ciencia
y
técnica
HOMO ROBOTICUS
Ensayos sobre la creatividad
científica en biología
por
Greco Hernández Ramírez
siglo xxi editores, méxico
CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS, 04310 MÉXICO, DF
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siglo xxi editores, argentina
GUATEMALA 4824, C1425BUP, BUENOS AIRES, ARGENTINA
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anthropos editorial
LEPANT 241-243, 08013 BARCELONA, ESPAÑA
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QH309
H47
2017 Hernández Ramírez, Greco
Homo roboticus : ensayos sobre la creatividad científica en biología / por Greco Hernández Ramírez. — México, D. F.: Siglo XXI Editores, 2017.
144 p. – (Ciencia y técnica)
ISBN-13: 978-607-03-0868-0
1. Ciencias de la vida. 2. Estudio de la naturaleza. 3. Biología. I. t. II. ser.
caricaturas: cut hernández
primera edición, 2017
©siglo xxi editores, s.a. de c.v.
isbn 978-607-03-0868-0
derechos reservados conforme a la ley
Dedico este libro a mi madre, Consue. Gracias por
tus genes y mitocondrias. Ojalá llegáramos juntos a la
singularidad tecnológica.
También se lo dedico a Xóchitl, con quien comparto
amor, una visión del mundo, esa forma de energía
que llamamos espíritu, un inesperado pasado y un
altísimo porcentaje de mi genoma.
“Millones de personas corrientes, psicológicamente
normales, sufrirán una brusca colisión con el futuro.”
—ALVIN TOFFLER, El shock del futuro
PRÓLOGO
JULIETA FIERRO
Tiene en su poder un libro que me gusta, porque hace pensar. Greco Hernández nos obsequia cinco ensayos sobre la evolución humana, actual y futura: no sólo la que está sucediendo de manera natural –la darwiniana–, sino también la que ocurre gracias a los avances tecnológicos, mismos que serán más espectaculares en el futuro cercano. El Dr. Hernández es especialista en síntesis de proteínas y evolución, y además trabaja en un hospital, así que observa día con día la manera en que las nuevas tecnologías están mejorando la calidad de vida de las personas. Este libro lo ha llevado a concluir que en el futuro una parte de los humanos estarán no sólo provistos de prótesis y diversos artilugios tecnológicos, mucho más poderosos que los marcapasos o los aparatos de audición o para la vista, sino que además, empleando técnicas de ingeniería genética como la herramienta de edición genómica CRISPR-Cas, podremos evitar muchas enfermedades congénitas en bebés provenientes de óvulos humanos tratados, mismas que sus descendientes ya no podrán heredarlas.
Así, el autor considera que, en un cambio dramático en el devenir futuro de nuestra especie, ya no seremos Homo sapiens sino que evolucionaremos hacia nuevas especies artificiales de humanos llamadas, por ejemplo Homo roboticus: seres equipados tanto genética como tecnológicamente para enfrentar el mundo con una gama más amplia de habilidades y protecciones contra el medio ambiente. Los humanos futuros vivirán con mayores capacidades mentales, nuevos sentidos, mejor condición física, así como menos dolor innecesario y serán más longevos.
Hay quienes consideran que la manipulación genética en humanos debería estar prohibida, porque desconocemos sus consecuencias a largo plazo. Sin embargo, cuando se trata de aliviar el sufrimiento humano, es difícil oponerse a tratamientos que evitarían la ceguera, la enfermedad de Parkinson, la hemofilia o algunos tipos de cáncer. Greco nos presenta en este volumen recuentos sobre las consideraciones éticas que actualmente se están discutiendo sobre el uso de CRISPR-Cas.
