• Quejarse

Daniele Tommasini - El seductor de sueños

Aquí puedes leer online Daniele Tommasini - El seductor de sueños texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2015, Género: Niños. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Daniele Tommasini El seductor de sueños

El seductor de sueños: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El seductor de sueños" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Daniele Tommasini: otros libros del autor


¿Quién escribió El seductor de sueños? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

El seductor de sueños — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El seductor de sueños " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

El seductor de sueños

Daniele Tommasini

Novela corta ganadora del

Premio Ciudad de Algeciras 1999

© Daniele Tommasini, 1996, para la primera parte, Sombras y sueños

© Daniele Tommasini, 1998, para la obra completa

La novela fue publicada por primera vez en la Colección Foro Andaluz

en marzo 2000

© Daniele Tommasini, abril 2015, para esta segunda edición

Todos los derechos reservados

ASIN: B00WUPOA9K

Ilustración y diseño de portada: Jesús Marco Nácher

A quien ha leído el devenir

A quien ha hablado de sueños

A quien ha seducido y amado

INTRODUCCIÓN

¿Qué origen tiene el Amor de pareja? ¿Cuál es su destino?

Cada uno responde con su vida; cada época con sus mitos.

He aquí la historia de un seductor de fin de milenio. Su generación ha vivido los triunfos de la tecnociencia y del individualismo, el control de la natalidad y la liberalización del placer, y ha conocido el fin de las certezas.

Sin necesitar ya rebelarse contra las leyes y la moral de su tiempo, este seductor postmoderno tiene un sueño secreto...

Medialuna. Una ventana abierta. Un hombre y una mujer, unidos en el sueño...

En el instante que ve desaparecer las imágenes del sueño, en el momento mismo que precede la percepción del mundo, los ojos y los oídos se vacían para abrirse al cuento del día. Una historia nace, y se desarrolla con una continuidad interrumpida por una serie de agujeros. Así, antes y después de cada escena par, las escenas impares se esconden en la sombra y en el silencio.

SOMBRAS Y SUEÑOS

II

Una plaza agolpada de la antigua Sevilla, esta tarde. Un camarero navega veloz entre un archipiélago de mesitas y en una de ellas desembarca dos vasos. Enseguida la copa de vino reanima los labios de una mujer vestida de rojo.

—Esta mañana me ha despertado con una caricia. Ya estaba vestido. Me ha dicho algo extraño: que nuestra noche valía toda una vida, que era irrepetible, y... no sé... en ese momento no he entendido nada, luego él se ha despedido sin besarme, me ha dicho que cerrara la puerta cuando me fuera, y se ha ido. ¡Y yo me he quedado sola en su casa!

A su lado, un hombre con camisa blanca empuña su caña y mira los trajes negros de una tuna que se acerca tocando un bolero.

Reloj, detén tu camino,

porque mi vida se apaga:

ella es la estrella que alumbra mi ser,

yo sin su amor no soy nada...

La mujer dirige una media sonrisa al coro, que responde con una media reverencia y se aleja cantando.

...haz esta noche perpetua

para que nunca se vaya de mí

para que nunca amanezca.

—He comprendido que se iba en cuanto he oído cerrarse la puerta del vestíbulo. Entonces me he levantado, me he vestido deprisa y he salido corriendo, lo he buscado por las escaleras y por la calle, pero de él no había ni sombra. He vuelto a su casa, para quedarme en el descansillo hasta su regreso. He esperado una hora allá fuera, luego me he ido.

El hombre traga su cerveza hasta la última gota.

—Es extraño, desaparecer de esa manera... No hacía mucho que lo conocías, ¿verdad?

—¿Te acuerdas de la semana pasada, cuando te olvidaste tu cazadora en la librería? Poco después, oí entrar a una persona. Pensé que eras tú, y te alcancé la chaqueta... Pero no eras tú.

—¡Ah, ya! Es que yo tardé algunas horas en darme cuenta de que me la había olvidado...

—Su mirada me turbaba, y me disculpé explicándole que lo había confundido con otro. Él dijo que era un error imperdonable, y mientras yo iba a justificarme se echó a reír y agregó: «¿Tengo que ponérmela?» Entonces me di cuenta de que seguía ofreciéndole la chaqueta, y la posé sobre el mostrador. Le pregunté qué deseaba, y él dijo: «Mi segundo deseo es que tus labios me llamen Juan, y presenten tu nombre a los míos.» Le contenté, y él repitió lentamente «Ana», y parecía que su boca estuviera besando las letras en el aire. Entonces no resistí la tentación de preguntarle cuál era su primer deseo, y él contestó: «Es la razón por la que vine, cuando aún no te conocía y podía derrochar un deseo.» Quería un libro sobre el Caos, que había pedido hacía un mes a otra empleada. Mientras salía, le hice notar que le quedaba un tercer deseo, los deseos siempre son tres, y él dijo: «Volver a verte.» Y se fue, sin darme tiempo para avisarle de que ése era mi último día en la librería. Pensé que no lo volvería a ver.

