Rutger Bregman - Utopía para realistas
Aquí puedes leer online Rutger Bregman - Utopía para realistas texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2016, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
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- Libro:Utopía para realistas
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2016
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Utopía para realistas: resumen, descripción y anotación
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Utopía para realistas — leer online gratis el libro completo
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Ningún libro se escribe en solitario, pero nunca antes había tenido tantísima ayuda. Mi agradecimiento en primer lugar a los miembros de The Correspondent, mi hogar como escritor, que me proporcionaron información y consejos sobre artículos y libros, además de señalarme diversos errores. También tengo una enorme deuda de gratitud con mis compañeros de trabajo, sobre todo con quienes leyeron todo o parte del manuscrito: Jesse Frederik, Andreas Jonkers, Erica Moore, Travis Mushett y Rob Wijnberg.
Muchas gracias al equipo de diseño Momkai (Martijn van Dam, Harald Dunnink, Shannon Lea, Cynthia Mergel, Leon Postma, y Frazer Sparham) por la fantástica infografía (así como por su interminable paciencia todas las veces que he hecho otro pequeño cambio).
Tuve el gran honor de que el editor de la versión original en holandés de este libro fuese Wil Hansen, quien una vez más me libró de cometer errores de lógica y de frases torpes. Estoy igualmente agradecido a Elizabeth Manton, la traductora del libro al inglés, por su sensibilidad con el lenguaje y sus inestimables comentarios. Cuando alguien me preguntaba cómo iba la traducción al inglés, enseguida confesaba mi preocupación de que podría resultar mucho mejor que el original.
Este libro nunca podría haber sido un éxito sin mi fabulosa editora holandesa, Milou Klein Lankhorst. Ella también me puso en contacto con quien sería mi agente, Rebecca Carter, que estaba convencida de que mi libro tenía potencial y enseguida me presentó a los editores Ben George en Little, Brown y Alexis Kirschbaum en Bloomsbury, cuya perspicacia ha mejorado este libro.
Por último, pero no menos importante, he tenido la bendición de contar con el apoyo de mi familia, amigos y, por encima de todo, de Maartje, quien me hizo críticas que en ocasiones me costó aceptar, pero sin las cuales no podría haber pasado, por el simple hecho de que habitualmente ella tenía razón.
Por cualquier error de sentido, frase enrevesada o ilusiones inalcanzables que puedan quedar, asumo toda la responsabilidad.
RUTGER BREGMAN nació en Westerschouwen (Países Bajos) en 1988. Está considerado uno de los jóvenes pensadores europeos más destacados. Es autor de cuatro libros, en los que trata varias de las disciplinas que convergen en Utopía para realistas: historia, filosofía, economía y divulgación. Su History of progress obtuvo el premio Belgian Liberales como mejor obra de no ficción de 2013. Ha sido nominado en dos ocasiones para el European Press Prize por sus contribuciones periodísticas en The Correspondent. Sus artículos se han publicado también en medios como The Washington Post, The Guardian y la BBC.
Un mapa del mundo que no incluya Utopía no es digno de consultarse, pues carece del único país en el que la humanidad siempre acaba desembarcando. Y cuando lo hace, otea el horizonte y al descubrir un país mejor, zarpa de nuevo. El progreso es la realización de Utopías.
OSCAR WILDE (1854-1900)
El regreso de Utopía
Empecemos con una pequeña lección de historia: en el pasado, todo era peor.
El 99% de la humanidad, a lo largo del 99% de la historia, pasaba hambre y era pobre, sucia, temerosa, ignorante, enfermiza y fea. Y no hace mucho, en el siglo XVII, el filósofo francés Blaise Pascal (1623-1662) describió la vida como un enorme valle de lágrimas. «La grandeza del hombre —escribió— radica en que se sabe miserable». En el Reino Unido, su colega Thomas Hobbes (1588-1679) coincidía con él en que la vida del hombre era en esencia «solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve».
