Abbie Hoffman - Roba este libro

ABBIE HOFFMAN

Traducido por Inés Campillo y Jorge Sola

DROGA GRATIS

Como probablemente sepas, la mayoría de drogas son ilegales, así que comprar y vender siempre implica algunos riesgos. «Vigilancia constante, desconfianza constante, y movilidad constante son las reglas de oro de la supervivencia», decía el Che Guevara, y a ningún otro mundo se aplican con tanta necesidad como al mundo de la droga. Si alguna vez tienes la más mínima duda sobre la persona con la que estás tratando: NO LO HAGAS.

Comprar

Si compras droga, los arrestos no son problema, a menos que te conviertan en el cabeza de turco de una redada contra el traficante. El mayor peligro es que te estafen. Compra siempre a un amigo o a un camello respetable. Si tienes que hacer negocios con un extraño, sé extremadamente cuidadoso. Nunca pagues por adelantado. Uno de los trucos del timador: cogerte el dinero, pedirte que esperes y salir pitando con tu pasta. Todo timador utiliza varios trucos de distracción. El más común es pedirte que camines con ellos unas cuantas manzanas y pararse luego frente a un edificio de apartamentos. Entonces te dice que la droga está arriba y te pide que le entregues el dinero por adelantado. Te explica que el verdadero desconfiado es su compañero, porque les hicieron una redada una vez y ahora no deja que nadie entre al apartamento. Coge tu pasta y desaparece por el interior del edificio, escapa por la puerta trasera o por el tejado, donde le espera su helicóptero de huida. Y tú te quedas en la acera con ojos ansiosos y un sentimiento de «no me puede estar pasando esto».

Otro chanchullo es sustituir la marihuana por orégano, perejil o albahaca, el hachís por mierda de camello y el ácido por sacarina o simples pastillas. Si te dieron gato por liebre con heroína o speed, mejor para ti que te hayan timado, porque esas son drogas muy jodidas para el cuerpo, que te pueden echar a perder totalmente. La gente que trafica con ellas son cerdos totales y así deberían ser considerados. Cuando vayas a comprarle droga a extraños, ten en cuenta que tienes derecho a probar gratis la mercancía, a menos que sea cocaína. Comprueba el peso de la hierba con una pequeña báscula de bolsillo. Siente la textura y fíjate en si está bien limpia de semillas y ramitas. Fúmate un porro con la mierda que te den. No aceptes la que el camello se saque del bolsillo. Cuando compres gran cantidad de ácido, prueba una muestra. Nunca debes comprarle ácido a un extraño, porque es muy fácil de adulterar.

Si compras cocaína, lleva contigo una lámpara ultravioleta. Solo las impurezas brillan a la luz de su fluorescencia, lo que te dará una idea de la calidad de la coca. Asegúrate de que es auténtica. Esnifar cocaína puede acabar perforándote las fosas nasales, así que modérate. Demasiada te matará. Un poco da mucho de sí.

Vender

Traficar, a pesar de ser peligroso, es una estrategia de supervivencia libre de impuestos, aunque linda con el trabajo. La mejor manera de empezar es ahorrar un poco de pasta y comprar una cantidad mayor de la que normalmente pillas. Luego la puedes vender en pequeñas cantidades a tus amigos. Cuantos menos extraños tengas que tratar, más seguro estarás. El precio de la droga varía según la cantidad de mierda que haya en el mercado de tu zona, el celo de los narcos y las conexiones que tengas. Una escala de precios aproximada para, por ejemplo, la hierba es 20 dólares por onza, y 230 dólares por kilo. El precio por gramo disminuye en función de la cantidad que pilles. Es cierto que sacas más beneficio vendiendo por porciones de onzas, pero el lío es mayor y cuantos más contactos tengas que hacer, más aumentará el riesgo. Joder a tus clientes demostrará traer mal karma (a menos que estés considerando morir de forma elegante), así que mantente fiel al tráfico honesto. Nunca trafiques desde tu apartamento y evita guardar tu alijo allí. Investiga cuáles son los mejores mercados, que normalmente están en California, por su proximidad al viejo México. Kansas también es un gran centro de distribución de la hierba mexicana. Puedes enviar el material (mejor que transportarlo) vía transporte aéreo dentro del país por unos 30 dólares la caja. Tanto el punto de envío como el de recepción deben dar la impresión de ser lugares limpios. Tenemos un colega que se viste de cura para enviar y recibir droga. De hecho, cada vez que vemos monjas o curas por la calle, suponemos que son proscritos de camino a su nuevo trapicheo o bombardeo. Hasta donde sabemos, la iglesia no es en realidad más que un enorme cártel de droga disfrazada. ¿Alguien se ha colocado con las obleas de la comunión últimamente?