Ana recorre con un dedo el borde de su copa de vino.

—Sin embargo, lo volví a ver anoche, por casualidad. Era mi primer miércoles en el bar, había un concurso de salsa, él participaba con una tal Aminta: bailaban como dioses. Ganaron un viaje a Cuba, y barra libre para la noche. Se acercaron para pedir la bebida, y otra vez su mirada me traspasó toda, me entró por los ojos bajando hasta los dedos de los pies. Su voz me vibró en los oídos: «¡Ana, entonces era verdad lo del tercer deseo!» Mientras yo preparaba sus cubatas, su pareja de baile lo abrazaba y reía con él. Les estaba sirviendo los vasos, cuando un hombre se acercó presentándose a Juan como el marido de Aminta, y le comentó a ella: «¡No sabía que bailabas así! ¿Quién lo hubiera dicho?» Ella respondió: «Mérito de Juan, bailar con él es fácil. Además, le debo todo a su curso. Sabes, el profesor era él.» Y el marido: «Ahora habéis ganado dos semanas en Cuba...» Entonces Juan dijo: «Para mí, dos semanas es demasiado. Os regalo mi billete, así podéis ir los dos juntos.» Después se quedó charlando conmigo y bailando con las mujeres que se turnaban en robármelo. Al cierre, me preguntó si quería dar un paseo... Ya sabes cómo terminó.

El hombre vuelve a acercar a sus labios el vaso vacío.

—¿Y ahora?

—Me contentaría con volver a verlo una vez, es mi único deseo. No sé... ¿Qué puedo hacer? No puedo buscarlo en su casa, ¿verdad?

—¿Sabes dónde trabaja?

—No sé... Cambia de trabajo a menudo: dice que así se divierte más.

—Me extraña: ¡si yo encontrara un trabajo, no lo soltaría!

—Él no se preocupa, está seguro de sí mismo.

—Se lo podrá permitir.

La mujer se fija en su copa, ya medio vacía.

—¡Si al menos pudiera verlo una vez más!

—¡Pero Ana, no puedes quedarte esperando! Tú mereces otra cosa... ¡tú te mereces alguien que te quiera cada día más!

Mientras el hombre habla, sus manos se mueven en el aire, y sus sombras acarician los senos de Ana. Ella echa su silla hacia atrás y se levanta.

—Mejor que nos vayamos. ¿Me acompañas a casa, Octavio?

—Vamos.

Se encaminan en silencio por la plaza, Ana mirando a su alrededor, Octavio siguiéndola.

—¿Qué buscas?

—No sé... me da la sensación... de que él está aquí, en esta plaza.

—¿Quién?... ¿Él? ¿Y por qué estaría justamente aquí, ahora?

—No sé, es una sensación... Sin embargo... ¡tiene que estar aquí!

—¿Por qué, tiene que?... ¿Te lo dijo él?

—No, no. Es que... aunque puede parecer extraño, estoy convencida de que voy a encontrarlo ya.

—¿Qué es, un sexto sentido?

—Sí. No sé... cuando estoy concentrada en un pensamiento, me parece que éste acabará por realizarse, tal como deseo o temo que suceda. No sé... es una impresión, no digo que sea verdad...

—¡Bah! Sería demasiado fácil... En todo caso, aunque él estuviera aquí, ¡vete a encontrarlo en medio de esta multitud!

—Si crees, verás... Dicen que lo importante es dejar que la vista corra sin enfocar nada en particular, hasta encontrar lo que realmente interesa.

—¿Qué?, ¿ahora en la Universidad estudiáis brujería?

—Qué tiene que ver la Universidad con eso... Dicen que es un método natural: las águilas, por ejemplo...

De pronto, al ser atrapada su mirada por una presa lejana, Ana echa a volar, y va a posarse a un paso de un hombre vestido de negro, sentado en una mesita con un amigo beige.

—¡Hola Juan! ¡Qué coincidencia!

El hombre de negro se vuelve hacia ella, despacio, sin levantarse de la silla.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «El seductor de sueños»

Mira libros similares a El seductor de sueños. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «El seductor de sueños»

Discusión, reseñas del libro El seductor de sueños y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.