CAPÍTULO 01
CUANDO EL AMOR INUNDA UN ESTADIO
EL CLAMOR DEL ESTADIO
No importa quién gane o pierda este partido de fútbol, la multitud va a llorar de todos modos.
Han pasado cinco meses desde el 11 de septiembre de 2001, fecha en que un ataque terrorista sobre los Estados Unidos se cobró miles de vidas al secuestrar cuatro aviones y hacerlos colisionar contra diversos edificios.
Estados Unidos todavía está luchando por levantarse. Ahora una banda de rock de Irlanda está por ayudar al país a ponerse de pie.
Esta banda de rock, llamada U2, ha estado inspirando a auditorios en todo el mundo por más de veinte años. Y esta noche, 3 de febrero de 2002, han armado un escenario con forma de corazón en el mejor lugar que Estados Unidos tenía para ofrecer: el intermedio del Súper Bowl.
En la oscuridad del estadio la energía surge desde el público como un rayo eléctrico. La poderosa canción de U2 «Beautiful Day» [Hermoso día] corre a lo largo del estadio y se desvanece en el aire. Setenta mil voces están gritando su apoyo.
Entonces, inesperadamente, una pantalla tan grande como el escenario y tan alta como el estadio mismo se levanta por detrás de la banda. Las brillantes letras blancas que dicen: «11 de septiembre de 2001» comienzan a elevarse hacia el cielo, seguidas por los nombres de cada uno de los fallecidos en los ataques terroristas de ese día.
Mas tarde Bono, el cantante de la banda, reconoció: «No pude mirar los nombres. Si los hubiera mirado, no hubiera podido cantar». Entonces mira a la multitud, su voz ardiendo con la emoción de la noche, mientras canta una inolvidable canción de cuna:
«Duerme. Duerme esta noche. Y que tus sueños se hagan realidad …»
Después de eso, una cascada de notas musicales de la guitarra eléctrica señala el comienzo de una nueva canción. La batería y el bajo se le unen para marcar el ritmo.
Entre el estruendo del sistema de sonido y la ovación de la multitud, Bono, la mayor estrella de rock de todos los tiempos, recita una oración del Salmo 51: «Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza».
A medida que la lista de nombres desfila en sentido ascendente, Bono clama: «¡Américaaaa!» Los gritos explotan en el estadio y Bono corre por todo ese escenario en forma de corazón que parece abrazar a la multitud. Y entonces toma el micrófono y canta el himno de esperanza y amor «Where the Streets Have No Name» [Donde las calles no tienen nombre].
La banda podría haber tocado toda la noche y aun así esa canción hubiera quedado corta. Cuando la pantalla baja hasta el suelo, Bono hace la señal de un corazón con sus dos manos sobre el pecho. Luego el cantante abre su chaqueta y muestra que la tela del forro es una bandera norteamericana. La música se rinde ante los alaridos de una multitud frenética. Las lágrimas ruedan por las mejillas de todos los que están en el estadio.
Bono le acaba de cantar una canción de amor a los corazones heridos de los norteamericanos.
LA QUIETUD DEL SALŌN TRASERO
Dos días antes del Súper Bowl, muy lejos de los grandes escenarios y las multitudes ruidosas, Bono había estado componiendo una canción de amor de una clase diferente.
Bono tocando en el espectáculo de medio tiempo del Súper Bowl XXXVI en Nueva Orleans, Louisiana, el 3 de febrero de 2002.
[Jeff Haynes / AFP / Getty Images]
Siendo la medianoche en Nueva York, entró en un restaurante y se dirigió hacia el salón trasero. Un variado grupo de empresarios, estrategas, planificadores financieros, líderes eclesiásticos y donantes generosos se encontraban reunidos en distintas mesas. Juntos querían proponer maneras prácticas y serias de poner fin a la pobreza extrema. Esa clase de pobreza extrema en la cual la persona no puede pagar por comida, agua, ropa, ni cuidados sanitarios. En la actualidad hay casi mil quinientos millones de personas que viven en esas condiciones; muchos de ellos en el sur de Asia y en África. Acabar con la pobreza extrema en el mundo requeriría un montón de ideas nuevas, dinero, compromiso y oración. Ese era el motivo por el cual este grupo estaba reunido: querían cambiar el mundo.
Bono no había llegado hasta allí para hacer música. Estaba en ese lugar para marcar una diferencia.
«Cuando cantas», explicó Bono, «haces que la gente se abra, para cambiar sus vidas por dentro. Tú mismo te abres al cambio en tu vida. Pero al final, tienes que convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo. En realidad yo no soy un muy buen ejemplo de eso —soy muy egoísta, y el derecho a ser ridículo es algo que valoro mucho— pero aun así, sé que eso es cierto.»
Esa reunión de personas luchando para combatir la pobreza era parte del Foro Económico Mundial, una organización que intenta mejorar las vidas de las personas comunes alrededor de todo el globo. ¡No era precisamente el lugar en el que esperarías encontrar a una estrella de rock! Pero el corazón de Bono se había conmovido por los pobres y desesperados, la gente que Jesús llamó «los más pequeños». Cuando Bono leyó la Biblia, descubrió que había más de dos mil versículos que hablaban sobre la pobreza. Jesús se preocupaba por los pobres, y alcanzó a los que en su tiempo la gente no quería ni tocar. «No podría ser más evidente», expresó Bono, «que esto está en la mente de Dios, que es el punto de vista de Jesús.»
Y así continuó yendo a lugares inesperados a trabajar con la gente menos pensada. Él sigue los dictados de su corazón y usa su poderoso don para la comunicación con políticos y predicadores, presidentes y papas.
Es algo raro que una estrella de rock -especialmente alguien tan conocido como Bono- pase tiempo trabajando para otros. «Yo sé lo absurdo que es tener a una estrella de rock hablando sobre la Organización Mundial de la Salud o el perdón de las deudas o … el sida en África», afirmó. Pero también sabe que cuando habla, la gente lo escucha.
Esa noche en Nueva York, Bono se unió a un debate serio. Como un equipo, aprenderían de los expertos, tratarían de entender los asuntos y problemas relacionados, y elaborarían soluciones prácticas para cambiar el mundo de la gente en situación de pobreza extrema. El hombre que cantó frente a millones de fanáticos que lo ovacionaban, ahora quería darle su voz a los que no tienen ninguna.
Siendo joven, el corazón de Bono sencillamente lo había llevado a la música. Pero una vez que estuvo en una banda trabajando con amigos para crear música que lo movilizara, el amor entró en el cuarto, se sintió a gusto, y decidió hacer algunos cambios. Ahora el amor lo buscaba a él para mover montañas.
Sin embargo, antes de que el amor estuviera al mando, la ira había tenido su lugar en la vida de Bono.
IT’S A BEAUTIFUL DAY, THE SKYFALLS - AND YOU FEEL LIKE IT’S A BEAUTIFUL DAY
IT’S A BEAUTIFUL DAY - DON’T LET IT GET AWAY - YOU’RE ON THE ROAD BUT YOU’VE GOT NO DESTINATION
YOU’RE IN THE MUD, IN THE MAZE OF HER IMAGINATION - YOU LOVE THIS TOWN EVEN IF IT DOESN’T RING TRUE