Koldobica Gotxone Villar - Grandes desastres tecnológicos

Problemas informáticos que han causado decenas de muertes, aviones que estallaron sin razón, averías previstas en los diseños automovilísticos, accidentes energéticos y desastres nucleares, fraudes farmacéuticos, escapes tóxicos y hundimientos de puentes.

Estos y otros sucesos han llegado a la prensa, pero el público nunca ha podido saber por qué sucedieron realmente debido a la limitada capacidad de la prensa para explicar cuestiones tecnológicas que, además, en el momento de saltar a la fama no eran conocidas más que por minorías de científicos o ingenieros a los que se les ha concedido, en el mejor de los casos, apenas unos minutos en la pantalla.

Sus autores, Koldobica Gotxone Villar y Félix Ballesteros Rivas, médico e ingeniero respectivamente, perfectos conocedores de estos temas, nos narran los porqués de estos sucesos con independencia y mucho humor utilizando toda clase de fuentes, incluso la propia experiencia personal.

Koldobica Gotxone Villar

Félix Ballesteros Rivas

ePub r1.0

smonarde 30.06.14

Título original: Grandes desastres tecnológicos

Koldobica Gotxone Villar & Félix Ballesteros Rivas, 2012

Editor digital: smonarde

Texto facilitado por: farnell

ePub base r1.1

Dedicado a los que hacen las cosas bien,

aunque nos proporcionen una vida más aburrida,

pero es que lo que los demás nos ofrecen no es vida.

Y a aquellos que nos ofrecen una vida,

aunque a veces no lo notemos.

KOLDOBICA GOTXONE VILLAR Villar (Bilbao, 1950), licenciado en Medicina y Cirugía, Especialista en Medicina Nuclear y Especialista en Electroradiología.

Fue Vicepresidente de la Agrupación Astronómica Madrileña y, como experto informático desde la época en la que los ordenadores pesaban toneladas y sus memorias se medían en «kas», durante más de diez años ha sido profesor de diversas materias de informática (lenguajes de programación, técnicas de desarrollo, metodologías…) en la Universidad Pontificia de Salamanca en Madrid.

Ha publicado libros sobre técnicas de programación estructurada.

FÉLIX BALLESTEROS RIVAS (Madrid, 1953), Ingeniero superior de Telecomunicaciones, ha trabajado siempre en el mundo de las nuevas tecnologías y la seguridad electrónica, tanto en el Ejército (Oficial de Complemento del Arma de Ingenieros), como en multinacionales norteamericanas y entidades españolas tanto públicas como privadas.

Durante varios años impartió clases de nuevas tecnologías en la Universidad Complutense de Madrid.

Ha publicado varias novelas de intriga sobre delitos relacionados con las nuevas tecnologías y es ganador del Premio Andrómeda de ficción especulativa con su novela El hijo del Hombre, recientemente publicada.

[1] Visto así, tampoco ha habido tantos cambios. La humanidad empezó la carrera tecnológica con el sílex y ahora ha vuelto a los orígenes con microprocesadores de silicio. O quizá, puestos a hacer malabarismos mentales, lo que sucede es que las criaturas basadas en la química del carbono estamos condenadas a empezar nuestros principales avances con el elemento hermano que ocupa el lugar adyacente en la tabla periódica de los elementos: el silicio. Por favor, que nadie se tome en serio esta idea.

[2] Durante un tiempo el dueño de esa mansión fue una empresa multinacional dedicada allí mismo al desarrollo y fabricación de sistemas de cifrado de uso civil y militar. Sin relación alguna con el laboratorio que desde allí «luchó» en la Segunda Guerra Mundial, hace pensar si el lugar no tendrá algún tipo de atracción metafísica para los algoritmos de cifrado.

[3] La mayoría de los cadáveres mostraban heridas producidas por armas alemanas… pero ello era debido, sordidez sobre sordidez, a que las pistolas con que perpetraron esos crímenes eran mayoritariamente germanas porque tenían menos retroceso que los revólveres soviéticos los cuales dañaban los pulgares de los asesinos en estas «situaciones» en las que se usaban de forma intensiva. Tecnología macabra.

[4] Aquel negro episodio de la historia sigue arrastrando para los polacos, medio siglo después, consecuencias y desgracias: el 10 de abril de 2010 un avión Tupolev se estrelló en los alrededores del aeropuerto de Smolensk con el presidente de Polonia y la mayor parte de su gabinete entre las víctimas. Una de las razones del accidente parece ser la insistencia del presidente polaco en no aterrizar en el aeropuerto en el que estaban las autoridades rusas para no tener que saludarles con amabilidad diplomática en la conmemoración de la matanza del bosque de Katyn, a cuyas ceremonias se dirigían.

[5] Decir grandes tonterías no garantiza el fracaso. La frase: «Nadie va a necesitar más de 640 Kb de memoria en su PC» la dijo Bill Gates, amo y señor de Microsoft, en esos mismos años, y poco después, en 1989, declaró solemnemente que el sistema operativo del futuro era el OS/2, del que casi nadie ha oído hablar últimamente.

[6] Un compañero de uno de nosotros se llevó una buena bronca por desconectar una antena que aparentemente no pintaba nada en una central de comunicaciones de Ciudad de México y que parecía emitir parte de las comunicaciones telefónicas a un satélite del que los mexicanos no tenían noticia. Otra bronca curiosa fue la que se llevaron unos obreros cuando al cavar una zanja en el paseo de la Castellana de Madrid rompieron un cable que no estaba documentado por allí y que parecía dirigirse a la Embajada de Estados Unidos, que estaba a menos de doscientos metros; lo curioso es que la obra fue parada por soldados armados norteamericanos sin que la Policía Municipal tuviese ocasión de intervenir.

[7] El humor de Gila es universal, pero además él conocía bien el ejército: participó en la Guerra Civil española, pasó tiempo en campos de prisioneros (hizo la guerra en el lado perdedor) y sus primeros escritos publicados eran literatura seria y sentida sobre sus experiencias militares.

[8] Todavía en 1999 seguían teniendo problemas con los mapas: en la guerra de Kosovo, la aviación de la OTAN bombardeó un consulado chino porque utilizaban unos planos obsoletos de Yugoslavia.

[9] Hasta tal punto es atractiva la posición de Kourou para los lanzamientos, que en la actualidad se ha construido allí en régimen de alquiler un centro de lanzamientos para los rusos: desde allí se lanzarán cohetes Soyuz y Vega para cargas medias y pequeñas, respectivamente.

[10] El nombre del lenguaje es en memoria de Ada Lovelace, la primera programadora de ordenadores de la historia. Tan prematura fue programando que lo hizo un siglo antes de que se construyese el primer ordenador, trabajando sólo con los diseños teóricos de uno imaginado por Charles Babbage y que no llegó a construirse en vida del inventor. Ada también contribuyó a la historia de la informática subvencionando las investigaciones de Babbage, las más de las veces con lo que ella ganaba en el casino aprovechando su mente, que debía ser muy potente y orientada a las matemáticas. Era hija de lord Byron, lo cual no tiene nada que ver con lo que nos interesa; pero es lo primero que se suele mencionar en sus biografías.

[11] En la televisión vemos, en cambio, veinticinco imágenes por segundo, por lo que al principio la mayoría de las películas duraban en la televisión un cuatro por ciento menos que en el cine y las voces sonaban un poco diferentes, hasta el punto de que era normal hacer una banda de sonido nueva para la pequeña pantalla.