• Quejarse

Immanuel Kant - Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica

Aquí puedes leer online Immanuel Kant - Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1766, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Immanuel Kant Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica
  • Libro:
    Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1766
  • Índice:
    5 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 100
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Immanuel Kant: otros libros del autor


¿Quién escribió Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Apéndice 1

A la señorita Carlota von Knobloch

10 agosto (1763)

No me habría sustraído tanto tiempo al honor y al placer de cumplir, enviando el informe solicitado, el mandato de una dama, ornamento de su sexo, si no hubiera considerado necesario recabar previamente una información más completa sobre el asunto. El contenido de lo que me dispongo a exponer es de un género totalmente diferente al que poseen normalmente aquellas narraciones a las que les está permitido rodearse de todas las Gracias e introducirse en los aposentos de la belleza. Asimismo, me sentiría responsable si, durante la lectura de esta carta, cierta solemne seriedad apagara por un instante el gesto alegre con el que la tranquila inocencia tiene derecho a contemplar el universo entero, de no estar seguro de que, aunque tales historias estimularan aquel estremecimiento que consiste en una repetición de viejas impresiones recibidas en la educación, la ilustrada dama que las lea no echará en falta la amenidad que puede proporcionar un uso correcto de estas ideas. Permítame, estimada señorita, que justifique mi proceder en este asunto, ya que puede parecer que una locura indecorosa me hubiera predispuesto a buscar las historias aquí tramadas y a aceptarlas confiadamente sin una cuidadosa comprobación.

Ignoro si alguien ha podido notar en mí jamás rastro alguno de un espíritu inclinado a lo maravilloso o de c cierta debilidad a creer en cosas con facilidad. A pesar de todas las historias sobre apariciones y acciones del reino de los espíritus, de las que conozco gran parte de las más probables, lo cierto es que siempre he considerado que resulta muy adecuado a las reglas de la sana razón colocarse en el lado de su negación no porque defienda su imposibilidad (puesto que ¡qué poco conocemos sobre la naturaleza de un espíritu!), sino porque, en general, no están suficientemente demostradas. Además, por lo que se refiere a la incomprensibilidad de esta clase de fenómenos así como a su inutilidad, son tantas las dificultades y tan diversas las posibilidades de descubrir engaños y la facilidad de ser engañado, que yo, que no me gusta en absoluto causarme molestias, no consideré aconsejable dejarme asustar por ellos en cementerios o en la oscuridad. Ésta es la disposición en la que se encontraba desde hacía tiempo mi ánimo hasta que tuve conocimiento de la historia del Sr. Swedenborg.

Recibí esta información a través de un oficial danés, antiguo alumno y amigo mío, quien, en la mesa del ministro plenipotenciario austríaco en Copenhague, Sr. Dietrichstein, en compañía de otros invitados, había leído la carta que este señor recibió por entonces del barón von Lützow, ministro plenipotenciario de Mecklenburg en Estocolmo; en ella el citado von Lützow le comunicaba que él personalmente, junto con el embajador holandés, ante la reina de Suecia, había vivido el extraño suceso concerniente al Sr. Swedenborg que Vd., estimada señorita, ya conocerá. La credibilidad de esta información me dejó perplejo. Pues es difícil suponer que un ministro plenipotenciario escribiera a otro una información para uso público, información en la que tendría que comunicar sobre la reina de la corte donde él se encontraba algo que sería falso y que, sin embargo, pretendía haber presenciado junto a una distinguida concurrencia. Para no suplantar a ciegas el prejuicio sobre la existencia de apariciones y fantasmas mediante otro prejuicio, me pareció razonable informarme más de cerca sobre esta historia. Escribí a Copenhague al citado oficial recabando todo tipo de información. Me respondió que con este motivo había vuelto a hablar con el conde von Dietrichstein, que las cosas habían sucedido realmente así, que el profesor Schlegel le había confirmado en que no había absolutamente nada dudoso en todo ello. Dado que en aquellos días se marchaba al ejército a las órdenes del general Saint Germain, me aconsejó escribir al propio Swedenborg para conocer detalles más concretos. Escribí, así pues, a este hombre singular, y la carta le fue entregada en mano en Estocolmo por un comerciante inglés. Se me informó que el Sr. von Swedenborg había aceptado la carta benévolamente y que había prometido responderla. Pero esta respuesta no se produjo. Entretanto conocí a una distinguida persona, un inglés, que pasó aquí el último verano, a quien, en virtud de la amistad que habíamos entablado, encargué recoger en su viaje a Estocolmo noticias más exactas con respecto a las milagrosas dotes del Sr. von Swedenborg. De acuerdo con su primer informe, en base a las manifestaciones de las personas más distinguidas de Estocolmo, la historia a la que nos estamos refiriendo sucedió realmente tal como ya se la he narrado a Vd. Por entonces, él no había hablado todavía con el Sr. von Swedenborg, pero esperaba hacerlo, aunque le resultaba difícil creer que fuera verdad todo lo que las personas más razonables de esa ciudad contaban sobre su misterioso trato con el mundo invisible de los espíritus. Sin embargo, sus cartas posteriores son de un tono completamente diferente. No sólo ha hablado ya con el Sr. von Swedenborg, sino que lo ha visitado en su casa y se encuentra absolutamente admirado de este asunto tan extraño. Swedenborg es un hombre razonable, complaciente y cordial; es un sabio del que mi susodicho amigo ha prometido enviarme pronto algunos escritos. Le dijo abiertamente que Dios le había concedido la gracia especial de comunicarse a su libre arbitrio con las almas separadas. Se remitió a pruebas muy fehacientes. Cuando se le recordó mi carta respondió que, efectivamente, la había recibido y que la hubiera contestado ya de no haberse propuesto hacer público todo este extraordinario asunto ante los ojos del mundo; que en mayo de este mismo año iría a Londres donde piensa publicar su libro en el que responderá a todos los puntos de mi carta.

