Denise Affonço - El infierno de los jemeres rojos
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- Libro:El infierno de los jemeres rojos
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2005
- Índice:4 / 5
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El infierno de los jemeres rojos: resumen, descripción y anotación
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El infierno de los jemeres rojos — leer online gratis el libro completo
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Denise Affonço trabajaba en la embajada francesa en Phnom Penh, la capital de Camboya, cuando los jemeres rojos tomaron el poder en abril de 1975. Affonço y su familia fueron deportados al campo, como la mayoría de los habitantes de las ciudades camboyanas; el régimen había decidido instaurar un estado agrícola y todos los ciudadanos fueron obligados a trabajar la tierra. La dictadura se prolongó cuatro años y durante este periodo la población tuvo que soportar hambrunas, enfermedades y ejecuciones sistemáticas. El régimen segó la vida de la cuarta parte de los habitantes del país, cerca de dos millones de personas. En El infierno de los jemeres rojos, Denise Affonço relata su experiencia durante aquellos años y para ello se basa en los cuadernos que escribió en 1979, pocos meses después de ser liberada, mientras preparaba su testimonio en el proceso contra Pol Pot, principal líder de los jemeres rojos.
Este libro es uno de los escasos testimonios publicados sobre el terrorífico régimen que se mantuvo en el poder en Camboya entre 1975 y 1979 y uno de los más desgarradores relatos sobre la opresión política que han visto la luz en los últimos años.
Denise Affonço
Testimonio de una superviviente
ePub r1.2
Titivillus 01.01.15
Título original: La digue des veuves: rescapée de l'enfer des Khmers rouges
Denise Affonço, 2005
Traducción: Daniel Gascón
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
A mi hija Jeannie
Agradezco especialmente a David Chandler sus ánimos y le expreso todo mi reconocimiento. También le doy las gracias a mi amiga Colette Ledannois, sin la que no existiría este libro; a Martine Legrand, por su colaboración; a Cécile Benoliel; a Valéry Giscard d’Estaing; a Michel Deverge y a todos sus amigos, y, por supuesto, a mi familia francesa.
DENISE AFFONÇO nació en 1944 en Phnom Pehn (Camboya), de padre francés y madre vietnamita. Trabajaba como secretaria en la embajada francesa en Phnom Penh cuando se produjo el golpe de estado de los jemeres rojos en 1975. Affonço decidió permanecer en Camboya junto a su marido y sus hijos; pronto fueron deportados al campo, donde sufrieron todo tipo de penalidades y su hija y su marido murieron.
En 1979 la invasión vietnamita libró al país del régimen de los jemeres rojos y pocos meses después Affonço testificó en el juicio contra Ieng Sary y Pol Pot, líderes del régimen, que se celebró en Phnom Penh. Las notas que escribió durante la preparación de su testimonio fueron la base de El infierno de los jemeres rojos publicado en Francia en 2005. Hoy en día, Denise Affonço vive en París.
[1] El príncipe se convirtió en rey en 1941, a los diecinueve años.
[2]Samdech significa en camboyano monseñor. El pueblo llamaba a Sihanouk Samdech Euv, «monseñor papá».
[3] Las religiosas que a veces venían a casa se ofendían al verme comer las ofrendas que mi madre depositaba sobre un altar. Para las hermanas, ¡aquello era un pecado mortal!, mientras que mi madre no veía ningún mal en ello y a mí me parecía absolutamente natural no desperdiciar la comida.
[4]Nhac, diminutivo de nhac quê campo, es el término utilizado por los colonos franceses para designar a un vietnamita.
[5] En los años cincuenta, esta tía vivía en Francia, en Vesoul, con su marido Lucien Champion, que trabajaba en una mina, donde murió en una explosión. Entonces, ella, embarazada de tres meses y sin conocer a nadie en Francia, decidió regresar a Camboya.
[6] La ruta Hô Chi Minh unía el norte de Vietnam con el sur, pasando por Laos y Camboya. Formada por numerosos caminos, canales y oleoductos y oculta por la selva, los guerrilleros del Frente de Liberación, el Vietcong, transportaban a través de ella hombres y material desde el norte de Vietnam, comunista, hasta las zonas que sus tropas ocupaban en el sur. A causa de su importancia estratégica durante la guerra de Vietnam, la ruta Hô Chi Minh sufrió numerosos bombardeos de la aviación estadounidense.
[7] Los soldados de Lon Nol no molestaron a mi madre, que era vietnamita, porque estaba bajo mi responsabilidad y yo, como ciudadana francesa, pude responder por ella. Además, muchos altos funcionarios del régimen conocían bien a mi padre, pues la mayoría habían sido alumnos suyos en el instituto Sisowath.
[8] Esas sandalias, que llevaba el propio Hô Chi Minh, fueron adoptadas por los combatientes del Vietcong.
[9]Koh significa «isla».
[10] Las dos expresiones significan «comer», pero durante el antiguo régimen los burgueses e intelectuales utilizaban pisa bai, sobre todo para dirigirse a una persona de más edad o prestigio. La expresión hôp bai fue impuesta por los jemeres rojos para borrar toda diferencia de trato debida a la edad.
[11] De hecho, pegaron a la entrada de la pagoda unos billetes de la nueva moneda, que nunca se utilizaría.
[12] Término camboyano que significa «luchar» y que empleaba uno de los principales eslóganes de la época: «To sou pakdevat»: «Luchar para hacer la revolución».
[13] «Ser admitido en un campo de reeducación» significaba ser condenado a muerte, pero nadie lo sabía, salvo los jemeres rojos y sus familias.
[14] Los isleños.
[15] Resultaba raro que los camiones fueran made in China, ya que, en el primer discurso de acogida en la pagoda, Angkar afirmó que el país no necesitaba ayuda extranjera.
[16]Phnom significa «colina que no supera los 600 metros de altura».
[17]Ta es el título que se les daba a los hombres. El término Luk, que servía para decir señor en el antiguo régimen, había sido eliminado del vocabulario.
[18]Pouk significa «padre» o «papá». En esa región, había que llamar así a los hombres de cierta edad y a los que se debía respeto. El término Mè («madre») se utilizaba para dirigirse a las mujeres de los pouk o a las mujeres de más edad que nosotros.
[19] El kapok es una especie de algodón cuyo fruto, antes de romperse, es comestible.
[20] Faldas largas.
[21] En cuanto a los hijos de los jemeres rojos —muy jóvenes: entre siete y diez años—, trataban a los adultos con insolencia y desprecio. A menudo, su mirada estaba cargada de odio, inyectada en sangre. Nos daban miedo.
[22] La falda que llevaban originalmente las camboyanas.
[23] Un trozo de raíz de plátano era un producto de lujo que todo el mundo se disputaba.
[24] El arroz se medía con cajas de leche condensada vacía.
[25] Otro ejemplo: un comprimido de aureomicina se cambiaba por un carat de oro (36 gramos).
[26] El bambú era una planta muy valiosa. Con sus tallos construíamos las chozas y sus brotes son comestibles, pero cogerlos es muy laborioso, porque están ocultos en el interior de las matas y sales lleno de arañazos. Eso es lo que le pasó a Jean-Jacques: un día volvió al pueblo con dos hermosos brotes en su kromar (bufanda), pero con la camisa hecha jirones y la espalda cubierta de arañazos. Los jemeres rojos terminaron prohibiendo la recolección de brotes de bambú, porque, al ser despojadas de esa forma, las plantas no se recuperaban.
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