Howard Gardner (1943) es conocido en el ámbito de la educación por su teoría de las inteligencias múltiples; realizó estudios en psicología y neuropsicología en la Universidad de Harvard, donde actualmente es profesor e investigador. Ha publicado varios artículos y libros, entre los que se encuentran Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica,La inteligencia reformulada y Arte, mente y cerebro.
SECCIÓN DE OBRAS DE PSICOLOGÍA, PSIQUIATRÍA Y PSICOANÁLISIS
Dirigida por Ramón de la Fuente
ESTRUCTURAS DE LA MENTE
Traducción de
SERGIO FERNÁNDEZ ÉVEREST
HOWARD GARDNER
Estructuras de la mente
La teoría de las inteligencias múltiples
Primera edición en inglés, 1983
Segunda edición en inglés, 1993
Primera edición en español, 1987
Segunda edición, aumentada, 1994
Tercera edición, 2016
Primera edición electrónica, 2016
Diseño de portada: Laura Esponda Aguilar
© 1993, Howard Gardner
Publicado por Basic Books, división de Harper Collins Publisher, Inc., Nueva York Título original: Frames of Mind. The Theory of Multiple Intelligences D. R. © 1987, Fondo de Cultura Económica
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ISBN 978-607-16-3478-8 (mobi)
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SUMARIO
A
Ellen
PRÓLOGO A LA EDICIÓN
DEL DÉCIMO ANIVERSARIO
Todo autor sueña con que el libro en que trabaja siga una espléndida trayectoria. Sin embargo, mientras escribía Estructuras de la mente, nunca imaginé que el texto sería recibido de modo tan efusivo en ámbitos tan diversos de tantos países. Y menos aún esperé tener el privilegio de escribir el prólogo a la edición del décimo aniversario de la obra.
Mientras trabajaba en Estructuras de la mente, pensaba en él sobre todo como una contribución a mi propia disciplina de la psicología del desarrollo y, de manera más general, a las ciencias cognitivas y conductuales. Deseaba ampliar las nociones de inteligencia hasta incluir no sólo los resultados de las pruebas escritas sino también los descubrimientos acerca del cerebro y de la sensibilidad a las diversas culturas humanas.
Aunque analicé las implicaciones educativas de la teoría en los capítulos finales del libro, mi enfoque no se dirigía al salón de clases. Sin embargo, el libro ha ejercido de hecho una considerable influencia en los círculos educativos: mis colegas del Proyecto Cero de la Universidad de Harvard y yo hemos emprendido diversos experimentos educativos inspirados en la teoría de las inteligencias múltiples (I. M.), y se han hecho muchos otros intentos por aplicarla en ámbitos educativos particulares. En el volumen que acompaña al presente libro —Multiple Intelligences: The Theory in Practice (Gardner, 1993a)—
reviso los modos más importantes en que la teoría se ha incorporado al discurso educativo contemporáneo.
En este nuevo prólogo a Estructuras de la mente (que reúne fragmentos del prefacio a la primera edición en rústica de 1985), persigo cinco propósitos: resumir los principales temas de Estructuras de la mente; situar la teoría de las I. M. dentro de la historia de los estudios acerca de la inteligencia; vincular Estructuras de la mente con mi obra más reciente; responder algunas de las principales objeciones que se han formulado en contra de la teoría de las I. M., y proyectar mi posible obra futura. Al final de este prólogo se proporcionan referencias bibliográficas de los materiales que no se abordan a fondo en el cuerpo del texto.
PRINCIPALES TEMAS DE ESTRUCTURAS DE LA MENTE
En la época en que escribí Estructuras de la mente, no había considerado hasta qué punto la mayoría de las personas mantiene dos suposiciones acerca de la inteligencia: la primera, que se trata de una capacidad general, única, que todo ser humano posee en mayor o menor medida, y que, sin importar cómo se defina, puede medirse mediante 10
instrumentos estándar, tales como las pruebas escritas. Con el fin de ayudar a que los nuevos lectores se aproximen a la obra, y a que se abandonen estas ideas que aunque estén generalizadas son insostenibles, le pediré a usted que lleve a cabo dos experimentos mentales.
En primer lugar, trate de olvidar que alguna vez oyó hablar del concepto de inteligencia como propiedad particular de la mente humana, o de ese instrumento denominado prueba de inteligencia, que supuestamente la mide de manera definitiva. En segundo lugar, recorra mentalmente el mundo y piense en todos los papeles o “estados terminales” —profesionales y de pasatiempo— que han sido objeto de encomio para las culturas de distintas épocas. Piense, por ejemplo, en los cazadores, pescadores, labriegos, chamanes, líderes religiosos, psiquiatras, jefes militares, líderes sociales, atletas, artistas, músicos, poetas, padres de familia y científicos. Considere de cerca los tres estados terminales con los que empiezo Estructuras de la mente: el marinero puluwat, el estudiante del Corán y la compositora parisiense que trabaja en su computadora personal.
En mi opinión, si hemos de abarcar adecuadamente el ámbito de la cognición humana, es menester incluir un repertorio de aptitudes más universal y más amplio del que solemos considerar. A su vez, es necesario permanecer abiertos a la posibilidad de que muchas de estas aptitudes —si no la mayoría— no se presten a la medición por métodos verbales que dependan en gran medida de una combinación de capacidades lógicas y lingüísticas.
En virtud de lo anterior, he formulado una definición de lo que denomino una
“inteligencia”: la capacidad de resolver problemas o de crear productos que sean valiosos en uno o más ambientes culturales. Se trata de una definición que nada dice acerca de las fuentes de tales capacidades o de los medios adecuados para “medirlas”.
A partir de esta definición, y apoyándome en especial en pruebas biológicas y antropológicas, presento entonces ocho criterios distintos para definir una inteligencia.
Como se establece en el capítulo IV, estos criterios comprenden desde el aislamiento de una facultad como resultado de una lesión cerebral hasta la susceptibilidad que puede mostrar cierta capacidad para codificar en un sistema simbólico. Más adelante, en la segunda parte del libro, describo con detalle las siete inteligencias consideradas: las inteligencias lingüística y logicomatemática, que de tantos privilegios gozan en las escuelas hoy en día; la inteligencia musical; la inteligencia espacial; la inteligencia cinestesicocorporal, y dos formas de inteligencia personal: una que se dirige hacia los demás y otra que apunta hacia la propia persona.
Después de presentar las inteligencias y describir sus respectivos modos de operación, expongo una crítica de la teoría según las deficiencias que me parecieron más evidentes en el momento de la redacción. Concluyo con algunas consideraciones acerca de cómo se desarrollan las inteligencias —o pueden llegar a hacerlo— dentro de una cultura, y de cómo se pueden utilizar en diversos ambientes educativos.
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