JAIME BAYLY
La Noche Es Virgen
Alfaguara
Sinopsis
Gabriel Barrios vive en Lima la horrible y se escapa de vez en cuando a Miami, aunque sepa que tampoco allí se puede vivir, y que cada vez que viaja a quella ciudad, después de una orgía de shopping y de comprar calzoncillos Calvin Klein que no encuentra en su país, siempre quiere volver, porque Gabriel es un amoral hijo maldito de la burguesía acomodada, el chico famoso de la tele, el único que en una de sus imprevisibles entrevistas se atrevió a llamar loco a un presidente de la república. Y tamnbién es bastante gay aunque no le sean indiferentes las chicas guapas, algo no muy fácil de llevar en la machista sociedad limeña. Pero hasta en Lima,cuando se es joven las noches son muy largas y muy excitantes, y están llenas del dulce humo de la marihuana y del gragor de ala cocaína y el rock... y es una noche de jueves, en el cielo, que Garbriel conoce a Mariano, el lider de un grupo musical aún miuy poco conocido , que canta vestido con unos ajustados pantalones de cuerpo negro y se parece al bono joven de la prehistoria de U2... y a Gabriel se le ocurre que quizá no sea imposible ser gay, feliz y vivir en Lima...
Autor: Jaime Bayly
Editorial: Alfaguara
ISBN: 9788433910691
Generado con: QualityEbook v0.72
LA NOCHE ES VIRGEN
JAIME BAYLY
Portada:
Julio Vivas
Ilustración de Jordi Sábat
Primera edición: diciembre 1997
Segunda edición: diciembre 1997
Tercera edición: enero 1998
© Jaime Bayly, 1997
© EDITORIAL ANAGRAMA, S.A., 1997
Pedro de la Creu, 58
08034 Barcelona
ISBN: 84-339-1069-8
Depósito Legal: B. 1296-1998
Printed in Spain
Liberduplex, S.L., Constitució, 19, 08014 Barcelona
El día 3 de noviembre de 1997, un jurado compuesto por Salvador Clotas, Juan Cueto, Luis Goytisolo, Miguel Sánchez-Ostiz, Esther Tusquets y el editor Jorge Herralde, otorgó el XV Premio Herralde de Novela, por unanimidad, a La noche es virgen de Jaime Bayly.
a mí mismo, aunque no lo merezco
a veces tienes que ser una puta para que las cosas se hagan como tú quieres.
madonna, the rolling stones files
dos personas besándose siempre parecen pescados.
andy warhol, mi filosofía de la A a la B y de la B a la A
I
a mariano lo vi por primera vez en el cielo, era un jueves en la noche, yo estaba con jimmy. me encantaba salir con él. era tan guapo, tan dulce, solíamos fumar harta marihuana juntos, fumábamos dando vueltas en su carro por miraflores y san isidro, jimmy tenía un VW blanco con un pique maldito, siempre ponía música excelente: sting, peter gabriel, winwood, paúl simón. era riquísimo escuchar esa música a todo volumen, mirar el perfil risueño de jimmy, ver pasar las calles de lima, volábamos, nos escapábamos un rato de la mierda de lima.
esa noche, para variar, habíamos fumado, yo me ponía muy tímido cuando fumaba, más tímido de lo que normalmente soy. apenas me atrevía a hablar, cuando estaba estón, sólo me gustaba mirar, escuchar, prefería no hablar, me quedaba mudo, evitaba las palabras. hablaba y al toque sentía que había dicho una estupidez.
me sentía muy tímido después de fumar marihuana. era inevitable.
el cielo no estaba muy lleno cuando llegamos jimmy y yo. en la puerta había un chiquillo medio extraterrestre que siempre me saludaba con el debido respeto, me daba la mano (y le sudaba la mano), me felicitaba efusivamente, me hacía alguna broma pendeja. no era espeso el chiquillo, era buena gente, nunca me cobraba (tenía criterio), esa noche tampoco me cobró.
