HARPO MARX (Ciudad de Nueva York, Nueva York, Estados Unidos, 23 de noviembre de 1888 - 28 de septiembre de 1964) fue un músico, mimo y actor de cine estadounidense, uno de los cinco hermanos Marx. Su verdadero nombre era Adolph Marx, aunque posteriormente se lo cambiaría a Arthur. Se hizo famoso gracias a su papel de mudo con su característica peluca naranja, su gabardina con los bolsillos siempre llenos y una bocina.
Su familia provenía de una larga tradición de artistas de variedades judíos alemanes. Dejó la escuela primaria a los ocho años porque le acosaban. Su madre le hizo aprender a tocar el arpa y el piano, sobresaliendo en especial en el manejo del primer instrumento, para el que tuvo que inventar su propia técnica, ya que no había dinero para contratar a ningún profesor, si bien su madre y su abuela materna habían sido ya arpistas. Cuando su éxito le hizo poder pagarlos, se defraudó, porque parecían más interesados en aprender su método que en enseñarles el oficial. Según cuenta su hermano Groucho, recibió su nombre artístico, al igual que sus hermanos, durante una partida de póker en el que Art Fisher «rebautizó» a Groucho, Chico (originalmente Chicko), Gummo y el propio Harpo, cuyo apodo le vino dado por su afición a tocar el arpa (no sólo en las películas). Posteriormente ellos mismos bautizaron a su hermano Herbert como Zeppo (en un principio Zippo). Pero ningún investigador ha sido capaz de encontrar rastro alguno del tal Fisher. Otra teoría es que cogieron los nombres de una conocida tira cómica llamada Sherlocko el Monje, pero esta historia se dejó de publicar en 1913, y la primera aparición de los nombres se produjo en 1919. Declarada la I Guerra Mundial, la madre evitó que sus hijos fueran alistados comprando una granja avícola, ya que los granjeros estaban exentos.
Desarrolló un estilo cómico visual, que tomaba elementos de la tradición del payaso o clown pero también de la pantomima. Llevaba una peluca rizada de color rubio rojizo y nunca hablaba durante las actuaciones (tocaba una bocina o silbaba para comunicarse). Vestía una gabardina con unos bolsillos sin fondo, llenos de pintorescos artefactos. Con frecuencia hacía un número de mímica en que transmitía un mensaje verbal por medio de charadas mímicas que eran interpretadas por su hermano Chico.
Harpo y Chico se parecían tanto físicamente, que se alternaron tocando el piano en un burdel y la madame creyó que eran el mismo joven. Tras innumerables trabajos y actuar como músico aficionado, ingresó al vodevil con sus hermanos. Fueron refinando sus números pasando de la música al humor. Allí Harpo adoptó el papel de cómico mudo tras el fracaso de su voz chillona. Una vez famoso, la gente creía que él era realmente así por lo que cuando se quitaba la peluca y siendo muy hablador, cambiaba totalmente y era el hermano que mejor pasaba desapercibido en la vida real. Groucho solía imitar a alemanes y Chico a italianos. Con la Primera Guerra Mundial se extendió un sentimiento antialemán en EE. UU.. Groucho abandonó esos personajes, Harpo cambió su nombre de pila de Adolph a Arthur y los hermanos ocultaron sus orígenes alemanes.
A pesar de no finalizar el segundo grado, durante su vida Harpo se codeó con lo más granado de la cultura americana de la época, siendo muchos de ellos grandes amigos suyos. De esta manera formó parte de la Mesa Redonda del hotel Algonquin, donde se reunían los más brillantes autores, editores, críticos, artistas, compositores, etc. del mundo neoyorkino. De entre sus amistades en este grupo cabe destacar a Alexander Woollcott, crítico de Broadway muy famoso en su época, al que le unió una relación muy especial a lo largo de los años, hasta tal punto que le puso Alexander a uno de sus hijos.
Después de ser uno de los solteros más famosos de Hollywood, se casó finalmente con la actriz Susan Fleming, con la que adoptó cuatro hijos: Bill, Jimmy, Alex y Minnie. Su casa en Palm Springs era muy pintoresca, porque Harpo, gran amante de los animales, adoptaba además a todos los que veía por la calle u observaba en la Protectora y llenaba la casa.
