshall Mathers fue nominado al Grammy omo mejor disco del año. Aunque Eminem siempre dijo que sus letras no debían ser tomadas en serio, un grupo a favor de los derechos de los homosexuales organizó un boicot en su contra durante la entrega de los premios.
Él contuvo el escándalo cantando abrazado a Elton John durante la ceremonia.
Al entrar en la madurez artística, Eminem abandonó su conducta controvertida. Ha dejado de buscar tan fervorosamente el rechazo de los demás. Obtuvo dos Grammy, un Óscar a la mejor canción original, vendió más de 90 millones de álbumes en todo el mundo, y se convirtió en uno de los artistas más exitosos de la década de 2000.
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Jimi Hendrix
En el año en que quedó huérfano de madre, 1958, le ocurrieron dos cosas: su padre le compró su primera guitarra eléctrica y su única calificación baja en la escuela fue en música.
Dos años después, tendría problemas con la ley. Le dieron a elegir entre la prisión o el servicio militar. Jimi optó por lo segundo, pero hizo lo posible para que lo dieran de baja. Visitó entonces al psicólogo del ejército y se dice que declaró ser homosexual. En entrevistas posteriores, Hendrix lo desmiente alegando que para obtener la baja adujo problemas en la espalda por un salto en paracaídas.
En el momento de despedirse del cuartel, el informe militar decía que Hendrix era incapaz de mantener una conversación inteligente.
La muerte de Hendrix a los 27 años sigue siendo un episodio polémico. Su deceso se produjo como consecuencia de la mezcla de somníferos y alcohol. El hecho de que su representante fuera el beneficiario de su seguro de vida ocasionó múltiples teorías, ya que a muchos les pareció extraño que Jimi se hubiera excedido casi de manera suicida.