Sin embargo, en los últimos doscientos años todo eso ha cambiado. En un breve período del tiempo que nuestra especie lleva habitando este planeta, miles de millones de nosotros hemos pasado de repente a estar bien alimentados, sanos, limpios y a salvo, a ser inteligentes, ricos y, en ocasiones, incluso bien parecidos. Mientras que en 1820 el 94% de la población mundial todavía vivía en la pobreza extrema, en 1981 ese porcentaje se había reducido hasta el 44% y ahora, sólo unas décadas más tarde, se sitúa por debajo del 10%.
Si esta tendencia se mantiene, la pobreza extrema, que ha sido una constante en la historia de la humanidad, no tardará en ser erradicada para siempre. Incluso aquellos a los que todavía llamamos «pobres» disfrutarán de una abundancia sin precedentes. Donde yo vivo, los Países Bajos, un sintecho que recibe asistencia social dispone hoy de más dinero para gastar que el holandés medio en 1950, y cuatro veces más que un habitante de la Holanda gloriosa de la Edad de Oro, cuando dominaba los siete mares.
Durante siglos, el tiempo apenas se movió. Desde luego, ocurrían muchas cosas para llenar libros de historia, pero la vida no mejoraba precisamente. Si pusiéramos a un campesino italiano del 1300 en una máquina del tiempo y lo situáramos en la Toscana de la década de 1870, apenas notaría la diferencia.
Los historiadores calculan que la renta anual media en Italia alrededor del año 1300 era de aproximadamente 1600 dólares. Unos seiscientos años más tarde (después de Colón, Galileo, Newton, la revolución científica, la Reforma y la Ilustración, la invención de la pólvora, la imprenta y la máquina de vapor) era de… todavía 1600 dólares. Seiscientos años de civilización, y el italiano medio estaba más o menos donde siempre había estado.
No fue hasta la década de 1880, cuando Alexander Graham Bell inventó el teléfono, Thomas Edison patentó su bombilla, Carl Benz trasteaba con su primer coche y Josephine Cochrane meditaba sobre la que podría ser la idea más brillante de todos los tiempos (el lavavajillas), que nuestro campesino italiano se vio propulsado por la marea del progreso. Y menuda marea. Los últimos dos siglos han visto un crecimiento exponencial en población y prosperidad en el mundo entero. La renta per cápita es ahora diez veces la de 1850. El italiano medio es 15 veces más rico de lo que lo era en 1880. ¿Y la economía global? Ahora es 250 veces más grande que la de la revolución industrial, cuando casi todos en casi todas partes seguían siendo pobres, hambrientos, sucios, temerosos, ignorantes, enfermizos y feos.
Asimilar este diagrama requiere un tiempo. Cada círculo representa un país. Cuanto más grande es el círculo, mayor es la población. La sección inferior muestra países en el año 1800; la superior los muestra en 2012. En 1800, la esperanza de vida incluso en los países más ricos (por ejemplo, Países Bajos o Estados Unidos) era inferior a la del país con el menor índice de salud (Sierra Leona) en 2012. En otras palabras: en 1800, todos los países eran pobres, tanto en riqueza como en salud, mientras que hoy, incluso el África subsahariana supera a los países más prósperos en 1800 (a pesar de que los ingresos en el Congo apenas han cambiado en los últimos doscientos años). De hecho, cada vez más países están accediendo a la tierra de la abundancia, en la parte superior derecha del diagrama, donde los ingresos medios ahora superan los 20 000 dólares y la esperanza de vida está por encima de los setenta y cinco años.
Fuente: Gapminder.org
La utopía medieval
El pasado era sin duda implacable, y por lo tanto es lógico que la gente soñara con un tiempo en que las cosas mejorarían.
Uno de los sueños más vívidos era el de la tierra de leche y miel conocida como el País de Cucaña o Jauja. Para llegar allí, primero tenías que devorar arroz con leche durante tres millas. Pero el esfuerzo merecía la pena, porque al llegar a Cucaña te encontrabas en una tierra donde fluía el vino por los ríos, los gansos asados volaban al alcance de la mano, en los árboles crecían panqueques y del cielo llovían tartas calientes y pasteles. Campesinos, artesanos, clérigos: todos eran iguales y disfrutaban juntos bajo el sol.
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