C. Terry Warner
ATADURAS
QUE LIBERAN
Una guía para transformar nuestras relaciones
y descubrir el verdadero yo
PALABRA
Título original: BONDS THAT MAKE US FREE. Healing Our Relationships Coming to Ourselves
Copyright © 2001 The Arbinger Institute, Incorporated
Spanish translation © 2016 Ediciones Palabra, S.A.
Published under license from Shadow Mountain.
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© Traducción: Almudena Ligero Riaño
Diseño de portada: Raúl Ostos
Diseño de ePub: Erick Castillo Avila
ISBN: 978-84-9061-366-5
Todos los derechos reservados
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.
Para Susan,
mi alma gemela ahora y siempre.
Prólogo
Las personas pueden cambiar de forma decisiva, no solo en su comportamiento externo, sino también en su corazón. He llegado a esta conclusión después de haber vivido desde fuera las experiencias transformadoras de numerosos individuos. Y digo desde fuera porque yo tuve muy poco que ver con el cambio que experimentaron esas personas. Cambiaron por sí mismas. Esta ha sido la parte más satisfactoria del trabajo en el que he tenido el placer de participar. La posibilidad de superar problemas muy profundos, tanto personales como interpersonales, reside en la capacidad de cada uno de nosotros.
* * *
Hay mucha gente que cree que esto no es posible. La mayoría está convencida de que nuestra estructura genética y nuestras experiencias vitales determinan el tipo de persona en la que nos convertimos. De ahí que cualquier cambio que suframos siempre será de comportamiento, no emocional ni de actitud. También los libros de autoayuda que nos ofrecen seductoras promesas de una vida transformada suelen centrarse, cuando se los examina cuidadosamente, en lo exterior más que en el interior.
Pero, si somos capaces de cambiar de manera fundamental, ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué seguimos atrapados en la ansiedad, la desconfianza, el recelo o la ira, si todos somos capaces de comportarnos de forma diferente? La respuesta a esta pregunta tan fascinante es que nosotros mismos creamos nuestros propios problemas emocionales y nos quedamos atrapados en ellos por un motivo, un motivo que hallamos más importante que nuestra propia felicidad. Y nos engañamos negando esta realidad. Nosotros mismos participamos en la creación de nuestros conflictos emocionales y negamos el hecho de que somos partícipes de ellos. En lo que se refiere a nuestras emociones y actitudes más problemáticas, somos nuestro peor enemigo.
Desde la época a la que se remonta la memoria intelectual de nuestra civilización, las personas más reflexivas han intentado comprender por qué hacemos algo semejante. ¿Qué razón puede haber para que nos neguemos a cambiar, si somos capaces de ello? Esta ha sido la cuestión que más me ha motivado a la hora de escribir este libro. Pienso que, si encontramos una respuesta razonable a esta pregunta, podremos dejar de engañarnos sobre nuestra vida y realizar los cambios necesarios para hallar el bienestar. Aunque mi perspectiva ha sido teórica, mi objetivo final es ayudar a la gente, empezando por mí mismo.
Así que, con la ayuda de algunas personas que mencionaré en el apartado de Agradecimientos, he ahondado en esta nueva forma de psicología. He dedicado muchos años a mis investigaciones, primero en la Universidad de Brigham Young, así como en el Linacre College de la Universidad de Oxford. En ocasiones sentía que estaba progresando y muchos profesionales me ofrecían su apoyo. Pero mis colaboradores y yo acabamos descubriendo que, examinados detenidamente, cada uno de nuestros «logros teóricos» adolecía del mismo problema que sus predecesores. Finalmente nos dimos cuenta de que eran nuestros propios autoengaños los que dificultaban la comprensión de nuestro objeto de estudio. Entendimos que, al ser una pandilla de engañados, nos costaba entender el mecanismo del autoengaño. No podríamos alcanzar nuestro objetivo a menos que fuéramos más sinceros con nosotros mismos. De manera que nuestra investigación se volvió más personal y ética: discretamente y de forma individual, intentamos ser mejores personas de las que éramos.
* * *
A medida que íbamos aportando soluciones a los problemas teóricos, nos decidimos a crear un método para enseñar a las personas a ver su propia vida de forma clara y honesta. Comenzó como respuesta a las consultas de ciertos psicólogos y directivos de empresas y de otras organizaciones. Aquello nos llevó a formar a individuos y parejas y luego a formar a otras personas para que pudieran también enseñar el método. Nos hicimos llamar el Instituto Arbinger.
Para nuestra sorpresa, descubrimos desde el principio que prácticamente la mayoría de los participantes en nuestras clases experimentaron, en mayor o menor medida, algo parecido a un cambio fundamental, un cambio en el corazón. Sin la guía ni la presión del profesor, sino simplemente por el hecho de reflexionar sobre las historias reales y las explicaciones que compartíamos, los alumnos lograban darse cuenta de su responsabilidad en una relación conflictiva y a menudo se animaban a compartir su experiencia. La honestidad total consigo mismos les permitía percibir hasta qué punto eran responsables de los pensamientos y las emociones que les habían estado torturando. Y, al descubrir la verdad y ser capaces de compartirla, su corazón comenzó a experimentar un cambio.
Tal vez pienses que estudiar un tema como este puede resultar desagradable, pero no es así. Los que escuchaban las historias personales reaccionaban riéndose. No burlonamente, sino con alegría. No se reían de las personas que contaban dichas historias, sino con ellas. Porque se reconocían en las historias de los demás: cada una de aquellas historias era, salvo por algunos detalles, la suya propia. Al escucharlas, recordaban situaciones de su propia vida sobre las que hasta entonces no habían reflexionado honestamente. Descubrían, con alivio y alegría, que sus miedos acerca de sí mismos y su recelo con respecto a los demás –es decir, las emociones que les torturaban– desaparecían.
* * *
He intentado abordar la escritura de este libro con el espíritu de las clases del Instituto Arbinger que acabo de describir, incluyendo algunas de las numerosas y enriquecedoras historias que han compartido con nosotros muchas personas a lo largo de casi un cuarto de siglo. Si reflexionas sobre ellas, es muy posible que estas historias reales te resulten más útiles que las explicaciones que las relacionan. (En ocasiones he cambiado los nombres y otros detalles de las historias, incluidos los nombres de los niños, para proteger su privacidad). Y tus propias historias, que acabarán surgiendo por la fuerza de la verdad, serán las más importantes. Es más, el efecto de tus propias historias se intensificará si las pones por escrito: los fragmentos de tu historia personal, escritos con honestidad, pueden obrar milagros terapéuticos. Si eres como los alumnos de nuestras clases y las numerosas personas que han leído los materiales que tengo el placer de compartir contigo, comenzarás a concebir tu propia vida de forma diferente, según vayas reflexionando sobre lo que lees. Y, en el proceso, te darás cuenta de que has cambiado.
Me gustaría añadir algo sobre las explicaciones que se intercalan entre las historias: es lo que diferencia este libro de otros trabajos sobre temas similares. A medida que las personas logran una comprensión profunda y verdadera de sus acciones y actitudes, sus autoengaños desaparecen y pueden discernir con claridad la manera de superar los problemas por sí mismos. Por el contrario, si a esas personas se les dice lo que tienen que hacer, ya no pueden actuar libremente. Solo les queda o bien aceptar ciegamente lo que se les dice, o bien rechazarlo, también ciegamente. Una comprensión correcta de la razón por la que sentimos, pensamos y actuamos como lo hacemos nos ayuda a ser libres. El desarrollo de esa comprensión es el objetivo de mis explicaciones.
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