El libro contrasta lo que sería la evolución humana como ha sido hasta ahora, con adaptaciones paulatinas al medio ambiente como lo descubrió Darwin, y cómo lo será con la intervención humana. Hasta ahora las adaptaciones a nuevas circunstancias del medio ambiente tomaron cientos de generaciones. Por ejemplo, las migraciones de personas color negro desde África hacia el norte de Europa, donde para sobrevivir los humanos con piel blanca y ojos claros tuvieron ventajas ya que pudieron absorber la radiación ultravioleta necesaria para fijar la vitamina D y tener huesos fuertes, tomaron 50 000 años. Los humanos que viven en los altos de Perú se adaptaron a cantidades menores de oxígeno en 10 000 años. Ahora, con la tecnología que actualmente se está desarrollando, podríamos elegir los óvulos fecundados más viables y con mayores capacidades mentales de nuestros descendientes, modificar su material genético, no sólo elegir su color de piel o de ojos para que sean más resistentes a la radiación ultravioleta, sino para evitar que tengan enfermedades genéticas. Estas nuevas características las heredarían a sus descendientes. Además, los podremos dotar con prótesis de todo tipo para poder ver colores que hoy no logramos percibir con los ojos, como la radiación infrarroja; asimismo, tener chips que no sólo aumenten nuestra memoria, tengan la capacidad de controlar objetos a distancia, sino que también nos ayuden a organizar nuestras vidas, desde eventos sociales hasta la administración y cuidado del hogar, pasando por el manejo óptimo del tiempo y las decisiones en una junta.
A lo largo de la evolución darwiniana del ser humano, se eliminaba a los individuos que no se adaptaban al medio ambiente; durante siglos, los sobrevivientes se iban adaptando al entorno. Con el cambio climático actual, nuestra lenta adaptación correrá la misma suerte que la de aquellas especies que ya están padeciendo destrucciones masivas, como los corales o los osos polares. Si intervenimos tanto genéticamente como por medio de dispositivos tecnológicos diversos, nuestro organismo y sobre todo el de nuestros descendientes podría sobrevivir a las devastadoras consecuencias del aumento de temperatura en la Tierra. Soportaríamos mejor el calor y la deshidratación, así como los cambios de alimentación.
Por supuesto que estas técnicas, tanto genéticas como el implante de dispositivos inteligentes, aumentará la brecha entre ricos y pobres. Por lo tanto, es importante continuar con la educación de calidad para todos a fin de disminuir la brecha de desigualdad social. El autor nos detalla cómo las discusiones sobre la manipulación genética se deberían llevar a cabo en todas las regiones del mundo, para incluir los puntos de vista y necesidades de las distintas culturas. Debemos aprender a respetar las perspectivas que las diversas culturas podrían tener sobre este tema.
Durante del primer ensayo del Dr. Hernández, nos enteramos de cómo se están desarrollando métodos para sustituir neuronas en nuestro cerebro, incluso con neuronas de origen sintético. Además, se describen los avances actuales para crear computadoras pensantes. Aprendemos palabras nuevas como conectoma, que nos remite a cómo se producen las conexiones de neuronas de cerebros individuales o entre humanos y máquinas que dotarán a nuestra especie de una inteligencia muy superior a la que hasta ahora ha tenido. Greco inventa un nuevo tipo de reino –así como el vegetal y el animal–, que él llama reino Cosmica, por el momento vacío, desdibujado, esperando ser llenado con algún tipo de vida que se descubra en algún lugar del cosmos y que podría ser completamente diferente de la vida en la Tierra.
En uno de los ensayos, el autor toca el complicado tema de definir la vida. Nos hace notar que no existe una buena definición para un proceso que tiene que ver con estructuras complejas basadas en el carbono, el consumo de energía, el metabolismo, la reproducción y la muerte. Avanza varias definiciones, como aquella de la NASA que desea incluir otras formas de vida como las que pudieran existir en otros posibles mundos de nuestro vasto universo. En este mismo capítulo, detalla los esfuerzos que ha realizado la humanidad para la búsqueda de vida extraterrestre, en particular la detección de mundos con agua líquida y cantidades importantes de carbono que es la base de la vida en la Tierra. Además, nos detalla eventos científicos muy interesantes como el descubrimiento de virus gigantes (los mimivirus) o la investigación sorprendente que llevó a cabo el estadunidense Craig Venter, cuando extrajo material genético de la bacteria
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