Dominique van der Kaa, 2018
Traducción: Laura Soler Pinson
Editor digital: Titivillus
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Para aprender a calmar el llanto de tu bebé es esencial que comprendas lo que intenta transmitirte. ¿Tiene hambre? ¿Tiene frío o calor? ¿Siente miedo o atraviesa un momento de estrés? ¿Está simplemente cansado? Los bebés se valen del llanto para expresar todo tipo de emociones, y por ello conocer a tu hijo y sus reacciones es vital para el desarrollo de vuestra relación y de vuestra comprensión mutua.
Si estás deseando descifrar lo que pide tu hijo y quieres colmar sus necesidades pero no siempre eres capaz de lograrlo, esta guía de menos de una hora de lectura te permitirá conseguirlo. ¡Aprende a conocer las necesidades de tu bebé y haz que se sienta a gusto!
Te ofrecemos las claves para:
- comprender las distintas fases de llanto de los bebés;
- conocer los principales motivos por los que suele llorar un niño;
- ser capaz de responder a sus necesidades y tranquilizarlo rápidamente;
- entender los pasos básicos para guiar a tu bebé en su autogestión del llanto, al tiempo que le ayudas siempre que sea preciso;
- etc.
Dominique van der Kaa
Aprende a calmar el llanto de tu bebé
Las claves para responder eficazmente
a las necesidades de tu hijo
En 50 minutos
Salud y bienestar - 0
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Titivillus 28.07.2020
CÓMO CALMAR EL LLANTO DE UN BEBÉ
- ¿Problemática? Aunque el llanto forma parte integrante del desarrollo del recién nacido, para los padres es una fuente de preocupación importante. En efecto, puede generar tensiones en el día a día cuando ya no logramos controlarlo.
- ¿Meta? Comprender el llanto de tu bebé y ofrecer una respuesta eficaz.
- ¿Preguntas frecuentes?
- ¿Mi bebé tiene una rabieta cuando llora?
- ¿Por qué algunos lactantes siguen llorando después de que hayamos respondido a sus necesidades?
- ¿Qué hago si mi bebé llora por la noche?
- ¿Qué son los espasmos del sollozo?
- ¿Cómo gestiono un episodio de ira?
- ¿Cómo calmo el llanto de mi hijo si estoy fuera de casa?
Si bien es cierto que la llegada de un bebé es, ante todo, sinónimo de felicidad y de plenitud para los nuevos padres, los primeros meses pueden resultar agotadores, tanto en el plano físico como en el emocional. En efecto, en seguida nos vemos enfrentados a un primer reto considerable: el llanto del bebé. El lactante, que solo puede comunicarse a través de su voz, expresa todo lo que siente con su llanto, para gran desasosiego de sus padres, que no siempre comprenden el mensaje que les quiere transmitir. Entonces, llegan las preguntas, las dudas y la culpabilidad: «No soy un buen padre porque no logro calmar a mi bebé», «¿Me ocupo bien de mi hijo?», «¿Por qué no deja de llorar? ¡Si he seguido todos los consejos!».
Frente al sufrimiento de su lactante, al que no logran tranquilizar, algunos padres pueden sentirse culpables e, incluso, incompetentes, y terminan por alimentar una especie de rencor irracional hacia su hijo o por desarrollar conductas de evitación. Sin embargo, el llanto es un fenómeno normal y esencial para el desarrollo del niño. Cuando crezca, descubrirá otras formas de comunicarse y el llanto se volverá menos frecuente. Pero, por ahora, se trata de la única manera que tiene de informar de su malestar.
La forma en la que haya vivido sus primeras interacciones sociales y, más adelante, su primera educación, con la implementación de reglas que respetar tanto en casa como fuera de ella, le ayudarán a forjar su personalidad y le ofrecerán una buena base para dar y recibir amor. Por lo tanto, es fundamental que los padres acepten el llanto sin ignorarlo, que tengan una escucha reconfortante para responder de forma benevolente, lo que permitirá al pequeño disfrutar de un desarrollo equilibrado.
¿POR QUÉ LLORA MI BEBÉ?
El llanto de la primera infancia
El nacimiento es un momento de intensas emociones en el que el recién nacido y sus padres se conocen por primera vez. Tras haber abandonado el cómodo cascarón que constituía el útero materno, el niño descubre un mundo nuevo. Así pues, puede presentar un cierto desasosiego ante la multitud de nuevas sensaciones que experimenta: el hambre, la luz, el ruido, los cambios de temperatura, etc. Mediante un reflejo nervioso, contraerá todos sus músculos respiratorios y aspirará una bocanada de aire antes de soltarla en un grito penetrante: es la primera respiración.
¿Sabías que…?
Durante las primeras semanas de vida, el recién nacido grita y llora sin lágrimas, ya que sus conductos lacrimales todavía no están operativos.
Durante las semanas y meses que siguen a su llegada al mundo, el llanto sigue una curva de intensidad y de frecuencia que los especialistas llaman la curva del llanto. Así, se ha observado que el llanto y la cantidad media de agitación del recién nacido tienden a aumentar hacia la segunda semana de vida para alcanzar su punto máximo durante el segundo mes, normalmente hacia las 6-8 semanas, antes de disminuir y de estabilizarse hacia los 4-5 meses.
Esta curva del llanto presenta, entre otras, las siguientes características:
- se trata de un comportamiento universal que aparece en todas las culturas, e incluso en todas las especies de mamíferos. Por lo tanto, no es un fenómeno exclusivamente humano;
- aparece a la misma edad corregida en el prematuro, lo que supone una demostración de que estaría vinculada a la maduración;
- es estable desde hace varias décadas en las sociedades occidentales donde ha sido estudiada.
Durante las primeras semanas de vida del recién nacido, si analizamos el llanto y sus características, resulta muy difícil comprender qué lo ha provocado. Tan solo es una señal que transmite una información (necesidad, sufrimiento), pero no hay nada en particular que permita establecer la causa.
A partir del tercer mes, el lactante descubre otras formas para comunicarse, y sus llantos son menos frecuentes —salvo durante la erupción dental—. Esta etapa también marca el momento en el que los padres empiezan a diferenciar los distintos tipos de llanto y las necesidades a las que se asocian.
Hacia los 8-9 meses, el pequeño puede distinguir los rostros familiares y, a través del llanto, expresa su preocupación frente a una persona desconocida. Es lo que se llama la angustia del octavo mes, un fenómeno que demuestra un sólido apego a un adulto favorito.
Después, el pequeño sigue siendo muy sensible a las emociones. Su llanto puede ser una forma de manifestar su frustración o su ira cuando no logra hacer algo, cuando se ve superado por el cansancio, cuando se enfrenta a una negativa o cuando no entiende una decisión.
Una forma de expresar una necesidad
Un recién nacido no puede hablar y tampoco tiene la posibilidad de hacer gestos. Así pues, el llanto es la única manera que tiene para llamar la atención de sus padres e informarles de que necesita asistencia. Por lo tanto, el llanto constituye un elemento clave en la relación padre-hijo. Al reconocer esta señal y al responder adecuadamente, se construirá una relación de apego recíproca: el lactante asociará a sus padres con una respuesta satisfactoria y los padres serán recompensados con el apaciguamiento del llanto de su hijo.