Breve y completo relato del conflicto armado, sus complejos orígenes, el derrumbe de la segunda república y el desarrollo de la dictadura franquista.
Payne ofrece en este libro una visión completa y breve del conflicto que dividió España entre los años 1936 y 1939, y lo enmarca en la historia europea del siglo XX y en el contexto de las guerras civiles revolucionarias. Analiza la compleja vida política republicana, el papel de la intervención alemana, italiana y soviética, y el desarrollo de la dictadura franquista.
Stanley G. Payne
La Guerra Civil Española
ePub r1.0
Titivillus 21.05.18
Título original: The Spanish Civil War
Stanley G. Payne, 2014
Traducción: Jesús Cuéllar Menezo
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
STANLEY GEORGE PAYNE. (Denton, Texas, 1934) es un hispanista estadounidense. Doctor en Historia por la Universidad de Columbia y profesor emérito de Historia en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde ostenta la cátedra Hilldale-Jaume Vicens Vives. También es codirector del Journal of Contemporary History, miembro de la American Academy of Arts and Sciences (Academia Americana de Artes y Ciencias), y, desde 1987, académico de la Real Academia Española de la Historia. Stanley G. Payne ha sido profesor en las universidades de Columbia, UCLA y Wisconsin.
Payne escribe con cierta frecuencia artículos de opinión en los periódicos españoles ABC y El Mundo sobre actualidad hispana. También en la Revista de Libros colabora asiduamente con sus ensayos bibliográficos.
Con dilatada presencia en el panorama académico español, dirigió en la Universidad de Burgos, en julio del 2005, el curso «La represión durante la guerra civil y bajo el franquismo: historia y memoria histórica». El 9 de junio de 2004, la Universidad privada católica Cardenal Herrera-CEU lo nombró doctor honoris causa. En 2006 Payne fue el director del curso «La guerra civil: conflicto revolucionario y acontecimiento internacional» en la Universidad Rey Juan Carlos, España.
En 2009 recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
Entre sus obras más recientes figuran El colapso de la República: los orígenes de la Guerra Civil (1933-1936); Franco y Hitler; España, una historia única, y La Europa revolucionaria: las guerras civiles que marcaron el siglo XX.
[1] Citado en Richard Service, Trotsky. A Biography, Londres, 2009. pág. 186 [ed. cast: Trotski: una biografía, Barcelona, Ediciones B, 2010].
[2] N. Alcalá-Zamora, Memorias, Barcelona, 1977, pág. 351.
PREFACIO
La Guerra Civil española fue el conflicto bélico más importante ocurrido en Europa en la década anterior a la Segunda Guerra Mundial y ha generado una bibliografía ingente. Incluso pasadas tres generaciones sigue suscitando interés y las polémicas que desató continúan encontrando partidarios, no solo en España, en cuyo seno la contienda tiene todavía una importante presencia, tanto en la historiografía como en el discurso partidista.
La primera historia objetiva del conflicto, publicada por Hugh Thomas en 1961, se amplió hasta convertirse dieciséis años después en una obra más exhaustiva de 1.100 páginas. Aunque en un solo volumen sea imposible captar por completo y de manera definitiva un conflicto tan complejo como la Revolución Francesa, la edición revisada de Thomas, en su calidad de relato concentrado, sigue sin superarse. El presente libro no constituye una descripción exhaustiva de la guerra, sino que intenta aclarar asuntos clave, indagando en las cuestiones más llamativas dentro de un marco analítico y comparado, sin dejar de incorporar los resultados de las investigaciones más recientes. Su objetivo principal es responder al mandato de José Ortega y Gasset, que en 1938 proclamaba que lo más importante era comprender el carácter y el origen de la contienda.
INTRODUCCIÓN
La guerra civil en la Europa del siglo XX
La Guerra Civil española fue el enfrentamiento político y militar más importante registrado en Europa durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Su polarización no solo afectó a España sino que suscitó una intensa reacción en millones de europeos y americanos. La guerra recibió muchos nombres. Los izquierdistas y también muchos progresistas la han entendido de muy diversas maneras: un combate «entre el fascismo y la democracia», «entre el pueblo y la oligarquía» (o «contra el ejército»), «la revolución frente a la contrarrevolución» e incluso «el futuro frente al pasado». En diversos momentos, derechistas y conservadores la calificaron de lucha del «cristianismo contra el ateísmo», «la civilización occidental contra el comunismo», «España contra la anti-España» y «el orden público frente a la subversión». Aunque esas etiquetas sean antitéticas, no siempre son mutuamente excluyentes, porque la guerra fue enormemente complicada y contradictoria, y en todas esas denominaciones había, en mayor o menor medida, algo de verdad, aunque algunas fueran más precisas que otras.
La guerra la desataron los problemas internos de España, pero una vez que las tres grandes dictaduras europeas iniciaron una limitada intervención, muchos comenzaron a considerarla un conflicto internacional en el que se combatía por poderes. En otros países, las actitudes tuvieron más que ver con la opinión que se tenía de los Estados implicados en el conflicto que con la propia guerra, porque muchos consideraban que el resultado de la misma podría influir en el equilibrio de poder existente en Europa occidental.
Es importante no perder de vista que la Guerra Civil española tuvo lugar en una época, que va desde 1918 a 1949, en la que muchos países europeos sufrieron conflictos civiles similares. En este sentido, lo singular del enfrentamiento civil español fue sobre todo que tuviera lugar en un país europeo occidental, y que fuera el único que estallara en el periodo de entreguerras, al margen de la Primera Guerra Mundial, de sus inmediatas secuelas y de la Segunda Guerra Mundial.
Las tres décadas que van desde 1914 a 1945 constituyen la era de las guerras mundiales, las más destructivas de la historia, pero en Europa, donde se iniciaron esos combates, ese fue también el periodo de los conflictos políticos más intensos, que desató guerras civiles en muchos países —Rusia, Finlandia, Letonia, España, Hungría, Yugoslavia, Grecia y Polonia—, así como levantamientos y revueltas generalizados en Alemania, en tanto que varios países más se vieron con frecuencia al borde del enfrentamiento civil. Todo ello nos lleva a plantearnos por qué la época de los conflictos internacionales más generalizados también fue la de las perturbaciones internas más agudas.
Algunas de las causas principales de las guerras mundiales están bastante claras y tienen que ver con el choque de imperios rivales, el nacionalismo, el militarismo y una estrecha competencia económica, además de con la utilización generalizada de la tecnología industrial moderna, las nuevas técnicas de movilización de masas, la propaganda y la aparición de nuevas ideologías radicales. Las guerras desataron con frecuencia tensiones internas, que al mismo tiempo también alentaban otros factores. El comienzo del siglo XX fue una época de rápidos y decisivos cambios industriales, económicos y tecnológicos, y también de transformaciones sociales y culturales. La sociedad y la cultura tradicionales nunca se habían visto tan cuestionadas como al inicio de lo que algunos historiadores denominan «modernidad clásica», origen de problemas y oportunidades singulares que fueron acompañados de turbulencias nunca vistas. La transformación que experimentó la vida corriente gracias a la tecnología fue paralela a la aparición de nuevas ideologías políticas y sociales, que en ciertos casos se convirtieron en movimientos de masas. El liberalismo de las generaciones anteriores se había tornado conservador y fue cuestionado por el anarquismo, el socialismo, el comunismo y el nacionalismo radical, y después por el fascismo. En realidad, desde esa época, pocas innovaciones ideológicas cabe señalar.