Publicó sus memorias en el libro ¡Harpo Habla! (1961). Allí cuenta toda su vida y bastante de la de sus hermanos. Por ejemplo, como trabajó como espía de los Estados Unidos en un viaje de buena voluntad a la URSS que hizo en 1933, donde obtuvo un gran éxito como cómico (aunque los rusos no entendían el concepto de contrabando en sus bolsillos como algo cómico). Su matrimonio con la actriz Susan Fleming fue muy feliz. Sus distracciones fueron fundamentalmente el golf y el croquet; de este último fue un fanático y consagrado jugador, que incluso pasó al salón de la fama del juego. También grabó tres discos de arpa.
Tras sufrir varios infartos, Harpo Marx falleció el 28 de septiembre de 1964 (su 28.º aniversario de bodas), a los 75 años, en un hospital del oeste de Los Ángeles, un día después de someterse a una cirugía cardíaca, debido a las complicaciones subsiguientes. Algunas fuentes dicen que la muerte de Harpo afectó mucho a Groucho y a los otros dos hermanos que aún quedaban vivos (Gummo y Zeppo). El hijo de Groucho, el escritor Arthur Marx, quien asistió al funeral junto a la mayor parte de la familia Marx, dijo más tarde que el funeral de Harpo fue la única vez en su vida que vio llorar a su padre. En su testamento, Harpo Marx donó su arpa de marca registrada al Estado de Israel. Sus restos fueron incinerados y sus cenizas fueron esparcidas en un campo de golf en Rancho Mirage, en California.
I
CONFESIONES DE UN ARPISTA VARÓN
No sé si mi vida ha sido un éxito o un fracaso. Pero como no tengo ninguna prisa en convertirme en una de las dos cosas y dejar de ser la otra, y puesto que me tomo simplemente las cosas tal como vienen, me sobra mucho tiempo para disfrutar de la vida.
Lo que no soy ahora y no he sido nunca es una Celebridad. No me paran desconocidos en la calle para pedirme autógrafos. La gente no me reconoce sin mi disfraz. El público nunca ha oído mi voz. En este sentido, soy muy diferente de mi hermano Groucho, que es una auténtica Celebridad de catorce quilates.
No serviría de nada que os describiera mi aspecto; seguiríais sin reconocerme. ¿Habéis visto un hombre que responda a la siguiente descripción?
Un poco por debajo de la altura promedio. Movimientos lentos y fáciles. Ojos, verdes. El pelo tal vez fue castaño en otros tiempos; ahora es demasiado escaso para saberlo. Piel tostada de jugador de golf. Ningún rasgo distintivo excepto, tal vez, las cejas, que generalmente están levantadas: podrían indicar azoro o curiosidad; es difícil decir cuál de las dos cosas. Poco perceptible en las reuniones sociales. Capaz de permanecer sentado en silencio con las manos en el borde de la mesa, sonriendo a la gente que pasa. De vez en cuando dice algo por la comisura de la boca, pero nadie puede oírlo. Edad indefinida. Podría ser más viejo de lo que parece, o prematuramente maduro.
Tal vez os parecerá que habéis visto a ese hombre. Podría ser el segundo por la derecha en la cuarta mesa de la foto de grupo de la Convención de Viticultores del Sur. Podría ser el tipo que dejasteis pasar en la cola de la caja del supermercado porque sólo llevaba dos plátanos y una caja de pastas de higo. Pero no sería yo. Me dedico a la viticultura, pero no voy a las convenciones. Me gusta comer, pero mi esposa Susan hace la compra.
Mi mujer también se encarga de cocinar, y le gusta coser, y pinta al óleo en los ratos libres. También estaba en el mundo del espectáculo, es cierto, pero lo dejó hace casi treinta años para casarse conmigo. Ninguno de nuestros cuatro hijos piensa siquiera en subir a un escenario. Sus respectivos intereses se refieren a la composición musical, la mecánica automotriz, los coches espaciales y los caballos. Tenemos tres perros, todos ellos cruzados.