50Minutos - Cuida tu salud con el shiatsu: Las claves para recuperar el equilibrio físico y mental

• ¿Problemática? El shiatsu, cada vez más popular en Occidente, es una auténtica ciencia que se basa en principios médicos milenarios. ¿Cómo enfocar este arte del masaje, complejo y fascinante a la vez, y comprender su funcionamiento? ¿Hasta qué punto podemos utilizarlo en nuestra vida diaria?
• ¿Meta? En esta obra, te ayudaremos a comprender las nociones básicas del shiatsu y a descubrir cómo llevar a cabo simples presiones sobre algunos puntos del cuerpo para favorecer tu bienestar. Para acabar, te ofreceremos consejos para mejorar tu vida diaria.
• ¿Preguntas frecuentes?

El shiatsu (literalmente, «presión de los dedos», del japonés shi , «dedos», «extremidades», y de atsu , «presión») es un masaje relajante y terapéutico de origen japonés. Existen varias teorías con respecto al nacimiento del arte del shiatsu. La tesis más extendida afirma que habría surgido de la fusión del masaje tradicional japonés anma —que, a su vez, proviene del masaje tuina chino, que se importa a Japón en el siglo VI— y de la quiropráctica que se trae de Occidente. En Japón, el shiatsu está reconocido como medicina oficial desde los años 1950. No aparece en Occidente hasta los años 1960/1970.

Al igual que la acupuntura y la moxibustión (técnica de relajación que emplea el calor para estimular los puntos de acupuntura), este masaje se basa en los principios de la medicina tradicional china. Más en concreto, en el shiatsu, se utilizan diferentes técnicas de presión, de estiramiento, de balanceo y de manipulación para trabajar los meridianos, canales por los que circula la energía que unen entre sí todos los órganos y todas las funciones del cuerpo. Las presiones se ejercen principalmente con los dedos, pero también con los codos, los antebrazos, los pies o, incluso, las rodillas del especialista.

El shiatsu permite actuar en los sistemas primarios del cuerpo, tanto a nivel físico como a nivel emocional o psíquico. El objetivo es ayudar a que el paciente se cure armonizando y reforzando su capacidad de curación natural. El tratamiento, que se recibe con el paciente vestido y tumbado en un colchón o futón, puede ser beneficioso a cualquier edad, independientemente del estado de salud. Entonces, el paciente experimenta una sensación de gran levedad y de calma profunda; el cuerpo y la mente se revitalizan.

En concreto, el shiatsu tiene efectos beneficiosos en los trastornos del sueño, las disfunciones del sistema reproductivo, los problemas posturales y las migrañas, pero también puede tener efectos beneficiosos en los trastornos de tipo emocional o psicológico, como la depresión e, incluso, ciertas psicosis.

¿Sabías que…?

Los orígenes del shiatsu podrían ser más antiguos de lo que pensamos. En efecto, en las excavaciones neolíticas, en China, se han encontrado agujas de piedra que datan de 8000 años a. C., lo que deja suponer que, en esa época, ya se habían descubierto y estudiado los principios energéticos de la medicina tradicional china. Por consiguiente, podemos considerar que existían prácticas manuales (masajes rudimentarios) que habrían precedido o, incluso, inducido al desarrollo de esta filosofía.

El shiatsu se basa en una visión holística que considera el cuerpo y la mente como un todo que funciona con energía. Esta energía circula a través de todo el cuerpo, por canales bien definidos llamados meridianos. Sobre ellos, se encuentran unos puntos en los que la energía es particularmente activa; se les denomina los tsubos , literalmente, «lugares donde se reúne la energía».

Se puede detectar un desequilibrio en los órganos o en los sistemas corporales a través de los meridianos afectados y de sus tsubos , y puede manifestarse en las zonas del cuerpo que van asociadas a él de distintas formas (con síntomas como el dolor, pero también con un cambio del color de la piel o del tono de voz, por ejemplo). Estos síntomas representan señales claras de un desequilibrio energético interno que, a la larga, puede convertirse en crónico y transformarse poco a poco en enfermedad. A través de distintas manipulaciones, tonificantes o sedativas, aplicadas en los meridianos, el shiatsu actúa para que la energía vital de la persona pueda restablecer el equilibrio de los órganos o de los sistemas en problemas. Así, de forma completamente natural, el organismo repone fuerzas y mejora el sentimiento de malestar, hasta desaparecer.

Según el enfoque holístico tradicional, la disfunción del cuerpo y de la mente está relacionada con el estilo de vida de la persona. Por lo tanto, esto significa que nuestra forma de pensar y de concebir la vida, nuestra alimentación, nuestras costumbres y las interacciones que tenemos con nuestro entorno tienen consecuencias sobre nuestro cuerpo.

Así, tras haber practicado su tratamiento, el especialista de shiatsu da consejos con el objetivo de mejorar el estado de salud del paciente y prevenir una posible recaída, ya que, aunque el propio tratamiento puede restablecer el equilibrio energético, este solo se mantendrá si la persona cambia lo que ha causado la enfermedad. Sus recomendaciones se basan en sus conocimientos del funcionamiento del cuerpo y en lo que puede influir en el bienestar del organismo. De esta manera, encontramos consejos dietéticos, recomendaciones más generales relacionadas con la calidad de vida, así como ejercicios apropiados para reforzar los efectos benéficos del tratamiento. Al igual que en todos los métodos tradicionales de tratamientos naturales, se anima a la persona a que descubra la razón y el significado de sus problemas. En este sentido, un tratamiento de shiatsu puede resultar una ocasión fantástica para mejorar nuestra calidad de vida y de salud.

«Sufría crisis de pánico desde hacía dos años. Ya no tenía una vida normal. Un día, un psicólogo me animó a ponerme en manos de un amigo especialista para probar un tratamiento de shiatsu. El resultado fue inesperado. Dormí durante dieciséis horas seguidas. Cuando me desperté, me sentía diferente. En los días siguientes, empecé a sentir una cierta confianza con respecto a mi cuerpo y a tener menos miedo de las crisis. Era como si hubiese cambiado de perspectiva conmigo misma. Poco a poco, las crisis desaparecieron» (Ann, 36 años).

¿Sabías que…?

A menudo, se compara el shiatsu con la acupuntura, ya que los dos se basan en los mismos principios, en especial, en el tratamiento de los tsubos . No obstante, existe una gran diferencia entre ambas prácticas. Y es que sería erróneo pensar que un tratamiento de shiatsu se reduce solamente a la manipulación de puntos definidos. En un masaje de shiatsu, se considera que los tsubos se encuentran en todas las partes del cuerpo, dado que estos son una manifestación integral de energía. Partiendo de esta idea, una presión aplicada en un punto tendrá un efecto en los sistemas energéticos del cuerpo entero. Así, mientras que la acupuntura se concentra en puntos específicos, el shiatsu actúa en todos los puntos del cuerpo. Si pensamos en la esencia misma de este arte, es decir, en su aplicación gracias a las manos de un especialista, lo que implica múltiples dimensiones (el tacto, una comunicación profunda, etc.), entenderemos la magnífica potencia terapéutica que puede alcanzarse durante un tratamiento de shiatsu.