• Quejarse

Agustín Fonseca - El rompecocos

Aquí puedes leer online Agustín Fonseca - El rompecocos texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1994, Editor: ePubLibre, Género: Niños. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Agustín Fonseca El rompecocos
  • Libro:
    El rompecocos
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1994
  • Índice:
    4 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 80
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

El rompecocos: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El rompecocos" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Agustín Fonseca: otros libros del autor


¿Quién escribió El rompecocos? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

El rompecocos — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El rompecocos " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Te gustan los desafíos Te hierven las neuronas Quieres emociones fuertes - photo 1

¿Te gustan los desafíos? ¿Te hierven las neuronas? ¿Quieres emociones fuertes? Agustín Fonseca, autor de El juego más difícil del verano, que publica el diario El País, y colaborador de Muy Interesante, ha creado un libro-juego endemoniadamente complicado, a la vez que divertido y distinto a cualquier otro, que te dará mucho que pensar.

Al hilo de las locuras que cometen Alberto y sus amigos —los protagonistas— en su primer años de universidad, tropezarás con una larga serie de enigmas que deberás resolver. Pero ¡ojo!, cuando te desanimes, cuando veas que tus neuronas patinan y se recalientas, no pienses que vas a encontrar las soluciones en la última página: eso sería ponértelo demasiado fácil, querido amigo. Las soluciones están, sí, pero deberás adivinar dónde; y cuando las hayas descubierto, además, tendrás que descifrarlas. Retorcido, muy retorcido ¿verdad?

Acepta el reto: demuéstrate a ti mismo de qué eres capaz.

Agustín Fonseca El rompecocos ePub r10 jandepora 141114 Agustín Fonseca - photo 2

Agustín Fonseca

El rompecocos

ePub r1.0

jandepora 14.11.14

Agustín Fonseca, 1994

Ilustraciones: Agustín Fonseca García

Diseño de cubierta: Rudesindo de la Fuente

Editor digital: jandepora

ePub base r1.2

A Encarna La universidad de Alberto Alberto es un muchacho de pelo castaño y - photo 3

A Encarna

La universidad de Alberto

Alberto es un muchacho de pelo castaño y revuelto, de mejillas sonrosadas, con una frente amplia como una cornisa, travieso y sonriente.

El verano ha terminado, el COU y la selectividad pasaron y ahora hay que empezar con la facultad.

Hoy es el primer día de clase. Alberto está encantado pensando en todo lo que le espera: sus compañeros nuevos, la posibilidad de echarse novia. Sin embargo, piensa sobre todo en sacar punta a cualquier cosa que le pueda ocurrir, hasta que la punta afilada sea larga, bien larga.

Hoy, muy tempranito, Alberto camina hacia la facultad y se anima cada vez más. No tarda en encontrarse con su mejor amigo, Iñaki, que también comienza la carrera este año.

Iñaki es alto y corpulento, con los ojos grandes como los de un pez recién sacado del agua. Suele llevar los pantalones caídos y es muy observador y prudente (hasta que comienza a beber cerveza).

—¡Qué pasa, tronko! —saluda afable Alberto.

—He visto pasar un montón de gente —dice Iñaki señalando la calle llena de jóvenes dirigiéndose a la facultad—, con sus carpetas llenas de apuntes y los ojos de legañas.

—¡Seguro que nos lo vamos a pasar dabuten!

2. Un reto para Yvonne
EL JUEGO DE LAS FECHAS

Alberto e Iñaki andaban haciendo la primera visita a lo que sería su cuartel general durante todo el curso: el bareto de la facultad. Allí empezaron a familiarizarse con muchas de las caras que a partir de ese momento les acompañarían.

En primer lugar vieron a Emiliano, el bedel, que pasaba bastante del uniforme y llevaba un mono azul del que prendía un pequeño transistor.

—Menuda pieza tiene que estar hecho éste —le dijo Iñaki a Alberto señalando con discreción.

Mientras los dos amigos comentaban las incidencias de la primera clase, vieron aparecer a un grupo de pijos, con camisa de rayas y pelo engominado, que se dirigían hacia la barra.

—De esos panolis, los dos que destacan son de nuestra clase. Uno se llama Yago y el otro Borja. ¡Qué tíos más repelentes! —dijo Alberto a Iñaki soltando una pequeña carcajada.

Mientras las enormes bocas de nuestros dos amigos terminaban de triturar los respectivos bocatas de panceta, toda la fauna de ese curso se iba juntando en el bareto, desde los más greñudos a los más finos. Como el que no quiere la cosa, todos se fueron concentrando en un único grupo. Entre botellines y risas andaban cuando, de pronto, entró al bar una tía maciza, que con su sola presencia hizo a todos los contertulios masculinos quedar sin habla. Se llamaba Yvonne.

