A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2018
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Introducción
A veces sucede. En el autobús o en el supermercado, miramos a un señor grueso, de cierta edad, y pensamos «Ese debe llamarse Plácido, o quizá Raúl». Llamamos mentalmente Isabel a la muchachita de ojos color violeta y Rosa a la señora con el traje de lunares. O bien, al contrario, un nombre, unas cuantas sílabas, resulta ya suficiente para evocar a una querida amiga de la infancia, a la antipática profesora, al cartero gruñón. Sutiles tramas de recuerdos, impresiones resucitadas, ternuras y rebeliones sofocadas se materializan de súbito al escuchar determinados nombres.
Este libro está dedicado a todo el mundo, dado que todos poseemos un nombre (o dos, o tres), y en ocasiones sentimos la curiosidad de saber qué orígenes tiene, qué significa, qué personajes fueron los primeros en llevarlo o lo ilustraron a lo largo de los siglos; pero va dirigido en especial a quienes viven la delicada y deliciosa experiencia de la espera de un bebé, del que aún no conocemos nada (ojos, cabello, nombre...). Un pequeño ser que, además de la papilla y el nuevo pañal superabsorbente, necesitará toda su dulce firmeza, su atención y su ternura.
Un niño que nace es una hoja en blanco. Al crecer, decidirá entre hacerse médico o panadero, ser católico o abrazar el islamismo, casarse con Marina, Carlota o con nadie, vivir en Madrid o en Singapur. Pero el nombre, a pesar del discreto auxilio del diminutivo, permanece despiadadamente impreso en el pasaporte o en el permiso de conducir, probándole, precisa y machaconamente, que él es Anténor Escobar o Genoveva Molada.
Su primer acto de amor hacia ese bebé, todavía del tamaño de una lenteja, puede comenzar ya, regalándole un bonito nombre. Un nombre que le guste pero que, sobre todo, le guste mañana a él o a ella; un nombre ni demasiado largo ni demasiado incómodo, ni demasiado lleno de X, Y, Z, desesperación de los maestros y de los empleados del registro. Un nombre que quede bien con el apellido, que nunca provoque la risa ni ruborice. Un nombre feliz, que evoque imágenes de luz y que no hable de dolor, derrota ni defectos físicos. Ni demasiado corriente ni absurdo, actual pero no extravagante, o aceptado sin espíritu crítico por estar de moda.
El destino de todo el que nace está escrito en las estrellas, en las líneas de la mano, en los biorritmos, y el nombre representa un pequeño instrumento para acentuarlo o para modificarlo.
A
ADA
E TIMOLOGÍA E HISTORIA
Dos orígenes distintos para Ada: el hebraico adah (= alegre, feliz), y el germánico adel (= noble).
Este nombre, que la tradición considera afortunado, se celebra el 4 de diciembre y el 4 de mayo. Un personaje célebre fue la poetisa Ada Negri.
Diminutivos y variantes: Adelina, Adita.
C ARÁCTER Y DESTINO
Ada tiende al optimismo y a la alegría.
Bella, simpática, llena de encanto y segura de sí misma, vive alegremente sus sentimientos y sus delicadas emociones. Tranquila y dulce con su compañero, concede gran importancia a la vida familiar. Sabe dominar la cólera y se muestra siempre tranquila y serena; éxito en el arte y en el amor.
L A SUERTE
El número de la suerte de Ada es el seis, el contradictorio número de Venus; por consiguiente, el día propicio es el viernes; colores: verde, turquesa y rosa. Talismanes: un objeto de jade, una esmeralda, una pulsera de cobre, o bien una rosa. En las situaciones en las que la combatividad resulta imprescindible, a Ada le será útil llevar algo rojo.
ADALBERTO - ALBERTO - ALBERTA
E TIMOLOGÍA E HISTORIA
Nombre germánico (de athala = nobleza, y bertha = resplandeciente; pero quizá, jocosamente, de all = todo, y brecht = romper: que lo rompe todo) que tuvo una amplia difusión a partir de la Edad Media debido, probablemente, a muchos célebres personajes presentes tanto en el ámbito eclesiástico como nobiliario: del obispo de Praga al rey de Italia (hijo de Berengario), pasando por Alberto Magno, filósofo, teólogo, patrón de las ciencias naturales que nos dejó entre otras cosas cierta cantidad de «recetas» mágicas.
A Alberto están dedicadas muchas fiestas: el 5 y 21 de abril, el 4 de agosto, el 3 de septiembre y el 15 de noviembre. En cambio, el 23 de abril está dedicado sólo a él.
C ARÁCTER Y DESTINO
Adalberto es valiente y simpático, generoso y apasionado. Dotado de gran confianza en sí mismo, defiende a capa y espada sus ideas, a veces con cierta presunción. En el amor se muestra desconfiado y dotado de autocontrol. Manifiesta desde niño interés por casi todos los deportes.
Alberto también es inteligente, conciliador y ambicioso. Aparentemente frío, se muestra —para quien de verdad logra conocerle— abierto, simpático y sincero. Bastante caprichoso e irascible, valora tarde sus propias cualidades. Ama las aventuras amorosas pero tan pronto como se casa resulta un marido afectuoso y fiel.
Alberta es amable, servicial, devota; en ocasiones nerviosa, susceptible, muy curiosa. Fiel en los afectos.
L A SUERTE
Números propicios son: seis para Adalberto, uno para Alberto, cinco para Alberta. Los días afortunados son respectivamente el viernes, el domingo y el miércoles. Talismanes: un objeto de jade para Adalberto, de oro para Alberto y de platino para Alberta; también son ideales la cornalina y el ágata, sobre los que se grabarán una golondrina o una mariposa. Para todos es adecuado el perfume de lavanda.
ADÁN
E TIMOLOGÍA E HISTORIA
Dos son las fuentes etimológicas ocultas en el nombre de nuestro progenitor, predilecto hoy por protestantes y judíos: adam (hombre) y adamah (tierra). La fiesta del padre de la humanidad se celebra el 25 de diciembre. Otras fechas: 16 de mayo, 1 de junio y 29 de julio.
Es curiosa y bastante poco frecuente la versión femenina: Adana.
C ARÁCTER Y DESTINO
Adaptable, goloso y sociable, Adán resulta ser —según la tradición— el clásico hombre dominado por las mujeres. Hábil realizador, preciso, pedante; inclinado al estudio, las letras y las ciencias exactas. Le gusta viajar y, aunque no atribuye excesiva importancia al dinero, lo administra hábilmente. En amor tiende a planificar. Matrimonio tranquilo.