¿Ensayo de andar por casa o manual de negocios? Ni una cosa ni otra.
Buenos días, pereza pretende decir por fin la verdad, toda la verdad, no la que algunos quieren hacernos creer. Y aquí está: hoy en día, ya nadie cree en la empresa. Por mucho que se esconda, la desmotivación es propia de todos los trabajadores del mundo que, como bufones de una máquina absurda y grotesca, sólo desean una cosa: cobrar su sueldo a fin de mes. Si la realidad es ésta, ¿qué debe hacerse? Sobre todo, nada: seamos individualistas e ineficaces y hagamos lo mínimo posible, mientras aguardamos a que todo este sistema se hunda.
Buenos días, pereza sólo tiene un objetivo activo: desmoralizarnos, en el sentido de hacernos perder la moral para que no tengamos ningún escrúpulo con la empresa. Nos ayuda a utilizarla, ya que hasta ahora ha sido ella la que se ha aprovechado de nosotros. Nos explica cómo se puede minar el sistema desde el interior sin que se note. Cínico y provocador, este libro describe la realidad actual del mundo laboral y establece una estrategia de supervivencia en un mundo, el de la empresa, totalmente absurdo y cruel.
Corinne Maier
Buenos días, pereza
Estrategias para sobrevivir en el trabajo
ePub r1.1
Sharadore 27.09.14
Título original: Bonjour paresse: De l’art et de la nécessité d’en faire le moins possible en entreprise
Corinne Maier, 2004
Traducción: Zoraida de Torres Burgos
Retoque de cubierta: Sharadore
Editor digital: Sharadore
Corrección de erratas: bvillasanti
ePub base r1.1
CORINNE MAIER (1963). La nueva heroína de la contracultura según el New York Times, es economista y psicoanalista. Actualmente trabaja a tiempo parcial en la compañía eléctrica de Francia (ÉDF) y dedica la mayor parte de sus energías al psicoanálisis y a la escritura, para disgusto de sus jefes.
Desde su aparición en una pequeña editorial francesa, en fecha tan emblemática para los trabajadores como el 1 de mayo, y desde las amenazas nada veladas de ÉDF a la autora en plena canícula, el libro se ha catapultado e instalado como número uno de ventas en su país y los derechos de traducción han sido cedidos a más de veinticinco lenguas.
Notas
[1] Soy algo cruel con los profesores universitarios, y es que me dan envidia, debo reconocerlo: aunque mi trabajo de ejecutiva es un chollo y está mejor pagado que el suyo, tiene menos glamour. En fin, aceptémoslo: algunos académicos, sobre todo los sociólogos, han producido estudios dignos de interés sobre la empresa privada.
[2] «Schmilblick» era un programa radiofónico muy famoso de la década de los setenta, que fue ridiculizado (y a la vez inmortalizado) por el humorista Coluche en un sketch del mismo nombre. La palabra schmilblick se emplea mucho en las empresas para evitar nombrar que se está haciendo cuando lo esencial es que esta tarea imprecisa avance.
[3] ¿Que a cuales? Vamos a sincerarnos: al psicoanálisis y a la escritura. Pero existen muchas otras actividades apasionantes (remuneradas o no, esa no es la cuestión): criar asnos, montar equipos de sonido ultramodernos, organizar fiestas, colaborar con una asociación, cultivar un viñedo, coleccionar fósiles, pintar, ligar en la playa…
[4] Sondeo realizado por IFOP para Gallup, citado en la revista Enjeux-Les Échos, nº 187, enero de 2003.
[5]Linguistrerie: neologismo de cosecha propia, inspirado en Jacques Lacan y creado a partir de una combinación de linguistique ('lingüistica’) y cuistrerie ('pedanteria’).
[6] Un bonito ejemplo de oxímoron, mi fórmula de estilo favorita, como verá más adelante el lector (véase «La cultura de empresa»).
