Publicada originalmente en 1941, las numerosas ediciones de la Historia de la filosofia son la mejor prueba de la continuada vigencia de esta obra ya clásica. En el prólogo a la primera edición, Xavier Zubiri vaticinó que esta obra representaría para los estudiantes «un instrumento de trabajo de considerable precisión, que les ahorrará búsquedas difíciles, les evitará pasos perdidos en el vacío y, sobre todo, les hará echar a andar por el camino de la Filosofía».
Julián Marías
Historia de la filosofía
ePub r1.2
Titivillus 10.07.16
Título original: Historia de la filosofía
Julián Marías, 1941
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
JULIÁN MARÍAS AGUILERA (Valladolid, 17 de junio de 1914 - Madrid, 15 de diciembre de 2005), doctor en Filosofía por la Universidad de Madrid, fue uno de los discípulos más destacados de Ortega y Gasset, maestro y amigo con quien fundó en 1948 el Instituto de Humanidades (Madrid).
Ensayista y filósofo, fue conferenciante en numerosos países de Europa y América y profesor en varias universidades de Estados Unidos. Colaborador de relevantes periódicos, fue miembro de la Real Academia Española desde 1964 y senador por designación real entre 1977 y 1979. Presidió la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) desde su creación en 1979 hasta que falleció. En 1996 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, compartido con Indro Montanelli.
Notas
[1] Véase mi Introducción a la Filosofia (1947), cap. XII. [Obras. IL].
[2] Cf. Mi Biografía de la Filosofía, I. «La filosofía griega desde su origen hasta Platón» (Emecé, Buenos Aires 1954). [Obras, vol. II].
[3] Sobre este problema de la matemática griega, véase Biografía de la Filosofía, I, III, y sobre todo, Ensayos de teoría, «El descubrimiento de los objetos matemáticos en la filosofía griega». [Obras, IV].
[4] Transcribo el griego en caracteres latinos con las siguientes normas: la g ( g ) tiene siempre sonido suave; la z ( ~ ), el de ds; la th ( q ), el de la z; la ph ( f ), el de f; la kh ( c ), el de j; el diptongo ou ( ou ), el de u, y la y ( u ) tiene el de u francesa o ü alemana; la h (equivalente al espíritu áspero) debe aspirarse. Todos los acentos griegos se transcriben.
[5] Cf. W. Dilthey: Introducción a las ciencias del espíritu (tr. de J. Marías. Revista de Occidente), pp. 171-181.
[6] Sobre la idea de serenidad, véase mi estudio «Ataraxia y alcionismo» (en El oficio del pensamiento, 1958). [Obras, VI].
[7] No puede olvidarse el enorme valor histórico de la imagen de Sócrates —desfigurada y hostil, pero reflejo de una actitud social ateniense— en Las Nubes, de Aristófanes.
[8] Una consideración genética del platonismo dentro de la filosofía y la historia griega se encontrará en mi citada Biografía de la Filosofía.
[9] Sobre las dificultades internas de la teoría aristotélica de la sustancia y de su interpretación desde el punto de vista de materia y forma, potencia y acto, véase mi Biografía de la Filosofía, ap. 11 (Obras, vol. II, pp. 487-494).
[10] Sobre el problema de la lógica aristotélica y de sus interpretaciones tradicionales véase mi Introducción a la Filosofía, ap. 61 (Obras, vol. II). Cf. también Ensayos de teoría (Obras, IV, pp. 414-419) y La filosofía del Padre Gratry (Obras, IV, pp. 274-277 y 312-314).
[11] Cf. mi Introducción a la Política de Aristóteles (Madrid 1950).
[12] Véase mi Introducción a la Ética a Nicómaco (Madrid 1960).
[13] Véase un estudio más detenido de este problema en mi estudio «La filosofía estoica» (en Biografía de la Filosofía).
[14] Cf. mi estudio «La escolástica en su mundo y en el nuestro» (en Biografía de la Filosofía).
[15] Ortega agrega la siguiente nota: «Como es sabido, no se puede encontrar en sus obras esta fórmula, desde siempre atribuida a San Agustín; pero toda su producción la parafrasea. Véase Mausbach: Die Ethik Augustinus».
[16] Cf. mi estudio La Escolástica en su mundo y en el nuestro
[17] Véase mi libro San Anselmo y el insensato (Obras, IV).
[18] Véase el libro de Miguel Cruz Hernández: La filosofía árabe (Madrid 1963).
[19] Cf. mi ensayo «Física y metafísica en Newton», en San Anselmo y el insensato. [Obras, IV]v
[20] Véase «Suárez en la perspectiva de la razón histórica» (en Ensayos de teoría). [Obras, IV].
[21] Se encontrará una información más detallada sobre los orígenes históricos y la estructura de la filosofía de este tiempo en «La metafísica moderna» (en Biografía de la Filosofía). [Obras, II].
[22] Cf. «Los dos cartesianismos» en Ensayos de teoría. (Obras, IV).
[23] Puede verse un análisis de los problemas que esta prueba plantea en mi ensayo «El problema de Dios en la filosofía de nuestro tiempo» (en San Anselmo y el insensato). [Obras, IV].
[24] Véase mi ensayo «La pérdida de Dios» (en San Anselmo y el insensato). [Obras, IV].
[25] Véanse mis libros Los Españoles (1962) y La España posible en tiempo de Carlos III (1963).
[26] Véase mi Antología filosófica El tema del hombre, especialmente la Introducción (Revista de Occidente, Madrid, 1943).
[27]Les Krausistes, par 1’abbé Pierre Jobit (París-Burdeos, 1936). Cf. mi ensayo El pensador de Illescas, en Ensayos de teoría (Obras, IV). Véase también El krausismo español, por Juan López-Morillas (México, 1950).
[28] Cf. mi estudio El hombre y Dios en la filosofía de Maine de Biran, en: San Anselmo y el insensato(Obras, IV).
[29] Se encontrará un estudio detenido de su pensamiento y de su puesto en la historia de la filosofía en mi libro La filosofía del Padre Gratry (Obras, IV).
[30] Sobre los problemas de esta prueba véase mi estudio El problema de Dios en la filosofía de nuestro tiempo, en San Anselmo y el insensato (Obras, IV).
[31]Biografía de la Filosofía, VI, 37. [Obras, II].
[32] Véase mi libro Miguel de Unamuno (1943), donde se estudia en su integridad el problema filosófico que Unamuno plantea y su aportación a la filosofía actual. Véase también La Escuela de Madrid. [Obras, ].
[33] Acerca de eso véase Ortega: Apuntes sobre el pensamiento: su teurgia y su demiurgia (O. C., V, pp. 517-519 y 540-542). Véase también mi Introducción a la Filosofía: apartados «Fenomenología» (cap. IV), «E1 concepto como función significativa» (cap. V) y «El problema de la lógica» (cap. VII). [Obras, II].
[34] Sobre esta traducción, véase mi artículo así titulado, en Ensayos de convivencia. [Obras, III].
[35] Lo he analizado con detalle en mi estudio «Vida y razón en la filosofía de Ortega» (en