La rubita, de ojos azules, se fue acercando a la barra y, en lo que pedía tímidamente un café con leche, se le acercó el tal Borja y le dijo:

—¡Hola, monina! Yo me llamo Borja, pero puedes llamarme Borjita. ¿Tú quién eres?

—Yo me llamo Yvonne y he venido a pasar aquí este curso con una beca del programa Erasmus —respondió ella algo sonrojada.

—Oye, pues hablas muy bien el español. ¿De dónde eres? —le preguntó Alberto adelantándose a todos sus rivales.

—Soy de Bruselas y he aprendido español veraneando todos los años en Torrevieja.

—¡¡¡Increeíííble!!! —respondieron todos a la vez.

El bombardeo de preguntas se fue convirtiendo, paso a paso, en un interrogatorio de tercer grado del que la incauta muchacha salió algo noqueada. Cuando llegó la hora de entrar a la clase siguiente, a más de la mitad de los presentes se les había puesto un brillo especial en los ojillos, como de «enamoramiento».

«¡Qué pedazo de jaca!», «¡¡De bandera!!», «¡Pero habéis visto qué ojazos!», eran algunas de las frases que se escuchaban escaleras arriba. Estaba claro que a partir de ahora se iban a dedicar muchos esfuerzos a llamar la atención de la nueva becaria.

Una semana más tarde, pasada la furia de los primeros días, Alberto entró en la biblioteca de la facultad, que en ese momento se encontraba prácticamente desierta. No tenía mucho que hacer y había pensado en pasar un rato leyendo alguna revista u hojeando algún libro. Se dirigía hacia el mostrador de las últimas publicaciones recibidas, cuando, de pronto, divisó a lo lejos, en una mesa apartada, a la mismísima Yvonne. Con gran sigilo se acercó a ella y, adoptando la más cínica de las sonrisas, le preguntó en voz baja qué estaba haciendo.

—Estoy leyendo un libro que habla de las excelencias del año 1992. ¿Tú fuiste a la Expo? —respondió ella mientras sonreía ignorante de su destino.

Alberto puso cara de póquer y, en un tono solemne, comenzó un improvisado discurso.

—Mira, Yvonne: yo tengo un criterio propio sobre lo que fue todo ese mamoneo. No me dejo alienar por tres atracciones de feria y cuatro chuminadas más, aunque tengo claro que para la mayoría es muy posible que en los años siguientes no sabrán ni dónde tienen la cabeza, pero en ese año todo les parecía maravilloso.

Por la cara que ponía Yvonne no parecía que el tema le interesara mucho, pues continuó pasando las hojas sin prestarle demasiada atención. De pronto, la muchacha descubrió una foto que le llamó la atención y, para cortar un poco con la violencia que había en el ambiente, le dijo al presunto galán:

—¡Mira, Alberto!, seguro que la foto de este cuadro hace referencia a una historia interesante.

Efectivamente, allí se encontraba una bonita historia sobre una famosa batalla.

—Tienes razón, Yvonne. Muchos saben de qué se trata, pero muchos no sabrán en qué año ocurrió —dijo Alberto retando con la mirada a su amiga.

—¡Pues vamos a consultar el diccionario! —respondió ella.

Alberto continuaba con ganas de tirarse el rollo, de modo que le propuso lo siguiente:

—¡Mejor te voy a dar unas pistas que te ayudarán a encontrar la solución y así nos divertiremos! —dijo mientras cerraba el libro.

—D siglos después, el AF de 51451916 de RGA, se inauguró la presa de 12022114. Si sumas los dígitos que componen el año obtendrás como número áureo el 5 —sentenció Alberto con una mueca de sabiduría.

Yvonne se quedó con la boca abierta y Alberto aprovechó la ocasión para deslumbrarla de nuevo.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «El rompecocos»

Mira libros similares a El rompecocos. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Frederick Copleston - De San Agustin a Scoto
De San Agustin a Scoto
Frederick Copleston
Agustín Pániker - Las tres joyas
Las tres joyas
Agustín Pániker
Carlos Fonseca - Rosario Dinamitera
Rosario Dinamitera
Carlos Fonseca
Frederick Copleston - De San Agustín a Escoto
De San Agustín a Escoto
Frederick Copleston
E. A. Dal Maschio - San Agustín
San Agustín
E. A. Dal Maschio
San Agustín - Confesiones
Confesiones
San Agustín
San Agustín De Hipona - Sobre la música
Sobre la música
San Agustín De Hipona
Carlos Fonseca - Tipos infames
Tipos infames
Carlos Fonseca
Carlos Fonseca - Mañana cuando me maten
Mañana cuando me maten
Carlos Fonseca
San Agustín - La Ciudad de Dios
La Ciudad de Dios
San Agustín
Reseñas sobre «El rompecocos»

Discusión, reseñas del libro El rompecocos y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.