Evita las drogas en vena.

La única droga que merece la pena chutarse es Richard Nixon.

Cuando estés hablando de tratos por teléfono, mantente tranquilo. Refiérete a las entradas de cine o a las suscripciones. No des mucha información sobre tus actividades y contactos. Utiliza pseudónimos siempre que puedas. Nunca hagas tratos con otras dos personas presentes. Solo deberíais estar tú y el comprador, sin nadie alrededor. Los estupas hacen redadas de dos en dos, para que uno pueda ser el agente que arresta y otro hacer de testigo judicial. Al traficar te enfrentas al dilema de conseguir una buena cantidad de mierda, pero intentando no ir demasiado rápido; de hacer nuevos contactos, pero teniendo cuidado de los extraños; de conseguir buena calidad y bajos precios; y de ser a la vez audaz y prudente. Si te echan el guante, consigue al mejor abogado especializado en drogas. Los delincuentes primerizos rara vez terminan cumpliendo condena, pero con los reincidentes es otro cantar. Aprende cuán punitivos son los tribunales y a qué jueces y fiscales se puede comprar. Nunca trafiques durante el mes previo a las elecciones. Para una información completa de cómo evitar que te trinquen y qué hacer si lo hacen, lee The Drug Bust (reseñado en el Apéndice).

Regalar

Regalar droga puede ser un auténtico alucine. Todo traficante debería pagar unos impuestos voluntarios a la nueva Nación. Si eres un traficante concienciado, debes estar dispuesto y deseoso de dar una buena parte de tu alijo para eventos especiales o a grupos para que lo distribuyan gratuitamente. También debes ser capaz de dar pasta a los fondos antiarrestos creados para rescatar a quienes no son capaces de reunir el dinero que exijan los alcoholizados tribunales. Muchos grupos han hecho enormes envíos de porros a todo tipo de personas. Un grupo en Nueva York envió un día de San Valentín 30.000 porros a personas de la guía telefónica. Un grupo de Los Ángeles colocó más de 2.000 porros en libros de bibliotecas y luego aconsejó a los muchachos que se fumaran un libro durante la Semana Nacional de las Bibliotecas. Sé discreto incluso regalando mierda, ya que tiene la misma consideración que el tráfico en la mayoría de los estados. John Sinclair, presidente del Black Panther Party, está cumpliendo entre 9 y 10 años de condena por regalar dos porros.

La marihuana es una mala hierba y, como tal, crece en todo tipo de climas y de suelos. Hemos visto cómo crecían hectáreas y hectáreas de hierba en Kansas, Iowa y Nueva Jersey. Si no tienes la suerte de estar al lado de uno de esos enormes campos en los que crece marihuana silvestre, quizás tengas éxito cultivando la tuya propia. ¡Merece la pena intentarlo!

Lo primero es empezar con un puñado de semillas de buena calidad de una hierba que te guste especialmente. Selecciona las semillas más grandes y colócalas entre dos servilletas u hojas de papel secante resistentes en una bandeja. Pon las servilletas en remojo en agua hasta que estén completamente empapadas. Cubre el recipiente o colócalo en un armario oscuro durante tres días o hasta que aparezcan brotes de alrededor de un centímetro de la mayoría de semillas.