[7] Alusión al poema «Inventario» de Prévert, donde cada estrofa termina con los versos: «Un raton— laveur», «deux ratons-laveurs»… ('un mapache’, 'dos mapaches’). (N. de la T.).
[8] Como fondo musical para un acontecimiento como este, propongo el siguiente himno: «¡Ah! Ca ira, ca ira, ca ira / Et le PDG on s’le paiera / Et si on s’le paie pas / On lui cassera la gueule / Et si on s’le paie pas / Sa gueule on lui cassera». [‘¡Ah! Saldrá bien, saldrá bien / Que se vayan al cuerno los jefes / ¡Ah! Saldrá bien saldrá bien / El presidente del Consejo se va a enterar / Y si no nos hace caso / Le romperemos la cara / Y si no nos hace caso / La cara le romperemos’]. Es una adaptación de una canción de Mayo del 68 titulada «La Grappignole», que a su vez se inspiraba en el himno revolucionario «La Grappignole». (Explicación: el decano de la Universidad de Nanterre, sede de numerosas protestas en aquellos tiempos agitados, se apellidaba Grappin).
[9] Autor de la obra L’Enterprise libérée [‘la empresa liberada’] (Duranod, 1993): ¡otro oxímoron! No hace falta decir que no recomendamos su lectura.
[10] No puedo negar que me encantan las canciones, y he hecho mío este himno citado por Georges Archier, Olivier Elissalt y Alain Setton en Mobiliser pour réussir, Éditions du Seuil, 1989: «Pour les cercles de qualité, fortement motivé tu seras / La méthode, tu respecteras / Le volontariat, tu favoriseras / Ton impatiance, tu maîtriseras / L’équipe , tu valoriseras / De leur travail, tu ne te mêleras / Ta confiance absolue, tu manifesteras / L’avarice , tu banniras / La vocation, tu susciteras». (‘Para entrar en los círculos de calidad, muy motivado estarás / El método respetarás / El voluntariado favorecerás / Tu impaciencia dominarás / El equipo valorarás / Con su trabajo no te meterás / Tu absoluta confianza le manifestarás / De la avaricia huirás / Y la vocación suscitarás’).
[11] ¡Se nota que por aquí ha pasado el Mayo del 68! La empresa lo aprovecha todo, incluso los asuntos que en cierto momento pudieron parecer liberadores frente a unos poderes y jerarquías esclerotizados.
[12] Recomiendo la lectura de mi anterior best-séller, Lacan suans peine Alain Stanké, 2002.
[13]Quarteron recuerda por su forma a doublon (‘doblete’) y tripon (‘triplete’), pero significa ‘cuarterón’ (medida de peso) y como término figurado y peyorativo, ‘pequeño número’, ‘puñado’. En este último sentido lo utilizó De Gaulle para denunciar el pronunciamiento militar de Argelia: «Un quarteron de généraux» (‘Un puñado de generales’). (N. de la T.).
[14]Enjeux-Les Échos, nº 189, marzo de 2003
Introducción
LA EMPRESA NO ES UN HUMANISMO
«Nunca trabajes», decía Guy Debord, el filósofo situacionista. Es un proyecto maravilloso, pero difícil de llevar a la práctica. Por eso tantas personas están contratadas por alguna compañía; durante mucho tiempo, la empresa, sobre todo la gran empresa, ha sido una generosa creadora de empleo. Curiosamente, el universo empresarial nos sigue pareciendo misterioso: ¿será quizás un asunto tabú? Hablemos de la empresa, por una vez sin falsos pretextos y sin retórica hueca.
¡Oídme bien, ejecutivos medios de las grandes sociedades! Este libro provocador pretende «desmoralizaros», en el sentido de haceros perder la moral. Os ayudará a utilizar en vuestro provecho la empresa que os emplea, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, que era ella la que se aprovechaba de vosotros. Os explicará por qué trabajar lo menos posible redunda en vuestro interés y cómo se puede minar el sistema desde el interior sin que se note.