1974: Mikel Lejarza es captado por el servicio secreto para infiltrarse en ETA con el alias de El Lobo.
2019: Con otro nombre, Mikel Lejarza sigue trabajando para el CNI.
Esta es su vida. Esta es la historia.
Mikel Lejarza ha guardado silencio sobre su vida hasta este momento. Ahora ha decidido desvelar en primera persona en el libro Yo confieso todo lo que ha hecho y todo por lo que ha pasado. Ha escrito, con la ayuda del periodista Fernando Rueda, unas memorias duras, sinceras, en las que por primera vez cuenta todo lo que ha sido su vida, sin olvidarse de los momentos amargos, de su éxitos e, incluso, de aquellas actuaciones de las que no está especialmente satisfecho.
Yo confieso es un libro humano en el que Mikel ha querido que Mamen, su mujer, confidente y compañera en algunas de sus misiones, aporte su visión personal sobre los hechos, recordando los momentos vividos en una relación complicada, como no podía ser otra que la vivida por una mujer que ha compartido 40 años con el agente más antiguo que tienen los servicios secretos españoles.
Mikel Lejarza - Fernando Rueda
Yo confieso
45 años de espía
Título original: Yo confieso
Mikel Lejarza - Fernando Rueda, 2019
Revisión: 1.0
05/03/2019
En memoria de todas las víctimas del terrorismo
Autor
MIKEL LEJARZA nació en Villaro (Vizcaya). En 1974 fue captado por el servicio secreto para infiltrarse en ETA con el alias mítico de El Lobo y consiguió asestar a la organización el mayor golpe de su historia. Después estuvo quince años jugándose la vida en misiones de alto riesgo contra el terrorismo dentro y fuera de España. En los últimos veinticinco años, ha entrado en el espionaje en otros mundos: los medios de comunicación, el mundo empresarial, el independentismo, el narcotráfico o el mundo económico.
FERNANDO RUEDA es el máximo especialista español en asuntos de espionaje. Ha trabajado como periodista en prensa, diarios digitales, radio y televisión, dedicándose desde sus inicios al periodismo de investigación. Sus libros de no ficción sobre espionaje rompieron los tabúes de la censura: La Casa, La Casa II, Espías, KA: licencia para matar, Operaciones secretas y Las alcantarillas del poder.
Notas
[1] El oficial de caso es el responsable dentro del servicio que lleva personalmente los asuntos de un agente, y el intermediario entre él y el servicio secreto. El Lobo ha tenido muchos oficiales de caso; los que siguen en activo no están citados con nombre y apellidos.
[2] El agente negro es aquel que trabaja para un servicio de inteligencia pero no aparece en la nómina oficial. Cobra en negro y realiza las misiones más complicadas y conflictivas. Si es descubierto, oficialmente se negará cualquier vínculo con él.
[3] Eustaquio Mendizábal.
[4] Pillado, descubierto.
[5] En aquel momento desconocía sus auténticos nombres: Ángel Merino y Emiliano Sánchez Mateo.
[6] José Miguel Beñarán.
[7] Txakurra significa «perro» en euskera, y es el término con el que se designa a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el entorno abertzale radical.
[8] Pedro Ignacio Pérez Beotegui.
[9] Ignacio Villanueva.
[10] Barrio de Deva, a poco más de 20 kilómetros por la autopista.
[11] Euskal Iraultzarako Alderdia (Partido para la Revolución Vasca).
[12] Eduardo Moreno Bergaretxe.
[13] Eran rutas a pie, por caminos y campo a través, que utilizaban los miembros de ETA para cruzar ilegalmente y en ambos sentidos la frontera entre España y Francia.
[14] El 13 de septiembre de 1974 estalló una bomba en el interior de la cafetería Rolando, en el número 4 de la calle del Correo de Madrid, junto a la Puerta del Sol, causando trece muertos y unos setenta heridos. ETA reivindicó en un boletín interno este atentado en noviembre de 2018, 44 años después.
[15] Faustino Estanislao Villanueva.
[16] José Manuel Pagoaga.
[17] Isidro Garalde.
[18] Tomás Pérez Revilla.
[19] Francisco Múgica Garmendia.
[20] Miguel Ángel Apalategui Ayerbe.
[21] José Ignacio Múgica Arregui.
[22] José Ramón Martínez Antía.
[23] Santiago Arrospide.
[24] José Javier Zabaleta.
[25] Javier Garayalde.
[26] José Echeverría Sagastume.
[27] Félix Eguía Inchaurraga.
[28] José María Lara Fernández.
[29] Localizar, ubicar.
[30] Juan Cruz Unzurrunzaga Goikoetxea.
[31] Francisco Javier Ruiz de Apodaca Landa.
[32] Domingo Iturbe Abasolo.
[33] Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario, fundado por Antonio Cubillo en 1964 en Argelia.
[34] Agrupación Operativa de Misiones Especiales.
[35] Miguel Antonio Goikoetxea Elorriaga.
[36] Grupo Operativo de Servicios Secretos de Información.
[37] José Antonio Urruticoetxea Bengoetxea.
[38] Juan Cruz Unzurrunzaga, uno de los miembros de ETA detenidos por la infiltración de El Lobo, escribió en 1979 el libro Infiltración, editado por Hordago. Lanza todo tipo de improperios contra El Lobo y le recuerda la amenaza: «Estés donde estés, miles y miles de ojos te están buscando, Miguel Lejarza Eguía, y te perseguirán hasta encontrarte. Y los ojos del pueblo no se cierran nunca».
[39] Idoia López Riaño.
[40] Juan Jesús Narváez Goñi.
[41] Intervención Central Armas y Explosivos.
PRÓLOGO
Secretos y sentimientos de Mikel, maestro de espías… Y la mirada de Mamen
L a historia que vas a leer es la más apasionante en la que he colaborado durante mi larga carrera como periodista. No solo por los impactantes secretos que desvela, sino porque arroja luz sobre la apasionante vida pública y privada de un hombre al que a los veinte años nunca se le había pasado por la cabeza ser espía y acabó estando presente en muchos de los principales acontecimientos de los últimos 45 años de la historia de España.
La génesis de este libro se produce en un lugar de España alejado de Madrid; corría el año 2017 cuando me reuní con Mikel Lejarza para comentarle el guion de mi siguiente novela, la tercera con él como protagonista de ficción. En mitad de la trama, interrumpió mi explicación: «Fernando, creo que es el momento apropiado para escribir mis memorias». En los últimos años habíamos hablado varias veces de ello, incluso habíamos dado unos primeros pasos para tantear la oportunidad y las condiciones de la publicación, pero él se volvió atrás con un argumento incontestable: «Todavía no ha llegado el momento».
Así que, tras superar mi sorpresa inicial al saber que ya estaba dispuesto y convencido, lo animé a que se pusiera a escribir para relatar en primera persona sus vivencias. Le recomendé que lo hiciera a su estilo, y que valorara que si no hacía un cóctel en el que incluyera tanto los extraordinarios episodios de toda su vida de espía como los sentimientos que había albergado al afrontar cada uno de ellos, y lo mezclaba con sinceridad y verdad, nada tendría sentido.