De Angelis - Como legue aca?: estrategias para renoval la esperanza y la felicidad al enfrentar lo inesperado en la vida y el amor

Los nombres de aquellos que me amaron, me guiaron, me apoyaron, me inspiraron, me respaldaron, me protegieron, me curaron y me nutrieron mientras escribía este libro estarán para siempre grabados en el lugar más sagrado de mi corazón.

Les rindo honor aquí con mi más profundo amor y gratitud.

Mis maestros y guías espirituales, divinos y humanos, visibles e invisibles, en este mundo y en el más allá, especialmente Maharishi Mahesh Yogi, Gurumayi Chidvilasananda, Baba Muktananda y Swami Kirpananda y Chalanda Sai Mai Lakshmi Devi por las iniciaciones místicas, los mares de gracia y los despertares deseados.

Mi incomparable asistente, Alison Betts: por saltar con valentía mano en mano conmigo desde enormes acantilados, por seguirme lealmente por rutas no marcadas ni conocidas, por aprender de mí y ayudarme a aprender de ti, por tu impecable integridad y fortaleza de carácter que me hace sentir segura al apoyarme en ti, por las lágrimas íntimas que derramamos juntas, y especialmente por compartir mis triunfos secretos que nadie más sabrá siquiera celebrar.

Mi madre, Phyllis Garshman, por enseñarme el verdadero significado de la devoción y por ser una constante fuente de amor incondicional; y Dan Garshman, por adorar a mi madre sin reparos y por estar orgulloso de mí a través de todos mis altos y bajos.

Mariarosa Ortega de Muller y Walter Muller, por sostenerme con brazos amorosos, cuidándome como a una hija y ayudándome a lograr lo que una vez parecía imposible.

Harvey Klinger, mi brillante agente literario, por dos décadas de invalorable apoyo, consejo, amistad, toque humorístico y tanto más.

Todo el mundo en St. Martin’s Press: mi directora editorial, Rally Richardson, por darme la oportunidad de compartir el mensaje y la sabiduría de este libro con tanta gente; mi editora, Diane Reverand, por ampararme bajo tus protectivas alas, por compartir generosamente tu abundante experiencia y pericia y por tu comprensiva paciencia mientras yo esperaba que este libro naciera; John Murphy, Matthew Baldacci, James Di Miero, Steve Zinder, Regina Scarpa, David Rotstein, Gregg Sullivan, Michelle McMillian, Mark Steven Long y todo el resto del equipo que han trabajado tan duro para apoyar este libro.

Tom Campbell, por ser el más maravilloso de los vecinos, e inspirarme con tu firmeza, centro y coraje; y Target, por visitarme siempre justamente cuando necesito una dosis de amor de gatito.

Gail Schlachter, por este mágico santuario allá arriba de la montaña que ha nutrido mi alma y me ha dado el más adorable vientre del cual nació este libro.

Mis chicas fabulosas de la Universidad de California en Santa Barbara: Helena Lor, Lindsay Watson y Jennifer Terry, por cuidarme tanto a mí como a “los chicos” cuando estaba encerrada en mi habitación escribiendo todo el año.

Ruth Cruz, por todas las formas en que eres parte de mi familia.

Lorin Roche, por siempre y sólo ver quién soy realmente yo y recordármelo con tanta lealtad y dulzura durante los últimos treinta años.

Amanda Kamsler, mi ángel australiano, por ser mi hermana, mi confidente, mi compañera en mi camino y mi propia línea directa de consejo nocturno.

Bobbee Kellner, por el inestimable regalo de tu amistad y por milagrosamente estar en Santa Barbara para darme la bienvenida en mi nueva vida.

Marilyn Tam, por ser una amiga tan sabia y querida cuya serena presencia y generoso espíritu me inspira para siempre ver lo más alto.

Daisy White, por un vínculo cuyo regalo nos asombra a ambas.

Judith Light, por la unidad que trasciende el tiempo.

Marissa Moran, por mantener mi consciencia centrada en la Luz y por entregarme mensajes cósmicos con tanto amor.

Karin Chesley, por una sanación profunda y un reencuentro tan perfectamente a tiempo.

Dr. Sat Kaur Calza por señalarme el camino a casa.

Todos mis otros seres queridos cuyo amor alimenta mi corazón ya sea que estemos juntos o separados: Lynn y Norman Lear, Jack e Inga Canfield, Eric Dahl y Barbara Holdrege, Robyn Todd y David Steinberg, Gay y Kathlyn Hendricks, Pam Kear, Sandra Crowe, Michael De Angelis, Stella Der, Debra Poneman y Sandy Jolley.

Gracias especiales a Robbie Gass, Jim Brickman, Chris Spheeris, Josh Groban, Gary Malkin, Michael Stillwater, Deuter, Riley Lee, Kathy Landry, Yanni, Peter Katar, R. Carlos Nakai, Stephen Halpern, Erik Berglund, Gerald Jay Markoe, Suzanne Cianni y Secret Garden cuya hermosa música escuché día y noche mientras escribía. Sus exquisitas composiciones se convirtieron en la banda sonora emocional que mantuvo mi corazón abierto, permitiéndome recibir la sabiduría que brotaba a través de mí hasta estas páginas.

Mis adorables bendiciones, Bijou y Shanti, ahora más que nunca: por su amor tan puro y precioso estoy segura de que son ángeles disimulados en pequeños perros blancos, aquí para recordarme cómo debe de ser el cielo.

Y más que nada, para mi amado Paul: sin ti, no habría libro, ni el coraje que se necesita para escribirlo, ni ninguna de las lecciones que contiene, ni la inimaginable felicidad que he descubierto a tu lado. No hay palabras en la tierra que describan un amor que es tan divino.

Puede ser que cuando ya no sepamos qué hacer,
Hayamos llegado a nuestro verdadero trabajo,
Y cuando ya no sepamos qué camino seguir,
Hayamos comenzado nuestro verdadero viaje.

Wendell Berry

Empezamos con una historia:

Un hombre que siempre se había considerado a sí mismo inteligente y capaz, muere al final de una larga vida y se encuentra del Otro lado, esperando una entrevista con Dios. Parecía no existir el tiempo en aquella habitación llena de luz en la que se encontraba sentado solo. No había techo, ni paredes ni piso, y él trataba de adecuarse a su nueva circunstancia y esperaba con ansiedad el encuentro que se aproximaba.