ARGENTINA
VREditoras
VREditoras
VR.Editoras
MÉXICO
VREditorasMexico
VREditoras
VREditorasMexico
INTRODUCCIÓN
¿Cómo definirías el mundo en el que vivimos?
Para algunos se puede sintetizar en un acrónimo que se utiliza mucho en estos tiempos, VICA. Estamos en un planeta Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo y le podríamos agregar Remoto: VICAR.
Hoy son cada vez más las personas que trabajan desde sus casas, formando parte de equipos distribuidos por el mundo, con distintos husos horarios, idiomas y culturas. Que se conectan todos los días a través de la tecnología que, ya es una frase hecha, “cada vez nos acerca más”. Ya formamos parte de una aldea global.
Trabajar en forma remota puede ser también una experiencia volátil, incierta, compleja y ambigua, como el mundo, donde cada mañana debemos lidiar con desafíos, imprevistos y sorpresas. Y también nos regala muchas posibilidades, como administrar nuestros tiempos, compartir momentos en familia, tener libertades para organizar espacios y rutinas. Cada uno lo hace a su modo, descubriendo la mejor manera. No hay una receta mágica sobre cómo trabajar de la manera correcta.
Este libro te propone ir conociendo diferentes facetas y costados del universo remoto a través de testimonios y aprendizajes. Desde cómo elegir un espacio donde desarrollar nuestras tareas hasta cómo organizar nuestros tiempos para que las horas no pasen volando y sintamos que no hemos avanzado en nada. Veremos cómo organizar reuniones virtuales y lograr que sean más efectivas, qué tipo de liderazgo nace a partir de la formación de equipos remotos y cómo las organizaciones desarrollan mejoras e innovan para no quedarse rezagadas en un mundo que avanza, a veces, demasiado rápido. Compartiremos testimonios en primera persona de aquellos que enchufan su computadora en algún rincón de sus casas, y aprenden cada día a realizar mejor sus proyectos.
Para muchos, este mundo requiere de nuevas soluciones y respuestas que nazcan de la colaboración e interacción entre las personas, cada una aportando desde sus conocimientos y experiencias. Ya no basta con un grupo selecto de expertos. La virtualidad nos da la posibilidad de esa conexión e intercambio de ideas, preguntas y respuestas entre todos, y a la vez nos muestra lo necesario que es mantener vínculos reales, de carne y hueso. Buscar un equilibrio. Hoy ya no nos sentimos tan apartados del resto, hoy compartimos los mismos desafíos a nivel mundial, ya sean reales o virtuales. Y cada vez más vamos a necesitar sentirnos parte de un todo para lograr soluciones más justas y sustentables. Bienvenidos a colaborar cada uno desde su lugar.
¿De qué se trata trabajar remoto?
Trabajar desde nuestras casas o en forma remota no es gran novedad, los primeros artesanos, carpinteros y artistas creaban sus talleres y tenían sus herramientas en el mismo lugar donde vivían.
Con el nacimiento de la era industrial, los procesos de manufactura de bienes se estandarizaron en busca de formas más eficientes y rápidas de producción en serie, y necesitaron de personas que estuvieran en un mismo espacio realizando tareas específicas y repetidas en una cadena de montaje. Así nació la necesidad de centralizar el espacio de trabajo y generar procesos claros y reiterativos, donde cada persona sabía qué debía hacer en cada momento. De alguna manera, ese modelo continuó desarrollándose de formas más complejas y sutiles hasta nuestros días, pero con el mismo espíritu: tener un equipo de trabajo en una oficina donde cada uno realiza una tarea bajo las órdenes y lineamientos de una autoridad (jefes, gerentes, dueños, fundadores) que determinan objetivos, plazos, requerimientos.
Con la llegada de la era digital, las computadoras y la conectividad a través de Internet, se dio la posibilidad de que algunos trabajadores, que no participaban en una cadena de montaje sino en la industria del conocimiento, con datos y servicios que tenían más de virtuales que de tangibles, pudieran empezar a trabajar desde cualquier lugar, ya que no era necesaria su presencia física en una oficina o dentro de una cadena de producción seriada. Su aporte y valor podía ser entregado y generado de forma virtual o a través de documentos que, eventualmente, podían materializarse en un prototipo o producto tangible, posible de tocar y ver, pero nacido en la interacción de bits entre distintas personas.
El nuevo paradigma digital
Hoy , ese gran llamado a trabajar desde casa, nos convoca a muchos cuando antes estaba reservado a los “techies” y trabajadores independientes o freelancers, personas que se jactaban de poder trabajar en pantuflas, sin preocuparse por tantas ceremonias y etiquetas del mundo de las “oficinas”.
Y entonces, la gran incógnita es ¿cómo llevar ese mundo que teníamos en la oficina a nuestros hogares? , ¿hay un mundial del trabajo donde en la final siempre se enfrentan PRESENCIAL vs. REMOTO?, ¿cuántas copas ganó cada uno?, ¿es mejor uno que otro o se complementan?, ¿podemos sacar valor de ambos?
Los números en el mundo dicen que cada vez más personas van a trabajar desde sus casas, por una parte, a causa de la automatización de procesos, en donde en forma creciente el desarrollo de la Inteligencia Artificial (I.A) y los robots reemplazan a los seres humanos. Y, por otra parte, debido a que los grandes cambios que promueven las tecnologías requerirán nuevas habilidades y capacidades.
En el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de su Comisión Mundial sobre el futuro del trabajo, se postula la necesidad de generar un programa centrado en las personas , y pone especial énfasis en “aumentar la inversión en las capacidades” , ya que para que podamos prosperar en esta era de enormes transformaciones digitales, que cada vez serán más impactantes y constantes, es necesario “el derecho a un aprendizaje a lo largo de la vida que permita adquirir competencias, perfeccionarlas y reciclarse profesionalmente”.