Este libro es la obra de muchas personas que me han apoyado, alentado y ofrecido consejos y sugerencias; me han ayudado, me han hecho reír, han creído en mí y se han comprometido a garantizar que este libro y esta idea cobren vida. Así, con mucha emoción, quiero agradecer enormemente:
Al equipo del libro : Marisa Belger, mi socia editorial; David Black, mi agente; Lisa Sharkey, quien vio el potencial de esta idea como libro; Cynthia DiTiberio, mi editora; Suzanne Wickham, mi publicista, y todas las otras personas de HarperOne que dedicaron su tiempo y amor a este manuscrito.
A las maravillosas personas que creyeron en la idea de Los primeros 30 días en una etapa importante de su desarrollo: mamá, papá, mis hermanos Steve y Alex, Dick Parsons, Mamie Healey, Alexis du Roy, Scott English, David Dunham y Pam Hendrickson.
A todo mi equipo de Los primeros 30 días : Joe, Steve, Sarita, Tony, Andy, Bill, Dave, Michelle, Elizabeth, Kristin, Victoria, Arnulf, Ashley, Caren, Larry, Kellie y Andrew.
Y a mis inversionistas, asesores y socios : ustedes continúan construyendo una empresa fantástica que ayuda a cambiar la vida de la gente.
A los amigos que han estado ahí para mí: Doris, Monty, Brooks, Joe, Aisling, Charlotte, Tina, Randy, Rhea, Daryl, David, Garth, Patrick, Angi, Franca, Matt, Paul, Simon, Tony, Victoria, Christine, Rob, Colin, Estelle, Giada, Jessica, Jill, Michael, Catherine, Hillary, Rosario, Jen, Philip, Stanton, Gary, todos mis amigos entrenadores de Robbins, y otras muchas personas que no podría citar aquí.
A todas las personas que he entrevistado y que han compartido conmigo sus cambios, aquellos que me permitieron formularles numerosas preguntas y que me ayudaron a obtener claridad sobre los principios de este libro.
A mis profesores y a las almas sabias que se han cruzado por mi camino: Wayne Dyer, Desiree Marin, Dominique De Backer, Carmen Grenier, Dr. Tim, Tony Robbins, David Morehouse, Maddalena Gualtieri, Marianne Williamson, Dr. Robert Arrese, Deepak Chopra y los autores de los cientos de libros que he leído: cada uno de ustedes ha agregado algo importante a mi vida y, por lo tanto, a este libro.
Y, finalmente, a Dios y a todos mis “amigos de arriba”. Gracias por la orientación, inspiración y por estar conmigo en todo momento.
Les estoy profundamente agradecida.
Gracias. Gracias. Gracias.
ARIANE DE BONVOISIN es la fundadora de first30days .com, un sitio de internet que ayuda a que las personas hagan una transición fácil por docenas de cambios, cambios relacionados tanto con un diagnóstico médico, con comenzar a vivir cuidando el medio ambiente, con mudarse a otra ciudad o casarse. Tiene un título en Economía y Relaciones Internacionales del London School of Economics y una maestría en negocios de Stanford University. Ariane trabajó en el Boston Consulting Group y con gigantes de los medios de comunicación como BMG, Sony y Time Warner antes de perseguir su sueño de marcar una diferencia en las vidas de otras personas. First30days .com se convirtió en el trabajo de su vida en 2005. Ariane reside en la ciudad de Nueva York donde tiene su compañía.
Visita a la autora en línea en www.first30days.com .
Optimismo radical, posibilidades y nuevas orientaciones
Nuestro peor error es subestimarnos. Y subestimar la vida. Ha llegado el momento de darles a ambos una oportunidad. Elimina toda limitación a quien eres y a lo que debiera ser la vida, y mira qué sucede.
Cada uno de nosotros ya domina algunos de los principios del cambio. Cuando revises los nueve principios, pregúntate cuáles no estás practicando, o cuáles tal vez sean nuevos para ti.