lo primero que veo en el cielo es una densa nube de humo, todo el mundo está fumando a morir, no hay mucha gente, pero el sitio está cargado de humo, aborrezco el humo, me irrita los ojos, la garganta, me deja el pelo apestando horrible, pienso: no saben todos estos huevones que se están llenando de cáncer los pulmones o qué. no importa, no te amargues la vida, chino, estamos en el perú, cógelo suave, y ríete con jimmy. jimmy sabe vivir en el perú, no se complica por cojudeces. vive el día, el momento, no se amarga la vida pensando que hay que irse, yo sí. todo el día pienso que esto es una mierda, que me voy a ir pronto de aquí.
entramos al cielo, yo voy con la cabeza agachada, como escondiéndome, no quiero que me reconozcan, que me pasen la voz. aunque sólo sea por hoy, les ruego que no me jodan: yo no soy el payaso que sale en televisión. yo soy medio gay y bien fumón y no tan disforzado como me ven en la pequeña pantalla: si no lo saben, la tele está hecha para los grandes mentirosos (como yo).
jimmy no me dice nada, pero sabe perfectamente que quiero ir por la sombra, él también camina medio agachado, y no para evitar que alguien lo reconozca sino porque él es así, tímido, y además altazo. yo soy alto, pero jimmy es más alto que yo. jimmy es realmente alto, si quisiera darle un beso -nunca he pensado seriamente darle un beso, pero ahora que lo pienso, qué rico sería-, tendría que empinarme un poquito.
nos apoyamos en la barra, más bien timidones, de espaldas a la gente, hay unos chicos desaliñados tocando en vivo, no suenan tan mal: digamos que no agreden los oídos, a veces suben a cantar unos impresentables que, la verdad, no sé qué se alucinan: en esos casos uno recuerda con nostalgia al incomprendido rochabús. pero los de esta noche suenan bastante mejor, se dejan escuchar, tengo una cierta urgencia por voltear a verle la cara al chico que está cantando, pero no, todavía no. no quiero cruzar miradas con nadie, no quiero que algún cretino me pase la voz y me pregunte oye, compadre, cuenta pues cómo fue que le dijiste loco al huevón de alan, que te lo cuente alan, amiguito.
en la barra está el tipo de siempre, un gordo con una cara brava de coquero. no es por ser canalla, pero qué feo eres, tío. deberías hacer una máscara con tu cara y venderla en halloween. créeme: te llenarías de plata, pero es buena gente el gordito. siempre anda con su camisa medio abierta y su lapicerito de oro (que no pinta) en el bolsillo, de quién te habrás robado ese lapicero, cara de chancho, el gordito me ve. me saluda. me hace así nomás con los ojos, ya sabe que me joden los abrazos, ahora se acerca, es bajito, jorobado y bien panzón. se va a morir pronto, seguro, no es tan viejo, pero ese tipo no dura, bien difícil que alguien extrañe a ese coquero de campeonato.
jimmy pide una cerveza, yo, cocacola, puta, gabrielillo, no seas cabro, pídete una chela, me dice jimmy. no, jimmy, yo paso, cocacolita nomás. por qué, choche, no seas cabrini. no me gustan las chelas, jimmy. puta, quién te entiende, gabrielillo. cocacolita más sabroso, jimmy. tú sabrás, gabrielillo, tú sabrás.
yo sólo sé que tú me gustas, jimmy. pero eso no te lo digo, porque no quiero joderlo todo, hay cosas bien de adentro que por ahora prefiero no decirte, en cuanto a la cerveza, una muy peruana institución, yo paso, que chupen los borrachos, yo, loco cocacola, ya sé que los malpensados piensan éste no chupa porque es rosquete y cuando chupa se le chorrea el helado, pero no es por eso, corazón, no chupo porque se me cruza con la marihuana y me manda al carajo, lo que me gusta es estar estón, bien estón, no borracho.
el gordito nos sirve los tragos, sirve, bonito, cariño, qué te pasa, estás estreñido o qué. cuánto es, mister, le pregunto, cinco lucas, me dice, yo sé que le jode que le digan mister. por eso le digo mister. le jode que le digan mister porque es blancón y en su puta vida se imaginó que iba a terminar de cajero en un pub de miraflores donde van los chiquillos fumones a dárselas de rockeros. él sabe que es un perdedor, que sus patas del colegio le han dado vuelta y media, vuelta olímpica, y por eso le hincha las pelotas que venga un flaquito blanquiñoso y recontraestón a decirle