Durante años, un reducido número de catedráticos y profesores de Oxford, así como algunos de sus amigos, se reunían en un pub cada jueves por la tarde para tomar unas cervezas, debatir sobre cuestiones como la mitología, la religión o la literatura, y leerse mutuamente las obras que estaban escribiendo. Aunque, probablemente, los encuentros más importantes tuvieron lugar las noches de los martes en las habitaciones de C. S. Lewis en el Magdalen College. Este grupo, que incluía a intelectuales de la talla de Lewis, J. R. R. Tolkien y Charles Williams, era conocido por el nombre de Los Inklings.
Los Inklings tuvieron una gran influencia tanto en el mundo de la literatura fantástica como en el de la apología cristiana. La presente biografía de Humphrey Carpenter pretende examinar en detalle la naturaleza de aquellas reuniones y su efecto sobre cada uno de sus participantes.
Humphrey Carpenter
Los Inklings. C. S. Lewis, J. R. R. Tolkien, Charles Williams y sus amigos
ePub r1.0
Titivillus 05.07.16
Título original: The Inklings: C. S. Lewis, J. R. R. Tolkien, Charles Williams, and their friends
Humphrey Carpenter, 1978
Traducción: Juan Castilla Plaza
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Dedicado a la memoria del último alcalde W. H. Lewis
(«Warnie»)
PREFACIO
C. S. Lewis falleció en 1963, J. R. R. Tolkien en 1973, Charles Williams en 1945. En los últimos años, las obras de los dos primeros se han hecho inmensamente populares a ambos lados del Atlántico, mientras que Williams, aunque su nombre sea mucho menos conocido, sigue provocando una fascinación muy considerable entre aquellos que han leído sus obras.
Estos tres hombres se conocían entre sí muy bien. Lewis y Tolkien se conocieron en 1926 y pronto entablaron una amistad que duró muchos años. Junto a ellos, se reunía un grupo de amigos, la mayor parte profesores universitarios de Oxford que se hacían llamar a sí mismos los Inklings. Cuando Charles Williams se vio obligado a trasladarse desde Londres a Oxford en 1939, fue aceptado casi de inmediato en este círculo, y mantuvo una estrecha amistad con Lewis y otros hasta el momento de su muerte.
Los Inklings alcanzaron cierta fama durante su vida, e incluso notoriedad, aunque también tenían sus detractores. Por esa razón, años después, cuando se mencionó que El Señor de los Anillos, Las Cartas del Diablo a su Sobrino y La Noche de Todos los Santos (por mencionar tres de sus numerosas obras) tenían aspectos en común, como por ejemplo, que fueron los primeros en ser leídos por los Inklings, se convirtió en casi en una moda el estudiar las obras de Lewis, Tolkien y Williams, ya que se consideraban miembros de un grupo literario claramente definido y con un propósito común. Dicha afirmación puede resistir o no una investigación más seria; mientras tanto, y como nunca se ha intentado escribir una biografía colectiva de los Inklings, este libro intenta cubrir esa laguna.
Este libro se basa, en su mayor parte, en material sin publicar, por lo que me siento muy en deuda con las personas que lo han puesto a mi disposición. En el Apéndice D les expreso mi agradecimiento a todos ellos y a otros muchos. En lo referente a las citas, sus fuentes pueden identificarse en el Apéndice C, y están ordenadas utilizando un método más cómodo que el convencional, que utiliza números para referirse a las notas.
El libro se centra expresamente en C. S. Lewis, ya que, como menciono en el mismo, los Inklings debían su existencia como grupo principalmente a él. También he hecho referencia, muy sucintamente a la vida y obra de Charles Williams. Por el contrario, de la vida y obra de Tolkien al margen de los Inklings, he añadido muy poco ya que ha sido tema de otro de mis libros anteriores.
He intentado mostrar la forma en que las ideas y los intereses de los Inklings contrastaban rotundamente con el espíritu general intelectual y literario que reinaba en los años veinte y treinta, lo que ha conducido a algunas discusiones sobre sus obras, especialmente las de Lewis. Por ese motivo, algunas veces el libro parece más una crítica literaria que una «mera» biografía. No obstante, he evitado deliberadamente hacer cualquier tipo de juicio general sobre los logros de estos escritores, puesto que considero prematuro intentarlo. Sencillamente me he limitado a contar su historia.
H. C.
Oxford, 1978
«Mi amor, es todo tan extraño en esta vida».
Charles Williams en una carta a su esposa.
12 de marzo de 1940.
PRIMERA PARTE
1
Gracias a las personas que hablan mi misma lengua
Desde la ventana del cuarto de los niños de aquella enorme casa se podía ver una linea de suaves y poco pronunciadas montanas. A menudo la vista se veía ensombrecida por una ligera niebla, ya que el aire era normalmente húmedo y, con mucha frecuencia, una sesgada lluvia impedía por completo la visión de aquellas montañas. En aquellos días, lo único que el niño podía ver eran los campos húmedos que descendían hasta Belfast, donde las altas grúas señalaban los astilleros, y cuyo zumbido se podía escuchar incluso desde aquella distancia.
Aun así, en aquellos días húmedos, había mucho que hacer. Más allá de la puerta del cuarto de los niños, en la planta de arriba, había largos corredores, áticos que explorar y muchos juegos que poder jugar entre los depósitos de burbujeante agua, donde el viento soplaba entre las pizarras. Y si el niño se aburría de todo aquello, entonces podría pintar o inventar historias, además de escribir su diario de vacaciones.
«Mi vida durante las Vacaciones de Navidad de 1907», escrito por Jacks o Clive Lewis, autor de «La Construcción del Paseo», «Tierra de Juegos», «Criaturas Vivientes en un Mundo de Ratones», etc. «Mi vida empezó después de mi noveno cumpleaños, cuando mi papá me regaló mi primer libro y mi mamá un álbum de tarjetas postales. Warnie, mi hermano, vendría a casa y yo estaba deseando verlo y de que llegarán las vacaciones de Navidad.»
Al niño lo habían bautizado con el nombre de Clive, pero él siempre se hacía llamar Jacks o Jack. Su hermano Warnie, cuyo nombre verdadero era Warren, era tres años mayor que él y estaba interno en una escuela en Inglaterra. Jack siempre estaba deseando que regresara a casa porque así podían dibujar e inventar historias los dos juntos. A Warnie le gustaban las historias sobre barcos de vapor, trenes y la India, mientras que a Jack le gustaba escribir sobre animales que realizaban heroicas hazañas; no obstante, lograban siempre que todos aquellos personajes participaran en la misma historia. Cuando Warnie regresaba a la escuela, Jack continuaba solo aquellas historias, siempre que no estuviera recibiendo clases de la señorita Harper, su institutriz, o de su madre, quien le enseñaba francés y latín.
«Mamá es como casi todas las mujeres de mediana edad, robusta, con el pelo negro y gafas, siempre tejiendo sus propios trajes, etc. Papá es obviamente el cabeza de familia, un hombre con las características típicas de los Lewis, de mal carácter, muy sensato, y agradable cuando está de buen humor. Yo soy como cualquier otro niño de nueve años y, al igual que papá, tengo mal carácter, los labios gruesos y normalmente llevo puesto un jersey».