Richard G. Lowe Jr. - ¡Ayuda, mi trabajo apesta!

¡Ayuda, mi trabajo apesta!

Richard G Lowe Jr

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Traducido por Marina Alonso Fernández

“¡Ayuda, mi trabajo apesta!”

Escrito por Richard G Lowe Jr

Copyright © 2017 Richard G Lowe Jr

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Traducido por Marina Alonso Fernández

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Índice

Introducción

El ambiente de trabajo apesta

Un miembro de mi equipo apesta

Mi jefe está chalado

No puedes ascender

Estás siendo acosado

Se están aprovechando de ti

Eres incompetente

Haberse preparado para nada

Conclusión

Sobre el autor

Un libro de Richard G Lowe Jr.

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Introducción

“ Un buen trabajo es algo más que un sueldo. Un buen trabajo fomenta la independencia y la disciplina contribuyendo a la salud de la comunidad. Un buen trabajo es un medio para velar por la salud y el bienestar de su familia, ser dueño de una casa y ahorrar para la jubilación ”. – James H. Douglas, Jr.

¿Existe el trabajo perfecto? Estoy seguro de que cada persona tiene su propia definición sobre la perfección en cuanto al lugar de trabajo. Algunas personas prefieren trabajar al aire libre, otros prefieren disfrutar de la comodidad del aire acondicionado de una oficina en un rascacielos y otros disfrutan trabajando alejados en una autocaravana.

Independientemente, a veces las condiciones conspiran para hacer de nuestro camino al trabajo una especie de viaje a través del infierno de Dante. A veces, se escapan a nuestro control, como los jefes malévolos o los compañeros incompetentes.

Hace unos años, la compañía para la que trabajaba estaba situada en un edificio de dos plantas y mi despacho estaba arriba. El techo tenía goteras, las alfombras estaban sucias, las paredes tenían las vigas al descubierto y el mobiliario estaba compuesto por objetos de segunda mano provenientes de diferentes oficinas.

Sin embargo, era un gran lugar de trabajo porque el equipo estaba formado por un brillante grupo de ingenieros y técnicos con los que era una delicia trabajar. Los proyectos eran complejos pero factibles, el salario daba para pagar las facturas y la filosofía de la compañía reivindicaba que cada empleado era una pieza importante del equipo.

Por otro lado, he trabajado en compañías con entornos absolutamente perfectos pero difíciles por culpa de jefes chalados. En una ocasión el psiquiatra diagnosticó a mi supervisor como demente, lo que hacía que el trabajo fuese incómodo ya que sus reacciones y estados de ánimo eran completamente impredecibles. No hace falta añadir que aquel trabajo se convertía en un verdadero desafío en ocasiones.

La característica esencial que crea un ambiente de trabajo agradable es la creencia de que la compañía se preocupa, el jefe escucha y existe posibilidad de avanzar y, quizás, ascender. Si alguien se aprovecha de esto provoca, en ocasiones, que el trabajo perfecto se vuelva deprimente y tedioso. Como a la mayoría, estoy seguro, los jefes me han hecho promesas en el pasado para ganar más dinero a cambio de más horas de trabajo y, en el momento de la verdad, me lo han negado.

El ambiente de trabajo ideal está libre de cualquier tipo de acoso. Debes esperar que te traten como a un ser humano pero tu jefe también está en su derecho de exigir trabajo de calidad a cambio del salario. Cualquier cosa que cree un ambiente hostil de trabajo se considera acoso, pero has de tener siempre en mente que no el jefe tiene no el derecho sino el deber de insistir en que los empleados trabajen dando el máximo.

De hecho, una de las características principales para lograr un buen trabajo es que tu jefe y patrón te apoyen de tal modo que puedas aportar un trabajo con la mayor calidad posible. En mi caso, los peores trabajos donde he trabajado tenían unas condiciones donde era imposible realizar un servicio de calidad de forma competente.

A veces, uno o varios miembros del equipo pueden, de forma intencionada o no, hacer que el entorno de trabajo sea un tormento para el resto. Por ejemplo, un empleado sarcástico que hace comentarios groseros y hostiles puede minar la confianza y habilidades de una persona.

Otras veces ocurre que sabemos que no existe la posibilidad de ascender, y el ir a trabajar cada día se hace pesado. No existe mayor incentivo que la necesidad de esforzarse, tener una preparación y proporcionar una calidad y rendimiento mejores de lo esperado. El objetivo de obtener un salario a cambio de nuestro trabajo no suele ser suficiente; muchos de nosotros necesitamos algún incentivo adicional: más dinero a cambio de más responsabilidad para obligarnos a esforzarnos más.

Otra de las cosas que hacen de un trabajo algo despreciable es nuestra propia incompetencia ante una tarea determinada. La palabra incompetente aquí no pretende ser un insulto, simplemente significa que una persona no logra entender cómo ha de realizar un determinado trabajo o tarea, lo cual puede ser difícil de arreglar hasta que se admite y se entiende. Y, a partir de ahí, es increible lo sencillo que se vuelve. Este es problema que se puede solventar de forma relativamente fácil con ayuda, quizás, de una mayor perparación o incluso la asignación de un mentor que nos supervise.

La mejor estrategia a largo plazo es siempre la de tener un fondo financiero que nos permita subsistir en caso de necesitar dejar nuestro trabajo. En todo caso recomiendo tener el salario relativo a seis meses o una liquidación similar en el banco que nos permita sobrevivir lo suficiente hasta que encontremos un nuevo trabajo.

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He escrito este libro para ayudar con una serie de sencillos consejos en caso de que ya no sientas motivación por tu trabajo o se esté convirtiendo en algo total y absolutamente nocivo para tu salud. A lo largo de mis treinta años de carrera profesional he ocupado puestos muy gratificantes y otros que me ponían enfermo, deprimían y desmotivaban por completo. Desafortunadamente, el saber reconocer una situación perjudicial es una cosa y el tener los medios económicos y recursos es otra.

Espero que disfrutes de lo que he escrito y te sea útil. Si deseas enviarme algún comentario sobre el libro, no dudes en escribirme a .