Recientemente, sentí que mis ideas sobre el cambio se ponían realmente a prueba cuando le daba los toques finales a este libro. Estaba preparada para trabajar con una editorial que, a último momento, decidió cambiar sus lineamientos editoriales y no publicar una serie de libros, incluyendo el mío: la compañía vacilaba en trabajar con cualquier autor que se apartara de sus creencias religiosas. Justo treinta días antes del momento en que el libro debía pasar a impresión, el universo me había lanzado un grave cambio. ¡Supongo que quería que leyera mi propio libro!
Bien, ciertamente tuve sentimientos de sorpresa, molestia e incluso enojo. Sentí que no tenía suerte, estaba decepcionada y había perdido el control porque no podía hacer nada al respecto. Eventualmente, me dirigí a un lugar donde sabía que sería lo suficientemente fuerte como para superar este cambio, a pesar de la locura inicial de todo lo sucedido. Este no era el primer cambio impredecible que se me había presentado —y no sería el último— así que lo acepté por lo que era. Comprendí que no podía cambiar las circunstancias. Y no estaba dispuesta a cambiar el contenido del libro ni a comprometer mis ideas. Esta era la realidad ahora, así que no me resistí ni luché contra ella. Primero dediqué algún tiempo a conectarme con mis amigos de arriba. Estaba enojada con ellos porque me habían decepcionado, pero les pedí que me mostraran qué venía después, que me revelaran la mejor opción a la vuelta de la esquina. Y también pasé por todas las emociones que nos quitan el poder: temor, inculpación, duda, impaciencia —¡todas aparecieron por un tiempo!
No en sus metas, sino que en sus transiciones el hombre es grande.
—Ralph Waldo Emerson
Sin embargo, a través de toda esa experiencia, creía que debía haber algo bueno en ella para mí. Creía que la vida sabía más que yo, y que actuaba a mi favor. Estaba segura de que algo bueno resultaría eventualmente de este cambio —una editorial mejor, un momento mejor para la publicación del libro, un mejor libro— ahora que tenía más tiempo para incluir nuevos contenidos. Durante este cambio, presté mucha atención a lo que me decía a mí misma y a otros acerca de esta situación. Anoté las preguntas que me hacía y lo que imaginaba para el futuro, pero también me permití estar triste durante algún tiempo por el inesperado giro de los acontecimientos. Busqué a un amigo que trabajaba en una editorial, a mi guía de vida, a mi familia y, como un equipo confiable, todos me animaron y me recordaron que todo eventualmente resultaría. Finalmente, me obligué a correr todos los días, escribí en mi diario y fijé mi nuevo objetivo en notas adhesivas.
Me indicaron un nuevo editor —el editor adecuado— en menos de treinta días. Ahora veo, completa, clara y bellamente, por qué este libro necesitaba un hogar diferente. Las cosas salieron tan bien que incluso conseguí seguir siendo amiga del editor anterior. Pero, ¡qué travesía! Escribo un libro sobre el cambio, y sólo para sacudir un poco las cosas, ¡la vida me pide que cambie de editor a último momento! Es perfecto, realmente.
Ha llegado el momento de comenzar a ver el cambio de una forma diferente —durante los primeros 30 días y por el resto de tu vida. Vive el cambio a medida que se desarrolla; no trates de acelerar el proceso. Sé paciente y aguarda para ver qué te trae la vida. Recuerda, cada cambio tiene su propio ritmo, y cada persona tiene una historia de cambio y un músculo del cambio únicos.
La próxima vez que te encuentres tratando de superar apresuradamente un cambio, permanece inmóvil y deja que el proceso se desenvuelva y se desarrolle como debe hacerlo. Sé muy paciente contigo mismo cuando estés en una transición; no permitas que te invadan tus emociones, tus creencias y presuposiciones negativas. Encontrarás que la vacilación inicial, el “estancamiento” y la tristeza siguen su curso y que, un día, sencillamente desaparecen. No sabes cuándo sucederá —esto lo decide el universo— pero siempre sucede. ¿Recuerdas aquella vez que estabas tan increíblemente triste o preocupado? ¿Sabes exactamente cuándo terminó? En realidad, no. Entonces ten paciencia; este período se transformará. Recuerda que se revelrá algo, así que mantén los ojos abiertos.