La bioenergética es un modo de entender la personalidad humana, una manera de conocernos mejor a nosotros mismos y saber qué procesos energéticos intervienen en nuestro organismo.
Es también una forma de terapia que combina el trabajo con el cuerpo y la mente, de cara a ayudarnos a resolver nuestros problemas emocionales y comprender nuestro potencial para el placer y el gozo de vivir.
Cuerpo y mente funcionan de maneras similares, pero es que, además, lo que ocurre en la mente refleja muchas veces lo que está sucediendo en el cuerpo, y al revés, lo que pasa en el cuerpo es también producto de los procesos mentales.
La bioenergética se propone ayudar a la persona a abrir su corazón a la vida y al amor. No es un trabajo fácil, ya que el corazón se parapeta tras unas férreas defensas físicas y psicológicas. Pero si se trabaja sobre esas defensas, es posible alcanzar el objetivo. Pasar por la vida con el corazón cerrado es como atravesar el ártico con un rompehielos, es preciso algo de osadía, aventura y excitación.
El trabajo bioenergético fue creado por el Dr. Alexander Lowen hacia mediados del siglo XX a partir de los trabajos preliminares de Wilhelm Reich, quien entabló la relación entre los procesos físicos y psíquicos en el individuo. Lowen ideó una serie de ejercicios específicos para mejorar las funciones del organismo y movilizar la energía bloqueada por tensiones musculares. El resultado: personas que vuelven a experimentar placer y alegría de vivir.
1. ¿Qué es la bioenergética?
La bioenergética sostiene que la mayoría de las enfermedades del ser humano son ocasionadas por una combinación de factores físicos y mentales, de ahí que basa todo su trabajo en el desarrollo global de la personalidad que deben desarrollar de forma conjunta el cuerpo, el espíritu y el alma. Y lo hace mediante una combinación de psicoterapia y ejercicios corporales para restablecer la salud.
Los seres humanos no son sólo un cuerpo material, sino también un cúmulo de energías sutiles que se manifiestan a través de sus aspectos mentales, emocionales, físicos y espirituales. Los ejercicios corporales designados al uso tienen como objetivo eliminar los bloqueos físicos y psíquicos, por tanto puede entenderse también la bioenergética como un método de relajación.
Esta técnica terapéutica tiene como fin último ayudar al individuo a recuperarse juntamente con su cuerpo y a gozar en el mayor grado posible de la vida corporal. Ello incluye ejercicios físicos, ejercicios de relajación, de expresión y también la sexualidad, entendida esta como una función básica. Quien no respira profundamente reduce la vida de su cuerpo; si no se mueve con libertad, restringe la vida de su cuerpo; si no se siente en plena expresión, también restringe la vida de su cuerpo.
Las obstrucciones y barreras que colocamos en nuestra vida la mayoría de las veces no son voluntarias, sino que se desarrollan como una manera para sobrevivir en la sociedad en la que nos movemos, una sociedad que a menudo niega los valores corporales en aras del poder, del prestigio y de las posesiones. No deja de ser una manera de traicionar nuestro propio cuerpo. Esta «inconsciencia» a la hora de ponernos impedimentos constituye, desgraciadamente, un modo habitual de vida.
El objeto de la bioenergética es integrar el ego con el cuerpo y con la búsqueda del placer en la sexualidad, que no deja de ser la clave de la mayoría de los problemas emocionales. Y por tanto ayudar al hombre a reconquistar su naturaleza primaria. No en vano, libertad en los movimientos, gracia y belleza son los atributos naturales de todo organismo animal. La libertad puede entenderse como la ausencia de trabas para expandir los sentimientos, la gracia es la expresión en esta expansión y la belleza sería la manifestación de la armonía interior que engendra esta expansión.
La terapia bioenergética sostiene que:
Toda limitación del individuo en su movimiento corporal o la presencia de dolor constante en algunas regiones (espalda, hombros, muslos u otros) son resultado de una dificultad emocional cuyo conflicto no ha sido resuelto.
La respiración se ve limitada de manera gradual por factores sociales y sucesos trascendentales en la vida del individuo, y con ello se reduce el flujo energético y la vitalidad del cuerpo.
Estos bloqueos surgen para sobrevivir en un medio social en el que se niegan los valores corporales, y de ser efecto pasan a ser causa de nuevas afecciones en la salud física, mental y emocional.
Y no es esa la naturaleza primaria del ser humano, sino que lo es abrirse a la vida y al amor. Cuando nos aislamos, nos estamos protegiendo de una agresión externa y levantamos ante nosotros unas defensas férreas que impiden que la luz atraviese nuestro ser, y con ello dejemos de ver el mundo con el suficiente alcance.
Como otras terapias alternativas, la bioenergética responde al anhelo del descubrimiento de uno mismo, tratando de entender la personalidad humana en función del cuerpo. Lo que ocurre en el cuerpo y en sus procesos energéticos afecta a la mente y la condiciona.
Las funciones de la bioenergética son: El trabajo real de la bioenergética se encamina a: Entender la personalidad vinculada al cuerpo. Movilizar la energía contenida en el cuerpo a través de tensiones musculares. Aumentar la capacidad del individuo de experimentar placer. Ayudar al paciente a recuperar su condición de libertad. Facilitar la expresión de sentimientos, de dar y recibir afecto. Trabajar sobre la expresión personal, concretamente de voz, movimiento y ojos. |
Este interés de la bioenergética por el cuerpo humano se justifica porque los sentimientos, las emociones y los pensamientos son procesos biológicos que pueden ser reconocidos observando detenidamente el cuerpo. Y porque las dificultades para conectar con ellos siempre están vinculadas con patrones de funcionamiento determinados. Al poner el cuerpo en un estado de relajación se distinguen con mayor claridad los segmentos corporales bloqueados y la persona (o el terapeuta encargado) puede conectar mejor con esos contenidos emocionales que son fundamentales para encontrarse con uno mismo.