Introducción
La epigenética empezó a apasionarme hace unos diez años, después de leer un artículo de Jean-Claude Ameisen, biólogo y presidente del Comité Ético del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica. Tuve, además, la oportunidad de estudiar con él en profundidad el impacto de la epigenética en nuestra salud y en la ralentización del envejecimento en el marco de diversos grupos de debate e intervenciones públicas a propósito de las biotecnologías y del futuro de la medicina. Nuestros intercambios de opinión me incitaron a escribir varios artículos sobre el tema y algunos capítulos en mis últimos libros.
Asimismo, he publicado un vídeo en YouTube en respuesta a la pregunta del periodista Éric Jouan en la Université de la Terre, en marzo de 2013, en presencia Ese breve vídeo ha sido compartido miles de veces por los internautas a través de Facebook, Twitter y numerosos blogs, lo cual indica que el público en general ha percibido todo el interés de esta nueva disciplina de vivir bien.
Como resultado de mis investigaciones, mis lecturas y mis reuniones, me he dado cuenta, de manera gradual, de que el alcance de la epigenética iba mucho más allá de nuestro c uerpo. Si es posible actuar sobre un sistema tan complejo como un organismo vivo, ¿por qué no aplicar la epigenética a otro sistema especialmente complejo? Me gustaría hablar de la sociedad en la que vivimos, trabajamos y actuamos.
El objetivo de este libro no es únicamente ayudarte a org anizar mejor tu vida y a darle sentido, sino que aspira a que puedas coordinarte mejor con los demás para influir en la soci edad. Efectivamente, incluso en una democracia como la nuestra, los sistemas electorales tradicionales no son sufici entes para traducir eficazmente la voluntad y las aspiraciones políticas de los ciudadanos. Muchos de nosotros deseamos que la democracia representativa actual evolucione hacia una democracia participativa. En este libro explico por qué y de qué manera es posible aplicar los principios de la epigenética para actuar sobre el ADN de nuestras sociedades y, de ese modo, modificar su expresión.
Antes de la aparición de la epigenética, la mayoría de los biólogos estaban convencidos de que los seres vivos no eran más que el resultado de sus genes. Sin embargo, desde hace poco somos conscientes de que disponen de un verdadero potencial de acción en el genoma (el conjunto de los genes del organismo). En efecto, nuestro ADN pue de verse influido por nuestro entorno personal: nutrición, ejercicio físico, vida social y amorosa, familia, lugar de residencia, estrés…
Más allá de la genética, la epigenética es, indudablemente, uno de los descubrimientos más importantes de los últimos veinte años en el campo de la biología. Investigaciones recientes han demostrado que el programa del ADN podría expresarse, inhibirse o modularse por el comportamiento de los seres vivos. Parece, asimismo, que diversas enfermedades y trastornos mentales podían estar relacionados con cambios epigenéticos. Estudiar el epigenoma y su regulación se revela, por tanto, como esencial para la comprens ión de lo que es la buena salud.
Gracias a la epigenética, conoceremos de ahora en adelante las reglas científicas de base que permiten actuar mucho más rápidamente sobre nuestro cuerpo. Cientos de laborato rios de todo el mundo analizan ya el papel de la epigenética en el tratamiento del cáncer, la ralentización del envejecimiento, la mejora de la salud y el mantenimiento de una salud equilibrada, lo que nos permite protegernos frente a las enfermedades microbianas, virales e incluso las degenerativas vinculadas a la edad. La epigenética abre, además, una nueva vía a la responsabilidad y la libertad de los seres humanos.
El reto, por tanto, es conseguir gestionar el cuerpo mediante la epigenética. Para actuar sobre el cuerpo y sobre la vida es necesario entender las instrucciones de uso. La idea de esta obra es, asimismo, explicar cómo poner en práctica las reglas del bionomio, es decir, la economía del cuerpo en todos los ámbitos de la vida para prevenir mejor las enfermedades, envejecer jóvenes y con buena salud, más que simplemente vivir más tiempo.
¿Y qué sucede en el ámbito social? El ecosistema de información
¿Y si los «usuarios-neuronas» que representan los internautas ostentasen ese poder sin ser aún conscientes de ello? ¿Y si surgiesen modificaciones epigenéticas del conjunto de comportamientos de los internautas? En tal caso, tendríamos la capacidad de cambiar no lo que el biólogo británico Richard Dawkins denomina genes sociales , sino los memes y, además —¿por qué no?—, de modificar el ADN social. Pero ¿cómo asegurarnos de que los efectos combinados de las acciones de los internautas y de los memes dentro del organismo de internet sean positivos para la demografía, las libertades y el futuro de la humanidad?
Sobre el principio de la analogía genes/memes o genética/memética, propongo establecer una relación entre epigenética y epimemética . Por epimemética entiendo «el conjunto de modificaciones de la expresión de los memes del ADN social a través del comportamiento de las personas en una sociedad, una empresa o cualquier forma de organización humana». Estas modificaciones se expanden gracias a las redes de comunicaciones tradicionales, pero, sobre todo, digitales. Gracias a las redes sociales, el comportamiento de los usuarios, los electores, los políticos, los industriales, los científicos… puede modificar el ADN social (de una empresa, de una asociación…). Al utilizar esas redes como verdaderos centros de poder y orientar colectivamente nuestros comportamientos hacia un mismo fin, colaboramos en una «regulación participativa ciudadana conjunta». Una auténtica oportunidad para que el ciudadano pueda evaluar las acciones de las personas que representan a la sociedad o que actúan en su nombre y que sean o no elegidas democráticamente.