Lucy Ibañez - Elijo ser yo

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«Tu valor no disminuye por la falta de habilidad de los demás en reconocer la persona valiosa que eres».

Ya sea porque vivimos desafíos para aceptar tanto nuestra orientación sexual como nuestra identidad o expresión de género, el rechazo hacia quienes somos es algo que toda persona puede haber sentido a lo largo de su vida. Sin embargo, para poder vivir siendo tú, es importante trabajar en ello: no hay nada más poderoso que aceptarte para poder vivir en felicidad.

En esta sección encontrarás distintos ejercicios para trabajar la autoaceptación: quizá algunos te resulten extraños porque no tienes la costumbre de resolverlos, pero créeme que en el tiempo, al aplicarlos con cierta regularidad, te ayudarán a sentirte mucho mejor.

También recuerda esto: a la mayoría de personas en el mundo se le hace difícil aceptarse tal y como es. Y es que, como seres humanos que somos, estamos acostumbrados a evaluarnos y criticarnos por diversas razones, ya sea por nuestro peso, raza, aspecto físico o habilidades. En general, solemos emitir juicios negativos por muchas de nuestras características personales, lo cual nos genera una carga muy grande y la sensación de que «es malo ser tal cual somos».

Si eres una persona LGBT, este tipo de mirada crítica puede convertirse en un gran desafío porque es posible que muchas personas que te rodean manifiesten abiertamente esos mismos juicios negativos, y en la medida que adoptes esas palabras para ti construirás una voz interna que buscará convencerte de que está mal ser quien eres.

Hagamos un ejercicio de reflexión: imagina que alguien, de manera constante, te repite que «Está mal que seas así» durante todo el día. Es decir, desde el momento en que te levantas de tu cama, te duchas, estudias, trabajas, almuerzas, cenas, y así las veinticuatro horas del día. ¿Cómo crees que te sentirías? Sería muy agotador sentir tanto rechazo hacia lo que uno es, ¿verdad? Pues esa voz tan crítica en realidad sí existe, y es una voz que las personas mismas generan al haberse convencido de ideas negativas que las alejan de vivir una vida plena.

Entonces, ¿hacia dónde apuntamos? A veces confundimos aceptarnos con resignarnos a ser quienes somos. La primera se refiere a la capacidad de sentirnos felices con nuestras características personales y vernos como seres valiosos con independencia del juicio de los demás. Resignarnos, en cambio, se refiere más a una actitud del tipo «Ni modo, no me queda más remedio que sufrir, no hay nada más por hacer»: en otras palabras, significa asumir con incomodidad y fastidio una característica que tú desearías no existiera.

Debes saber que tu orientación sexual o identidad de género te acompañará a lo largo de tu vida, y si bien en algunos casos puede ir haciéndose más sólida hacia un tipo específico, es algo que no elegimos sino que simplemente es parte de quien somos.

Será importante decidir cómo prefieres vivirla. ¿Como algo desagradable que ojalá desapareciera —a pesar de que lo más probable es que nunca sea así— o como algo que tal vez por ahora puede ser nuevo o confuso pero que poco a poco puedes ir comprendiendo, aceptando y viviendo con comodidad tal como lo hacen miles de personas en el mundo? Definitivamente la segunda alternativa suena mucho más atractiva, ¿no es así?

Como ya he mencionado antes, el autoconocimiento es una herramienta que debemos utilizar mucho en este proceso. El primer paso, entonces, para llegar a la autoaceptación será reconocer mis propias ideas de rechazo.

Aquí te planteo algunas preguntas:

1. ¿Qué piensas sobre la idea de que puedas ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero?

(Te menciono algunos ejemplos: «Pienso que todo me resultará difícil en la vida», «Pienso que nadie me aceptará nunca» o «Pienso que puedo ser feliz siendo quien soy»).

2. Si las respuestas fueron positivas, ¡enhorabuena! Y si fueron negativas, no te preocupes, todo es parte de un proceso. De todos modos, es importante que tengas presente algunas frases que te recuerden tu valor personal en esos momentos que piensas deberías ser diferente.

«Ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero no significa algo negativo. Hay personas que le otorgan una valoración negativa, pero yo sé que la realidad es que no se trata de una enfermedad, de un problema mental ni un trastorno psicológico. Siempre habrá personas que, por sus ideas personales rígidas o por desinformación, atribuirán un significado negativo a aspectos que no lo son. Por ejemplo, también hay quienes lo hacen con la raza, el país de procedencia y el aspecto físico, por citar algunos casos. Pero yo sé que puedo aprender a lidiar con ese tipo de personas, y que expresen palabras negativas sobre mí no las hace ciertas».

«Que alguien se exprese de forma negativa por mi orientación sexual, mi identidad o mi expresión de género es solo un reflejo de sus ideas o formas de pensar y no un reflejo de quién soy yo».

«Por más que ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero sea algo que por ahora me genera temor o confusión, sé que muchas personas antes de mí ya han estado en esta posición. Soy consciente de que las sensaciones que tengo no son permanentes y poco a poco puedo sentir más seguridad en mí».

«Soy un ser humano valioso: mi orientación sexual, identidad o expresión de género o cualquier otra característica mía no modifica eso».

«Para aceptarme de manera incondicional por la persona valiosa que soy no necesito que todos a mi alrededor me aprueben. Cuanto más me ame a mí, menos necesitaré de la aprobación de los demás».

«Yo puedo elegir cómo pensar y cómo sentirme sobre mí: nadie tiene el poder de hacer algo así que no sea yo».

«El mejor camino a la felicidad es aceptarme. La autoaceptación no es algo que haces para cambiar todo de ti para ser tal como la sociedad te exige, sino lo que haces fuera de lo que puedan pensar otras personas».

Hay otras alternativas que podrían profundizar más en tu autoaceptación. Intenta realizarlas si deseas seguir trabajando en ello.