Datos del libro
©1994, Stuteley, Susan A.
©1994, Abdel
ISBN: 9788488925008
Generado con: QualityEbook v0.84
Generado por: Denu1992, 31/03/2018
PRESENTACION: EL DOBERMANN, ESE GRAN DESCONOCIDO
Al Dobermann o le amas o le temes; a nadie le es indiferente
Hemos de insistir en que el secreto de la raza es que, precisamente por su sensibilidad, docilidad y por su unión con su dueño, el Dobermann será siempre lo que este último quiera que sea. Si el dueño es un ser agresivo, hará que su perro —de cualquier raza pero sobre todo de las llamadas de «defensa»— sea agresivo. Pero al igual que sería injusto tildar a todos los dueños de agresivos, también lo sería tildar a todos los Dobermanns de serlo. Los psicólogos están de acuerdo en que si hay personas desequilibradas y agresivas, se debe en casi todos los casos a un mal ambiente en el seno familiar cuando esas personas eran jóvenes; lo mismo es plenamente aplicable al perro —y no sólo al Dobermann, por supuesto.
He querido reducir la sección técnica a un mínimo, pero aún así he creído oportuno incluir un pequeño estudio sobre la genética de la transmisión del color del pelaje del Dobermann y una explicación detallada del movimiento. El libro se completa con un corto resumen de algunas de las hembras reproductoras más importantes y con la trayectoria de cinco de los criaderos más históricos y relevantes de la raza.
Quisiera hacer constar mi agradecimiento a todos los que han colaborado en la confección de este libro:
A Erie van Dongen de «Dobermanns van Stevinhage» (Holanda) por su amabilidad al enviarme la información que le pedí acerca de los principios de su criadero, de sus perros y de otros dobermanns de su país, y sobre todo por haberme facilitado un buen número de las fotografías reproducidas en este libro, muchas de ellas inéditas.
A Iris Ohler de «Dobermanns von Nymphenburg» (Alemania), no sólo por haberme proporcionado la historia de su criadero sino por la documentación e información que me ha dado acerca de la evolución de la raza y por algunas de las fotografías antiguas que en este libro aparecen.
A Alison Kollenberg de «Dobermanns von Norden Stamm» (de Australia) por sus fotografías y por el resumen que hizo hace ya algunos años de la trayectoria de «von Norden Stamm», uno de los criaderos de mayor renombre en todo el mundo.
Y muy particularmente quisiera agradecer la colaboración de un nuevo pero verdadero aficionado a la raza, Nacho Bañares, por todos los dibujos y caricaturas. Una vez más se ha podido demostrar que «vale más una imagen que mil palabras», y estoy convencida de que el lector podrá asociar el sentido de estas imágenes con alguna experiencia o impresión propia.
Mi agradecimiento se extiende asimismo a todos aquellos que han tenido la gentileza de responder a mi ruego de enviar alguna fotografía de sus perros para este libro, y a los distintos criadores que han estado dispuestos a compartir algunos de sus secretos de crianza conmigo.
SUSAN A. STUTELEY
CAPITULO 1: LOS ORIGENES DEL DOBERMANN
Todos los dibujos incluidos en este capítulo han sido hechos por Nacho Bañares.
LA RAZA QUE DEBE SU NOMBRE A SU CREADOR
Sería muy fácil decir que el Dobermann se creó al cruzar unos perros de unas razas determinadas entre sí y que las cosas quedaron tal cual hasta hoy en día. Pero esto es imposible en el casó del Dobermann (e incluso en el de muchas otras razas), y nadie puede asegurar cuáles fueron las bases que empleó su creador, K. LOUIS DOBERMANN (1834-1894).
En el siglo pasado, los perros se valoraban no por su belleza sino por su utilidad: algunos por su fuerza a la hora de tirar de un carro, otros por su fiereza, otros por su velocidad para la caza, etc. Nuestro Herr Dobermann fue vigilante nocturno y, tras otros oficios, llegó a ser cobrador de impuestos. También fue el encargado de la recogida de los animales abandonados y vagabundos, a los que debía sacrificar si no eran reclamados a los tres días de su captura.
Teniendo en cuenta los peligros que corría en su trabajo como cobrador, y debido a su contacto con los perros abandonados, comenzó a interesarse por éstos con el fin de proporcionarse un perro que le defendiera. Fue así como en 1880 comenzó a criar, dedicándose a ello hasta el año 1894 en que murió.
Según su hijo Robert, Herr Dobermann tenía una hembra tipo PINSCHER ALEMAN pero con el pelo gris y muy lanoso, llamada «WATTENROCK». Esta hembra fue cubierta por un PINSCHER ALEMAN produciendo la hembra «BISMARCK» (cuyo nombre fue cambiado más tarde a «BISART») que tenía unas manchas amarillentas. Se cree que «BISART» fue la hembra base del programa de cría de Herr Dobermann.
«BISART» fue cruzada a su vez con otros Pinschers Alemanes, y en su primera camada, entre los cachorros negros, tuvo algunos de color gris.
Dijo Robert Dobermann que, al ver un perro negro con manchas amarillas, la gente de la región de Apolda tenía miedo. Herr Dobermann se refería a ellos como «mis perros», por lo que al cabo del tiempo fueron conocidos como los «pinschers de Dobermann». (Curiosamente en algunos países todavía la raza se llama oficialmente «Dobermann Pinscher»).
GRAF BELLING y GERHKDE VON GRÖNLAND. De antecedentes desconocidos, GRAF BELLING VON GRÖNLAND, (llamado también «Graf Belling von Thüringen») nació en octubre de 1898, siendo el primer Dobermann inscrito en el Libro de Orígenes de Alemania con el número NDZB 1.
Max Kürstler, amigo íntimo de OTTO GÖLLER, dijo en 1925 que en vez de «Dobermann Pinscher», la raza debería llamarse APOLDAUER PINSCHER o bien THÜRINGER PINSCHER, indicando así su origen geográfico porque por aquel entonces la raza había evolucionado y ya no se parecía en nada a los pinschers de Herr Dobermann.
La verdad en cuanto al origen de la raza es difícil de hallar, ya que la historia de sus principios resulta contradictoria y basada en rumores de la gente local. Se han mencionado muchas razas como componentes de la misma, las cuales se indican a continuación, pero tal vez lo más sensato sería basarnos en una investigación llevada a cabo por el Dobermann Club Alemán en el año 1933 en el curso de la cual se consultó a algunos viejos criadores y a sus hijos. Entre ellos figuraban GOSWIN TISCHLER (1859-1939), criador del afijo «VON GRÖNLAND (quien conoció personalmente a Herr Dobermann) y el hijo de este último, Robert. Después de un estudio meticuloso, el Dobermann Club Alemán pronunció su veredicto: «El antepasado por excelencia del Dobermann es el Pinscher Alemán».
Otto Gallar (1852-1922), del afijo «VON THÜRINGEN», juez de la raza y aquel que más hizo para que ésta fuese reconocida como tal, fue el fundador del primer «club» de la raza y un criador muy activo, cuyos perros fueron vendidos por toda Alemania. En las primeras exposiciones que contaban con la presencia del Dobermann, todos comentaron la uniformidad del tipo de los ejemplares y, por lo tanto, la raza fue «admitida». Estas primeras exposiciones celebradas en Alemania fueron las de Erfurt (1897), Berlín (1899) y Apolda, región originaria de la raza (1900).