EN LA VIDA DESCUBRES COSAS QUE SIENTES EL DESEO DE COMPARTIR.
A veces te aportan tantos aspectos positivos que el deseo se convierte en necesidad y, casi, en obligación. En mi caso, practicar yoga es una de ellas.
Mientras escribía este libro he vivido uno de mis cambios vitales más importantes, la maternidad. Con mi primera hija ya en el mundo y la segunda creciendo en mi interior, el yoga me ha acompañado y me ha hecho disfrutar de cada paso, de cada detalle, de cada sensación. También me ha ayudado a que el embarazo fuera un estado de plenitud y buena forma física.
El yoga me acompaña desde hace más de quince años y creo que ha llegado el momento de compartir mi experiencia, por eso he querido hacer el libro que me habría gustado encontrar cuando yo daba mis primeros pasos. Con un enfoque amable, sencillo y honesto.
Te invito a descubrir una práctica milenaria que puede cambiar tu vida.
¿Qué es el
YOGA?
El yoga es una práctica
ancestral que busca el
equilibrio del cuerpo
y la mente.
Aunque
es imposible
saberlo con
exactitud,
se calcula que tiene más de 4000 años de antigüedad y nació en el norte de la actual India.
La palabra yoga proviene del idioma sánscrito y significa «unión», la unión de todas las cosas, la unión del cuerpo, la mente y el espíritu.
Aunque el yoga se desarrolló junto al hinduismo y otras religiones orientales, no es una práctica religiosa, sino una filosofía y un conjunto de técnicas vitales que mejoran nuestro estado físico y mental y nos ayudan a conectar con nosotros mismos. En el yoga, cuerpo y mente son una única cosa y el objetivo final es que ambos aspectos estén alineados.
En sus muchos siglos de historia, el yoga ha ido cambiando y evolucionando. En la actualidad existen muchos tipos distintos de yoga, que hacen hincapié en diferentes aspectos de esta filosofía milenaria. Así, podemos hablar de hatha yoga , en el que, simplificando mucho, podríamos decir que predominan los aspectos más físicos de la práctica yogui; de bhakti yoga , que aborda la práctica desde un punto de vista devocional; de samkya yoga , que estudia a fondo la filosofía y los textos de los sabios; de raja yoga , donde la meditación y la concentración son lo más importante; o de karma yoga , en el que todas nuestras acciones se entregan al bien de todos los seres y no al propio.
Sin embargo, en la actualidad, el yoga se ha dividido en diferentes escuelas y tendencias de las que seguramente has oído hablar. Por ejemplo: ashtanga, iyengar, kundalini, bikram, acroyoga, poweryoga...
Pero no te preocupes por las denominaciones. Todos los tipos de yoga tienen muchos elementos en común (por ejemplo, las posturas o asanas ) y persiguen un mismo objetivo: el desarrollo armónico de las facetas física, mental y emocional.
Yo, por ejemplo, suelo practicar el ashtanga yoga ( mysore ) ,que me motivó por la fuerza física que conlleva su práctica, así como por su dinamismo y fluidez. En el ashtanga, las distintas posturas se encadenan y crean un baile fluido entre la respiración y el movimiento que hace que me sienta fuerte y viva, algo que me ayuda a calmar mi mente y conectar con el momento presente.
Qué encontrarás
en este libro
Este libro pretende ser un camino hacia el descubrimiento del yoga, pero mi intención va mucho más allá de introducirte en la simple práctica. Mi deseo es acompañarte en la búsqueda del bienestar completo, tanto físico como mental. Porque el yoga es mucho más que una práctica física o unas técnicas de relajación, es un estilo de vida. Da igual cómo hayas llegado hasta aquí o qué busques en el yoga. Cada persona emprende este camino de una manera distinta y con distintos grados de implicación.
Independientemente de la intención con la que hayas abierto este libro, te aseguro que practicar yoga es una de las mejores decisiones que puedes tomar. En estas páginas encontrarás los 5 primeros pasos de un largo camino de práctica y descubrimiento. El libro está dividido en 5 partes (5 pasos) y cada una de ellas nos acercará un poco más a nuestro objetivo, que no es otro que introducir el yoga en nuestra rutina diaria poco a poco y de manera progresiva. En cada uno de los pasos hablaremos, por supuesto, de asanas (las posturas del yoga), que constituyen el eje central del libro, pero también de respiración, meditación, nutrición y belleza. Cada parte acaba con una secuencia completa de asanas para tu autopráctica.
El camino que propongo será distinto para cada persona que lo emprenda , por eso verás que no marco un tiempo concreto para dar cada uno de los pasos. El ritmo será siempre el que dicte tu cuerpo. Dedica a cada paso el tiempo que necesites hasta sentirte cómodo con la secuencia de posturas. Dependiendo de tu estilo de vida, de si haces o no ejercicio o de tu edad, cada paso del camino y cada postura te costarán más o menos.
Sé por experiencia que habrá posturas que te saldrán a la primera y otras que solo conseguirás realizar correctamente después de mucha repetición y esfuerzo. Incluso, con el tiempo, descubrirás que tu práctica se ve influida por tu estado de ánimo y otros factores, así que habrá días en que no alcanzarás ciertas posturas que, en otros momentos, realizas sin ninguna dificultad. Sea como sea, no te desanimes. El yoga es para todos y no entiende de edades.
En el yoga no compites contra nadie, tampoco contra ti; no se trata de llegar más lejos ni más rápido, sino de esforzarte, escuchar a tu cuerpo y buscar el equilibrio interior con fortaleza física y mental. La disciplina y la práctica constante son una parte esencial de la filosofía yóguica. Lo importante es disfrutar de la práctica, y eso implica también aceptar tus limitaciones, aprender a disfrutar del simple hecho de intentarlo y agradecer a tu cuerpo y tu mente lo que te ofrecen ese día. La satisfacción proviene de hacerlo lo mejor posible y aprender siempre algo nuevo.
Como siempre digo, el yoga no es una competición de 100 metros lisos, sino una carrera de fondo ; si perseveras, seguro que no tardarás en notar los primeros cambios físicos y emocionales.
Qué necesitas
para practicar yoga
Empezar a practicar yoga no requiere una gran inversión económica. Solo necesitas:
• Ropa cómoda. Utiliza prendas que no dificulten los movimientos ni te opriman el cuerpo. Si llevas el pelo largo, es recomendable que te lo recojas en una coleta baja para que no te moleste. El yoga se practica descalzo, eso te permitirá tener un mayor tacto en los pies y hará que tengas también mayor estabilidad. Te recomiendo que no uses calcetines ni medias, porque podrías resbalar.
• Una esterilla de yoga antideslizante y que no sea elástica. Vale la pena comprar una esterilla de buena calidad, ya que esto contribuirá a una mejor práctica.
• Un cojín de meditación o zafu (opcional). Se trata de un cojín redondo, de unos 35 centímetros de diámetro y 20 de alto. Para la práctica, servirá cualquier cojín sobre el que puedas sentarte cómodamente con las piernas cruzadas manteniendo la espalda recta.