Para que Vd. disponga, estimada señorita, de un par de pruebas de las que son testigos personas aún vivas y que quien me informa ha podido comprobar directamente en el mismo lugar de los hechos, tenga a bien escuchar los dos sucesos siguientes.

A Madame Harteville, viuda del envoyé holandés en Estocolmo, algún tiempo después de la muerte de su marido, el orfebre Croon le había reclamado el pago de un servicio de plata encargado por su esposo. La viuda estaba convencida de que su difunto marido había sido demasiado ordenado y escrupuloso como para no haber pagado esa deuda, pero no podía presentar un recibo. En esta aflicción y dado que la cuantía era elevada, llamó a su casa al Sr. Swedenborg. Tras algunas disculpas, le rogó que, si como todos decían, poseía el don extraordinario de hablar con almas separadas, fuera tan amable de requerir de su esposo información sobre la reclamación presentada en torno al servicio de plata. No le resultó difícil a Swedenborg complacerla en este ruego. Tres días después, la dama en cuestión tenía invitados a tomar café a su casa. El Sr. Swedenborg fue y, con aspecto imperturbable, le informó de que había hablado con su marido. La deuda había sido pagada siete meses antes de su muerte y el recibo estaba en un armario del cuarto de arriba. La dama replicó que ese armario había sido vaciado completamente y que no se había encontrado ese recibo entre los papeles. Swedenborg dijo que su esposo le había manifestado que, sacando un cajón del lado izquierdo, aparecería una tabla que debía ser retirada, encontrándose entonces un cajón oculto donde estaba guardada su correspondencia holandesa confidencial y donde se encontraría también el recibo. Ante esta indicación, la dama se dirigió en compañía de toda la concurrencia al cuarto de arriba. Se abre el armario, se procede exactamente de acuerdo con las instrucciones dadas y se encuentra el cajón del que ella no tenía noticia alguna y, dentro de él, los papeles indicados que, efectivamente, para gran sorpresa de todos, se hallaban allí.

El siguiente suceso me parece que es el de mayor fuerza probatoria de todos y deja sin pretexto a toda duda imaginable. Corría el año 1756 cuando el Sr. von Swedenborg, hacia finales del mes de septiembre, un sábado a las 4 de la tarde, desembarcó en Göteborg proveniente de Inglaterra. El Sr. William Castel le invitó a su casa junto con otras quince personas. A las 6 de la tarde, el Sr. Swedenborg, que había salido, regresó a la habitación donde estaban reunidos, pálido y consternado. Declaró que en ese mismo momento se producía un pavoroso incendio en Estocolmo, en

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica»

Mira libros similares a Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica»

Discusión, reseñas del libro Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.