En 1960, Steinbeck, acompañado por su perro Charley, recorrió más de 16.000 kilómetros en EEUU, a lo largo de treinta y cuatro estados a bordo de su autocaravana Rocinante.
El libro Viajes con Charley es una crónica de este largo viaje, en el que va entremezclando: las observaciones e interpretaciones sobre el país, sus gentes y sus costumbres; los sucesos y encuentros vividos que crecen hasta convertirse en historias casi autónomas dentro del relato general; y por supuesto, un contingente tanto de recuerdos personales como de reflexiones –filosóficas, políticas, sociales, morales– que, al hilo de lo que va pasando, Steinbeck, siempre con bueno tino, juzga oportuno convocar y expresar.
John Steinbeck
Viajes con Charley
en busca de Estados Unidos
ePub r1.0
Titivillus 13.11.15
Título original: Travels with Charley in Search of America
John Steinbeck, 1962
Traducción: José Manuel Álvarez Flórez
Retoque de cubierta: Titivillus
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Este libro está dedicado a
Harold Guinzburg,
con respeto nacido de una relación y
un afecto que no han hecho más que crecer.
John Steinbeck
JOHN STEINBECK (Salinas, 1902 - Nueva York, 1968). Narrador y dramaturgo estadounidense. Estudió en la Universidad de Stanford, pero desde muy joven tuvo que trabajar duramente como albañil, jornalero rural, agrimensor o empleado de tienda. En la década de 1930 describió la pobreza que acompañó a la Depresión económica y tuvo su primer reconocimiento critico con la novela Tortilla Fiat, en 1935.
Sus novelas se sitúan dentro de la corriente naturalista o del realismo social americano. Su estilo, heredero del naturalismo y próximo al periodismo, se sustenta sin embargo en una gran carga de emotividad en los argumentos y en el simbolismo presente en las situaciones y personajes que crea, como ocurre en sus obras mayores: De ratones y hombres (1937), Las uvas de la ira (1939) y Al este del Edén (1952). Obtuvo el premio Nobel en 1962.
Notas
[1] «Snowbound» es un extenso poema narrativo de John Greenleaf Whittier sobre las vicisitudes domésticas de una familia de Nueva Inglaterra cuya casa queda aislada durante unos días por la nieve. Escrito por su autor con fines didácticos y como regalo para una niña sobrina suya, se publicó en 1866 y se hizo pronto muy popular. Jack Frost, es una personificación de la helada. (N. del T.)
[2]The Spectator es un diario fundado por Joseph Addison y Richard Steele en Inglaterra que se publicó en 1711 y 1712. El editor, Henry Morley (1822-94) , era un famoso escritor y profesor de Literatura Inglesa. (N. del T.)
[3] «No se propone extraer humo del fuego, sino del humo luz para producir maravillas espléndidas», Epistula ad Pisones, 143-4 . (N. del T.)
[4] El termino designaba en principio sin connotación especial a los habitantes del estado de Oklahoma, pero en la década de 1930 se hizo extensivo además a los emigrantes de otros estados empobrecidos por la Gran Depresión que se veían obligados a abandonar sus tierras. (N. del T.)
[5] El autor alude al extremo norte del estado, que parece en el mapa un dedo pulgar alzado. Utiliza más adelante expresiones similares alusivas a la forma de otros estados en el mapa a lo largo del libro. (N. del T.)
[6] Lewis el Rojo es, claro está, Sinclair Lewis. Autor entre otras obras de Babbit y de Calle Mayor, y primer Premio Nobel de Literatura estadounidense. (N. del T.)
[7] Organismo federal creado por el Gobierno de Roosevelt durante el periodo de la Gran Depresión para combatir el paro masivo mediante un programa de inversiones públicas. (N. del T.)
[8] Malas Tierras, zonas áridas características muy erosionadas por la lluvia y el viento. (N. del T.)
[9] Asociación política ultraderechista especialmente activa durante la década de 1960. (N. del T.)
[10] El autor alude al extremo norte del estado, que parece en el mapa un dedo pulgar alzado. (N. del T.)
[11] Nombre comercial de un acondicionador del cabello. (N. del T.)
[12] Se refiere a Meriwether Lewis y William Clark, que dirigieron en 1804-6 la primera expedición terrestre que partiendo del este del país llegó hasta la costa del Pacífico. (N. del T.)
[13] El autor alude al extremo norte del estado, que parece en el mapa un dedo pulgar alzado. (N. del T.)
[14] Ese era el nombre de las tres provincias marítimas de la antigua Nueva Francia, en el actual Canadá. (N. del T.)
[15] Roark Bradford (1896-1948) , escritor sureño de novelas y relatos muy popular en su época; lo de los Verdes Pastos alude a la adaptación teatral de una obra suya por Marc Connelly que fue premiada con un Pulitzer. Lyle Saxon (1891-1946) es otro escritor sureño famoso sobre todo por sus libros sobre Nueva Orleans. (N. del T.)
[16] Café potenciado con brandy y un poco de clavo y de piel de naranja o de limón, que se sirve generalmente después de las comidas. (N. del T.)
[17] Frase que figura en las lápidas de las viejas familias de origen francés en los cementerios de Luisiana. Significa en francés «aquí yace». (N. del T.)
[18] El autor alude al extremo norte del estado, que parece en el mapa un dedo pulgar alzado. (N. del T.)
PRIMERA PARTE
C uando yo era muy joven y sentía dentro ese ansia de estar en otro sitio, las personas mayores me aseguraban que al hacerme mayor se me curaría este prurito. Cuando los años me calificaron de mayor, el remedio prescrito fue la edad madura. En la edad madura estaba ya seguro de que con unos años más se aliviaría mi fiebre y ahora, con cincuenta y ocho, de que tal vez la senilidad lo consiguiese. Nada ha funcionado. Cuatro ásperos pitidos de la sirena de un barco aún me erizan el pelo de la nuca y ponen mis pies en movimiento. El sonido de un reactor, un motor calentándose, hasta el toc-toc en el pavimento de unos cascos herrados producen el viejo estremecimiento, la boca seca y la mirada perdida, las palmas ardientes y una agitación del estómago bajo la caja torácica. En otras palabras, no mejoro; en otras palabras más, el que ha sido vagabundo alguna vez, lo será siempre. Me temo que la enfermedad es incurable. Expongo esto no para instruir a otros, sino para informarme yo.
Cuando el virus del desasosiego empieza a tomar posesión de un hombre rebelde, y el camino que lleva lejos de aquí parece ancho y recto y grato, la víctima debe hallar primero en sí misma una razón buena y suficiente para ponerse en marcha. Esto no le es difícil al vagabundo experto. Tiene incorporado un huerto de razones donde elegir. Luego debe planear su viaje en el tiempo y en el espacio, elegir una dirección y un destino. Y debe por último abordar los detalles prácticos. Cómo ir, qué llevar, cuánto tiempo estar. Esta parte del proceso es invariable e indefectible. La expongo solo para que los recién llegados al vagabundeo no se crean, como adolescentes con un pecado recién urdido, que lo inventaron ellos.