Esta es la historia más completa de quienes combatieron en la Guerra Civil en las filas del carlismo. Julio Aróstegui realizó una exhaustiva investigación ―ayudado en gran medida por la ingente documentación y los testimonios orales recogidos en los años cincuenta por los pioneros Ángel Lasala y Javier Lizarza―, para dar la visión más global sobre la actuación en conjunto de todos los tercios de requetés en la contienda de 1936-1939 .
Una mirada profunda a la vida en el frente, a las batallas, a los movimientos, a los heridos y los muertos de unos hombres que formaron parte esencial de un conflicto que desgarró España. Procedían de todos los rincones de nuestra geografía: Navarra, País Vasco, Madrid, Andalucía, Cataluña… y combatieron por sus creencias y por el futuro que soñaban.
A Antonio Lizarza Iribarren y Ángel Lasala Perruca,
que supieron guardar la memoria de los suyos,
también la memoria de todos.
IN MEMÓRIAM
JULIO ARÓSTEGUI SÁNCHEZ. (Granada, España, 1939 - Madrid, 2013). Historiador español especialista en la Edad Contemporánea. Entre sus trabajos destacan las aportaciones relacionadas con la violencia política en la historia contemporánea española, la guerra civil, el carlismo, el movimiento obrero, los conflictos traumáticos y la memoria colectiva. También realizó importantes aportaciones en el ámbito metodológico y la historia del mundo actual.
Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid y director de la Cátedra «Memoria Histórica del Siglo XX ». En los años setenta fue profesor de Enseñanza Media en Salamanca. Años más tarde fue profesor en las Universidad del País Vasco y la Universidad Carlos III de Madrid. En 1981 fue galardonado con el Premio Nacional de Historia.
Fue uno de los historiadores españoles que más atención dedicó a los problemas teóricos de la Historia y de su investigación y método. Investigador inquieto e incansable, capaz de manejar la ironía y la conceptualización aguda, Aróstegui pretendía que investigar la Historia, para los profesionales de ello, significaba hoy añadir algo a la ciencia, sin duda, pero también contribuir a nuestro autoconocimiento, a perfilar nuestra identidad; a obtener contrastes y hasta lecciones y pautas de comportamiento.
In memóriam. Julio Aróstegui (1939-2013)
IN MEMÓRIAM
JULIO ARÓSTEGUI (1939-2013)
E sta obra se publicó por primera vez en 1991, con ocasión de haber sido galardonada con el primer premio de Historia del Carlismo Luis Hernando de Larramendi, por la Fundación que entonces se denominaba Hernando de Larramendi, y que había sido constituida pocos años antes por don Ignacio Hernando de Larramendi al concluir su larga etapa como primer ejecutivo del Sistema Mapfre.
El libro recogía muchos años de trabajo del profesor Aróstegui, con investigación de campo que, en gran parte, había sido proporcionada por Javier Lizarza Inda, quien en estrecho contacto con él impulsaba los trabajos.
El extraordinario valor histórico del libro quedó lastrado por una edición más que deficiente, en la que se vio clara la bisoñez de la Fundación, que auspició una publicación sin rigor editorial, plagada de erratas y con casi todos los ejemplares adoleciendo de algún defecto de impresión o encuadernación que hacía que fuera difícil encontrar alguno con el texto íntegro. Y, además, sin incluir un índice onomástico ni otro toponímico. Aunque esta última deficiencia fue en parte subsanada con la publicación, años después, en la revista Aportes, de ambos índices correspondientes a los dos volúmenes de la edición original.
Desde entonces, la Fundación, ya denominada Ignacio Larramendi, pensó en reeditar esa obra del profesor Aróstegui en las condiciones editoriales adecuadas. Pero no siempre es fácil poner por obra las intenciones, por nobles, generosas o importantes que sean.
La ocasión la brindó la publicación por La Esfera de los Libros del impresionante volumen que recogía testimonios de combatientes carlistas en la guerra de 1936, que se presentó en mayo de 2010 bajo el título Requetés. De las trincheras al olvido, del que fueron autores Pablo Larraz Andía y Víctor Sierra Sesumaga.
A ese deseo de reedición corregida, mejorada y aumentada se sumó desde el principio, con ilusión y entusiasmo, el profesor Julio Aróstegui.
Los tiempos, sin embargo, fueron dilatándose, en parte por las dificultades que supone para la Fundación Ignacio Larramendi, que se nutre de trabajo voluntario, actuar de una manera acelerada en estos temas, y en parte también por las dificultades y retrasos a que el mercado editorial, en crisis como toda la economía, tiene que acompasarse.
Pero, aun con esas limitaciones, Julio Aróstegui se prestó con entusiasmo a la mejora y ampliación de su obra, que fue progresando gracias a los empujones que se le iban dando en las periódicas reuniones en que nos encontrábamos Guillermo Chico —el representante de la editorial, Julio, Luis González Llano y quien firma estas líneas.
Un número no pequeño de esas reuniones de impulso se tenían en el curso de almuerzos o cenas en que la personalidad científica y el lado humano de Julio Aróstegui brillaban con muda elocuencia. En ellas, quienes participábamos pudimos saborear el ingenio pretendidamente socarrón de Julio, su liberal carácter capaz de compartir alegres vivencias con gentes de los más opuestos pensamientos, su rigor histórico, su seriedad académica y la alegría que le daba participar en esos encuentros y en este proyecto.
Y en eso, taimada y traicionera como siempre, vino la muerte a buscarle un aciago día de enero de 2013.
Sentí y sentimos todos los que estábamos en el proyecto una punción lacerante; la pérdida del amigo a quien se había despedido con un «en un mes nos reuniremos para evaluar los progresos de cada uno. Y si es posible, con unas angulas en el Txoko Zar». La muerte, es sabido, nunca viene a tiempo.
Además del luto por Julio, nos rondaba el R. I. P. también para nuestro proyecto. Pero la Providencia, que con cuidado amoroso vela por sus criaturas, tenía otros planes.
Jesús Martínez, discípulo, compañero en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense y, sobre todo, amigo, había accedido, a petición de Nieves García, la viuda de Julio Aróstegui, a entrar en su ordenador y tratar de poner orden en las cosas pendientes.
Gracias a su viuda, que aceptó que el plan de publicación prosiguiese; a Jesús Martínez, que concluyó los trabajos de revisión de la obra que habían quedado inacabados, con la ayuda de Eduardo González Calleja; al apoyo de Luis González Llano; a la generosa puesta a disposición de numeroso material gráfico por Víctor Sierra-Sesumaga y Pablo Larraz, así como al aporte de fotografías de banderas originales de los Tercios por Íñigo Pérez de Rada, y a la comprensión de La Esfera de los Libros es posible, también con mi modesta contribución, que esta reedición, corregida, aumentada y anotada haya podido finalmente ver la luz.