Ford - El secreto del amor: descubre el poder de la ley de atracción y encuentra al amor de tu vida

Como alguien que ha estado estudiando, practicando y enseñando la Ley de la Atracción por más de cuarenta años, estoy encantado de encontrar un libro que comunica tan bellamente los principios universales de la manifestación con un plan de acción para atraer una relación llena de amor y satisfacción. Si has aplicado el plan que Arielle detalla en este libro, ya sabes que el proceso de manifestación se puede reducir a tres simples pasos: el primer paso es pedir , el segundo paso es creer y el tercer paso es recibir .

El hecho de que hayas tomado este libro es una indicación de que ya tienes preguntas. Estás consciente de tu deseo de conocer a tu alma gemela y satisfacer este deseo se ha tornado en una prioridad. Al escribir tu lista del alma gemela y crear tu mapa del tesoro, el cual representa visualmente tu relación ideal, has logrado identificar las cualidades y características que más te importan de una pareja. Has pedido clara y fuertemente lo que quieres. Ahora debes creer en tu habilidad para atraerlo.

Desde que el fenómeno cinematográfico The Secret fue estrenado en el 2006, cientos de personas se han dirigido a mí para compartir algunos pensamientos, como: He visto The Secret docenas de veces. He visualizado la realización de mis deseos detalladamente. He creado un mapa visual para poder ver claramente el resultado que deseo conseguir. Medito todos los días con la intención de manifestar esta meta, pero todavía no tengo lo que quiero . Sea la que sea la meta específica que buscan conseguir —perder peso, empezar su propio negocio o encontrar la pareja de sus sueños—, mi respuesta siempre es igual: “Dejen de ver el DVD y ¡levántense del sofá!”.

¿Ves?, no es un accidente que las letras de la palabra “atracción” también se puedan usar para ¡ACCIÓN! Con solo meditar y visualizar aquello que queremos crear no es suficiente. Para llegar a obtener resultados en cualquier rubro de nuestras vidas, debemos comprometernos, en espíritu, mente y cuerpo. Esto significa tomar acción… y he aquí donde creer entra en juego. En el transcurso de mis viajes, conozco a muchas personas comprometidas que se consideran creyentes. Muchas veces llegan bien lejos en tratar de convencerme del poder de sus convicciones. “Yo creo que tengo lo que necesito para triunfar”, me dicen. O “Creo que soy digno de experimentar un amor satisfactorio y profundo”. Pero te voy a sugerir, como lo hago con ellos, que a menos que estés en acción, a menos que estés tomando riesgos regularmente que expandan tu habilidad para permitir que el amor llegue a tu vida, tú todavía no crees que algún día conocerás a tu alma gemela. ¿Cómo sé esto? Porque creer sin actuar no es creer.

¿Dudarías de arrojar una bola al aire por miedo de que quede por siempre suspendida en el espacio? Por supuesto que no. Crees en el poder de la gravedad y sabes que ese poder te devolverá la bola a tus manos. Este ejemplo sencillo ilustra que cuando de verás crees en algo, actúas. La acción es una parte esencial de la ecuación que simplemente no se puede saltar. De hecho, hay dos tipos de acción, ambos te acercarán a tu meta máxima.

Algunas acciones caen en la categoría de lo que yo llamo “acciones obvias”. Operan bajo el principio lógico que dice que si de veras quieres triunfar en cualquier aspecto de tu vida —negocios, finanzas o relaciones— primero debes incluirte en el juego. Para usar una frase un poco rudimentaria, si quieres cazar a un alce, debes ir donde están los alces. Si quieres conocer a una mujer que comparta tus ideales espirituales, la acción obvia sería ir a la iglesia en vez de a una barra. Si quieres conocer a un buen hombre, la acción obvia es ir donde vayan los hombres a pasar el tiempo. Claro que es posible conocer al hombre de tus sueños mientras trabajas como niñera en una casa de huéspedes remota —siempre está la posibilidad de que te puedas enamorar perdidamente del cartero—, pero es improbable. Al ubicarte regularmente en el entorno donde tienes más posibilidad de encontrar lo que deseas, aumentas tu ventaja y alineas la señal magnética que le envías al universo.