Introducción
El término "yoga" es sinónimo de una maravillosa alineación de la mente, el cuerpo y el alma. Esta armonía se puede lograr a través de técnicas de respiración controladas, diversos ejercicios o asanas y la meditación. ¿Es importante este tipo de unidad? Sí, lo es, debes estar al tanto de que la depresión y la ansiedad son las aflicciones que afectan a millones de personas en todo el mundo. De hecho, estas condiciones a menudo se convierten en formas serias de enfermedades mentales. Por tanto, todas tus ansiedades y todo tu estrés desaparecerán como por arte de magia, cuando te involucras en la práctica regular y sincera del Yoga.
¿Hay preocupaciones específicas a tener en cuenta durante estas sesiones?
Sí, en tu entusiasmo para dominarlo todo lo más rápido posible, sin darte cuenta podrías comenzar a tratar la práctica del Yoga como una competencia, en vez de un programa único de ejercicios. A menos que avances de manera sistemática y con cautela, eres propenso a sufrir lesiones en los músculos y experimentar incomodidad. Por ende, debes escuchar las señales que envía tu cuerpo, especialmente si eres nuevo en esta disciplina.
Ahora bien, el yoga y las comidas no son compatibles. Siempre toma un descanso de dos horas o dos horas y media después de una comida. Puedes beber agua, sin embargo. Alternativamente, se puede practicar una media hora antes de comer. Recuerda, que tu cuerpo necesita estar de pie, sentarse y acostarse, así como saltar, girar y torcerse.
Las técnicas de respiración deben ser correctas. Esto significa que necesitarás controlar tus inhalaciones y exhalaciones, haciéndolas superficiales o profundas de acuerdo con el tipo de ejercicio que se practica. Siempre debes mantener tu mente en la respiración. Una mente errante, agitada o distraída conducirá a alteraciones en el ritmo de la respiración. Podría ser una buena idea mantener los ojos cerrados, para que te sientas más relajado. Podrás ser capaz de profundizar en tu ser interior, mientras te mueves en un estado meditativo.
Usa ropa suelta. Todos los ejercicios, incluyendo el yoga, siempre deben hacerse en un ambiente de confort. Asegúrate de usar una alfombra en el piso. Ni tus pies ni tu cabeza deben estar en contacto con un piso desnudo, frío. A pesar de la tensión, trata de evitar apretar las mandíbulas, dedos de los pies o dedos de las manos durante tus sesiones de práctica. ¡Solo, déjate llevar! Por último, tampoco necesitas preocuparte por la secuencia de los ejercicios que se recomiendan a continuación. Puedes mantenerlo flexible. No obstante, la postura del muerto (shavasana) siempre se debe dejar para lo último; significa el final de tu programa de ejercicios.
Postura flexionada hacia delante (Padahastasana)
El estrés no solo está centrado en tu mente; puede estar afectando a todo tu físico y también a la forma de comportarte. Por lo tanto, a menos que sufras de lumbago o espondilitis, puedes seguir adelante con este ejercicio. Si eres susceptible a problemas del corazón o presión arterial, ten mucho cuidado.
De hecho, ¡te encantará la forma en que toda tu columna vertebral y tus músculos se estiran! Incluso tus órganos internos, incluyendo el estómago y el abdomen, recibirán un masaje muy necesario. Esto facilita la digestión, promueve la pérdida de peso, la circulación sanguínea saludable y un mejor funcionamiento del sistema nervioso (concentración y capacidad intelectual).
von Marcocarvalho (Eigenes Werk) [CC BY 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/3.0)], via Wikimedia Commons
Para empezar, párate derecho con la columna y la cabeza erguidas. Asegúrate de que tus pies se encuentran juntos. Los brazos deben estar descansando a los lados. Toma una respiración profunda. Mientras contienes el aliento, extiende las manos a los lados. Deben estar en línea con los hombros, las palmas de las manos hacia abajo. Ahora, elévalas por encima de la cabeza, de tal manera que los bíceps toquen tus orejas y las palmas de tus manos queden una frente a la otra. Comienza a exhalar. A medida que exhalas lentamente, lleva las manos hacia delante en una posición horizontal, paralela al suelo. Continúa el movimiento doblándote hacia delante, hasta que las palmas de tus manos se apoyen sobre el suelo. Cada palma debe estar al lado de un pie (puedes estirar tus manos hacia atrás o incluso sujetar tus tobillos, como variaciones). La frente debe descansar en tus rodillas. Quédate en esta posición por medio minuto o un minuto, respirando normalmente. Respira profundo una vez más, y eleva tu cuerpo lentamente a su posición vertical original con las manos alzadas por encima de tu cabeza. Mientras exhalas, baja tus manos y llévalas a descansar contra el tronco.
Postura del Triángulo (Trikonasana)
Puede ser mejor que te mantengas alejado de este ejercicio, si el dolor en la espalda baja o síntomas artríticos se acentúan demasiado. De lo contrario, sería prudente continuar la práctica regular de este asana particular. Puedes imaginarte el maravilloso impacto que tendrá en tu flexibilidad general. De hecho, aun cuando sigas subiendo y bajando los brazos, podrás sentir ese profundo estiramiento extendiéndose a lo largo de todo tu cuerpo. Si das la apariencia de estar jorobado al caminar, este ejercicio debe servir para mejorar tu postura. La postura del triángulo ayuda a mejorar la digestión, la densidad ósea y el tono muscular. Además de perder el exceso de grasa, también encontraras que el riesgo de desarrollar osteoporosis, fatiga, ansiedad y depresión se reducirá en gran medida.
By Kennguru (Own work) [CC BY 3.0 (http://creativecommons.>org/licenses/by/3.0)], via Wikimedia Commons
Una vez más, ponte de pie alto y recto. Mantén los pies separados por unos cuatro pies o menos. Deja que tus manos descansen al lado de tu cuerpo. Ahora, levanta ambos brazos, para que queden paralelos al suelo, inhalando profundamente todo el tiempo. A continuación, exhala. Mientras exhalas, flexiona el tronco hacia el lado derecho. Mantenlo doblado hasta que los dedos de tu mano derecha toquen tu pie derecho. Naturalmente, tu mano izquierda se levanta por sí misma, con los dedos apuntando hacia el techo. Asegúrate de que tu mano derecha, mano izquierda y el torso estén doblados en el mismo plano; no debe haber inclinado hacia adelante. Incluso los codos y las rodillas no deben doblarse. Inclina la cabeza hacia arriba y mira los dedos de tu mano izquierda. Permanece en esta posición durante unos 30 segundos más o menos. Alternativamente, puedes contar hasta ocho. Respira profundo y levanta tu cuerpo. Deja que los brazos vuelvan a su posición horizontal. Por último, al exhalar, baja tus manos al lado del cuerpo y pon los pies juntos. Tendrás que repetir todo el conjunto de acciones para el otro lado de tu cuerpo.
Postura del Perro Mirando Hacia Abajo (Adho Mukha Savasana)
Este ejercicio no es recomendable si estás embarazada (último trimestre) o sufres del síndrome del túnel carpiano. Ten cuidado si padeces de hipertensión arterial o experimentas diarreas con frecuencia.